Tras descartar a Fede Barba de forma categórica y no confiar, de momento, en Roberto Corral, Sergio González dejaba muy claro que el Real Valladolid necesitaba un lateral izquierdo en este mercado de invierno. El entrenador catalán quería un competidor para Nacho Martínez ya y el término de inmediatez quería que se cumpliese en todo su esplendor. El míster quería reforzar la posición del ‘3’ con un jugador de rendimiento inmediato y Miguel Ángel Gómez ha apostado por Raúl García Carnero, un jugador que cumple a la perfección todas las peticiones del entrenador, al igual que el contrato con el que llega a Valladolid.
Una petición cumplida
Sergio González tenía muy claro el perfil que quería para el mercado de invierno y el lateral izquierdo. Mirando a la historia reciente del Real Valladolid, el ejemplo del movimiento que acaba de firmar el Club se define en la incorporación de Nikos Karabelas en el mercado de invierno del año 2016. Con los problemas del equipo blanquivioleta aquella temporada en el perfil del ‘3’, Braulio Vázquez apostó por un jugador de cierta experiencia y que podía ofrecer rendimiento inmediato.
En aquella calamitosa temporada, Nikos mejoraba lo que había. Su llegada amplió las prestaciones del equipo, de igual forma que Raúl García lo hace actualmente. Sin condicionamiento a largo plazo, como ocurrió con el griego, el Real Valladolid se hace con un jugador que sabe que viene a cumplir una función determinada y que tendrá mucho que luchar por no vivir a la sombra de Nacho Martínez. El Pucela refuerza el lateral pero sigue dejando claro que el ‘22’ será el lateral titular siempre que esté al 100%.
Éste es un mensaje innegable dentro del mundo del fútbol y que, posiblemente, ha condicionado mucho el fichaje de otro jugador y, sobre todo, otro perfil. El Pucela no puede probar ni quiere arriesgar a largo plazo. Miguel Ángel Gómez y Sergio quieren un parche para el flanco izquierdo y, ahí, Raúl García cumple a la perfección. No necesita aclimatación, no precisa de tiempo para ponerse en forma y, lo mejor de todo, sabe dónde ha venido, por lo que va a luchar y lo que se va a encontrar. La experiencia de Raúl García en Primera no es muy alta pero sí muy productiva. Ha vivido dos ascensos, un descenso y ha estado en equipos con objetivos muy similares a los del Real Valladolid. En definitiva, un fichaje realista para cubrir las carencias de un problema real.
Un fichaje consecuente
Con todo, el perfil del jugador que llega al Real Valladolid es consecuente y está dentro de los esquemas que maneja Sergio González para cubrirse las espaldas. El único matiz que sobresalta en esta incorporación es la cierta similitud que ofrece este jugador con el estilo de Nacho Martínez. Ambos son jugadores ofensivos, de mucha presencia en campo contrario y que, en determinadas circunstancias del juego, cuadran como carrileros.
Atrayendo la idea de los perfiles que tanto le gusta a Sergio, Raúl García es ‘ofensivo’ al igual que Nacho. Es cierto que destaca más por potencia, zancada, velocidad y cambios de ritmo que por un juego técnico y de posición, pero el fondo es similar. Pese a ello, el equilibrio que gana el Real Valladolid con esta incorporación es altísimo y, por lo tanto, la aprobación por su fichaje es elevada. Con su llegada comienza la etapa del resultadismo. Se inicia la segunda vuelta de la temporada y el Real Valladolid ficha a un jugador que llega para cubrir creencias, limitaciones y dar un rendimiento tan inmediato como con fecha de caducidad. Por todo ello, Raúl García es, dentro del aspecto económico y deportivo, el lateral que necesitaba el Real Valladolid. Cumple el perfil y todas las necesidades.