Raúl García Carnero llegó al Real Valladolid con una función concreta. Tras la experiencia fallida de Fede barba y con la lesión de Nacho Martínez, Sergio González se fijó en el lateral gallego, al que conocía personalmente, sabiendo que le podía dar un rendimiento inmediato. Sin ser un fichaje ilusionante ni un jugador de renombre, el ex del Getafe CF llegó al Estadio José Zorrilla cumpliendo todos los requisitos que quería el Club y, tres partidos después, nada más se puede pedir a un fichaje invernal.
Debutando a los pocos días de su llegada al mundo blanquivioleta, el ‘6’ confirmó cuál era el objetivo de su incorporación. Raúl García Carnero firmó para ocupar un puesto concreto y dar un rendimiento inmediato que, posiblemente, tenga fecha de caducidad. Pese a ello, con 270 minutos en su casillero pucelano, el éxito es total. Con peso en el juego, presencia ofensiva, seguridad defensiva y funciones claras y cumplidas en los dos sistemas que ha utilizado Sergio González en estos partidos, Carnero resume todo lo que se le pide a un fichaje invernal. Ante una exigencia como la que tiene el Pucela, los jugadores que sepan responder tan pronto son capitales.
Este tipo de fichajes son los que hacen grandes al Real Valladolid y con los que se puede conseguir el objetivo de la salvación, al contrario que otros como Hatem Ben Arfa o Matheus Fernandes, que necesitan un tiempo de aclimatación y adaptación. Sin un gran ‘nombre’, señalado por llegar descartado por un equipo de la misma categoría y sin un bagaje tremendamente ilusionante, el rendimiento ofrecido por el jugador en estos tres partidos iniciales indica no sólo que el Club ha acertado en el fichaje sino que Sergio González va a tener un importante problema para decidir entre él y Nacho Martínez, uno de los grandes fijos del cuerpo técnico desde su llegada a Valladolid.
Una ‘nueva’ batalla
En muchas ocasiones, Sergio González ha teniendo muy fácil las elecciones. Ha habido poca batalla, quizás porque él así lo potenció, pero la realidad es que su apuesta por cubrir un hueco determinado para un tiempo muy estipulado ha generado que un ‘nuevo’ le pueda haber ganado el puesto a un ‘peso pesado’. Ésta jamás puede ser una mala noticia ni un problema pero sí un toque de atención a los estatus adquiridos y que un fichaje de invierno, en su expresión más perfecta, puede romper en el Real Valladolid