El estreno copero del Real Valladolid en la temporada 2019/2020 dejó un nombre propio de alto calado: Álvaro Aguado. En el peor momento de juego y números desde que Sergio González está en el Estadio José Zorrilla, el duelo de Tolosa ofreció la posibilidad de ver que en el vestuario blanquivioleta, quizás y sólo quizás, estaban muchas de las soluciones a los problemas de creación y presencia en campo rival del equipo vallisoletano.
Teniendo muy clara la lectura que hay que hacer de la clasificación (3-0) en tierras vascas y entendiendo cuál era el nivel del rival y la enjundia que, realmente, se puede hacer del partido, el centrocampista jienense ofreció credenciales importantes del juego que está marcado en su perfil.
Si bien es cierto que en el verano se dudó del rendimiento a corto plazo de su fichaje, quedó claro que los rasgos de su estilo era tan diferentes como necesario para el equipo. Adaptándose a la necesidad de definir y encasillar mucho el perfil de los centrocampistas como se hace en la etapa de Sergio, el suyo estaba muy ajustado y, sorprendentemente, no ha sido nada aprovechando hasta casi el final del 2019.
Importante atrevimiento
Analizar a Álvaro Aguado ya no es cuestión sólo de esa vocación ofensiva que tiene o este estilo de juego tan diferente a sus compañeros, lo más destacado del ‘15’ es el cómo ejerce y realiza su fútbol. Como he asegurado en el videoblog de ElDesmarque Valladolid, destaca por lo que hace pero, también, por cómo lo hace. Es atrevido, es directo y tiene personalidad. No conoce el miedo.
En un Real Valladolid tan encorsetado en muchas ocasiones y en demasiadas fases de los partidos, una conducción, un disparo lejano o una dosis de egoísmo vienen muy bien. Anuar Tuhami a veces consigue darlas pero se le mira más por no tener un perfil definido que por las diferencias que aporta al juego.
La juventud y las ganas de demostrar siempre son importantes. En los jóvenes está la fuerza y el motor para una respuesta en los peores momentos. Aguado tiene que demostrar y el jienense quiere hacerlo. Lo hizo en Copa del Rey. Ante un rival de Tercera, en un duelo sin fuerza ni ritmo en los segundos 45 minutos, pero en su primera oportunidad. Podemos valorarle por lo que ha hecho, independientemente del rival, y Álvaro Aguado se ha mostrado diferente al resto. Valorémoslo antes de mirar al mercado otra vez.