Sergio González en el Real Valladolid prioriza lo defensivo. Lo ha demostrado en los casi dos años que lleva en el Estadio José Zorrilla. Sus credenciales y propuesta son tajantes. El preparador tiene muy clara su idea. Lo expresa con rotundidad y claridad. Él afirma que tiene un equipo para unas cualidades muy determinadas y lleva su juego y propuesta a ello. No hay diferencia entre lo que dice y ejecuta. Su Pucela no debe tener espacio entre líneas, desequilibrios, desorden… El actual Real Valladolid quiere ser seguro en todo el campo pero, sobre todo en su área. Muchos entrenadores hablan de dominar las áreas y más aún la propia, pero este equipo va más allá.
El Pucela quiere dominar el área de Jordi Masip pero, también, todo su terreno de juego. Nadie salta a la presión cuando no debe hacerlo, por ejemplo. El Real Valladolid no regala nada en su campo pero, sobre todo, en su área. Sergio quiere tener controlada esa porción del campo por la necesidad que tienen de ello dos de sus jugadores más importantes. Hablar de este equipo es hacerlo de Jordi Masip y de Kiko Olivas. Ambos son los jugadores que marcan la propuesta pucelana. Con los innegables problemas aéreos y de salidas del portero y los problemas a la espalda de central, el equipo debe protegerse mucho en una zona capital para su idea.
Esa protección es que la que condiciona al Real Valladolid y a las ideas de Sergio González. Ambos son activos muy importantes para el entrenador y jugadores que cambiaron su rendimiento con la llegada del catalán. Jordi Masip pero, sobre todo, Kiko Olivas eran futbolistas por debajo del rendimiento actual con Luis César Sampedro. El gallego no cubría el área como sí lo hace Sergio y, por lo tanto, ambos futbolistas quedaban desprotegidos, debilitados y mostraban sus peores versiones. Salidas a destiempo del portero, problemas a la espalda del central… Las carencias del Pucela fueron muchas por no ceñirse a las cualidades de jugadores importantes. Sergio lo hizo, el Real Valladolid brilló y, ahora, el equipo no quiere un cambio.
Lunin, Joaquín y Pedro Porro
Con todo, no pido que se potencie ni que se busque esa variación. Simplemente, que no se señale que no hay posibilidades de ofrecer otro juego por unas carencias concretas de unos jugadores determinados. Aunque es cierto que parece imposible pensar en un Real Valladolid sin Kiko Olivas ni Jordi Masip, el Pucela tiene más. Son ellos, incluso Javi Moyano, los que marcan este juego por sus condiciones pero estas no son las únicas posibilidades del Pucela. En su momento pudo darse un cambio. Andriy Lunin era muy diferente a Masip. Tanto como Joaquín Fernández a Kiko Olivas o Pedro Porro a Javi Moyano. Serían posibilidades de otro juego en el que el equipo no estaría tan encerrado ni dependería tanto de la protección de su área. Esas opciones son tantas como la necesidad de cierta objetividad en el análisis. Si en su momento Olivas y Masip no estaban cómodos con lo que se proponía, ahora ocurre lo mismo con otros jugadores, aquéllos que llevarían a un juego en el que Sergio podría no estar cómodo.