El Real Valladolid llegaba a Tenerife con algo que ganar y mucho que perder. Ese ‘algo’ era la clasificación copera. Sobre ella había muchos detalles que podían perjudicar a los pucelanos. Ante un rival de inferior categoría que se encuentra en mal momento, los pucelanos estaban obligados a clasificarse. Debían conseguir el pase sí o sí. Era un duelo espinoso por todo lo que se podía perder y el Pucela cayó en la trampa. Fue eliminado y perdió todo aquello que soñaba ganar con su visita al Heliodoro Rodríguez López. Sergio y los suyos buscaban confianza, credibilidad y un plus de energía, pero el Pucela regresó de Tenerife peor de lo que ya fue.
Expectativas e ilusiones
La previa al duelo era positiva para el Real Valladolid. Entre oportunidades para jugadores con pocos minutos y opciones para jugadores del Promesas que, en palabras de Sergio González, no habían subido al primer equipo por la amplitud de la primera plantilla, la visita a Tenerife era ilusionante. Todo sumaba para ver un encuentro positivo para los pucelanos. Incluso la situación clasificatoria del rival generaba cierta ilusión. El mal momento de lo de Rubén Baraja hacía pensar en el poco interés por el duelo. Inicialmente, el duelo generaba ilusión, pero la realidad fue distinta. Desde el primer momento se vio que el duelo iba a ser equilibrado y que los pucelanos no iban a arriesgar más de la cuenta. Esa sensación de poco interés local se transmitió en unos visitantes que vieron empeoradas sus prestaciones con el gol de Sandro.
Con el gol pucelano, el Real Valladolid parecía tener todo ganado. Era el punto de inflexión que buscaba. Parecía tan determinante ese tanto que, con él, el Pucela se derrumbó. Perdió la manija y el control. Cuando todo estaba de cara, Sergio movió el banquillo, trastocó la dinámica y el Club Deportivo Tenerife olió la sangre. Fue tal la percepción de opciones que los de Rubén Baraja se lanzaron a por una remontada que parecía imposible pero que se tornó en real por la convicción local y la nula respuesta visitante.
Carencias coperas
Cuestionando el estado físico del equipo por los malos resultados, la realidad pucelana en esta dura eliminación copera se debe a la poca claridad de juego de los de Sergio González. Con los cambios, en lugar de mejorar la propuesta, los pucelanos se perdieron para la causa. No tuvieron fuerza, ideas ni convicción. Así, la oportunidad estaba sobre el césped del Heliodoro Rodríguez López y los tinerfeños la aprovecharon.
Remontando el partido y mostrando todas las carencias del Real Valladolid, el equipo local tornó todas las ilusiones, expectativas y esperanzas de los de Sergio González para el duelo copero en carencias, limitaciones y dramas. Ante un equipo de Segunda división, las debilidades del momento blanquivioleta aumentan como, con perspectiva, se demostró en Marbella pero, también, en Tolosa.