En muchas ocasiones es importante esperar a la rueda de prensa del entrenador para entender cómo ha sido el duelo y cuál es la lectura que se debe hacer. En esta ocasión, y tras empatar ante la Real Sociedad, Sergio González pidió ser «positivo». Hay situaciones que invitan a ello pero, también, detalles que llevan a pedir más. En el análisis global y en el del último partido. Siguiendo en la línea de que ser ‘pobre’ no es ser ‘malo’, es importante utilizar los términos apropiados para analizar un partido. Sergio pide ser «positivo» pero tampoco es muy diferente a ser poco exigente y la diferencia es muy alta para los análisis… y las expectativas.
Exigencia de uno mismo
Yo intento entender el fútbol desde uno mismo. La exigencia debe empezar por lo que cada uno consiga y es por ello que el empate ante la Real Sociedad no me sabe bueno. Pese a que Sergio González analizó en la rueda de prensa tras el partido el empate como bueno por el rival que era, el análisis que yo hago va en relación al juego, propuesta e identidad blanquivioleta y, ahí, el Real Valladolid falló.
La sensación que me deja el duelo es de superioridad donostiarra. Pese a buenas ocasiones locales y la igualdad del juego en la segunda parte, el partido estuvo más en lo que hizo y quiso la Real Sociedad que en lo que intentó y propuso el Real Valladolid. Por ello, el empate es bueno pero porque la Real Sociedad fue mejor. No porque ‘es’ mejor. Ésta es una percepción subjetiva, aunque, posiblemente, muy real, que no siempre se cumple. En el fútbol se puede ganar y perder cualquier duelo y la clasificación no debe marcar el análisis posterior.
¿Cumplió el Real Valladolid los objetivos que tenía para este duelo? ¿Consiguió mejorar durante el partido a su propuesta inicial? ¿Tuvo respuesta el equipo a las exigencias del duelo? Estas son algunas de las dudas y cuestiones que se pueden hacer tras un partido y que el Real Valladolid consiguió pero no en todo su esplendor. Por ello el punto es bueno pero, posiblemente, no por mérito blanquivioleta.
¿Conformismo?
Se quiere dar mérito al Real Valladolid por el positivismo con el que se quiere ver al equipo pero, la realidad, es que los de Sergio González caminan cada vez más a un lectura de poca exigencia alarmante. La situación clasificatoria es buena, sí; el juego es seguro, también, pero de la misma forma, el equipo baja credenciales de juego y camino hacia el conformismo más absoluto, aquel que lleva a que el positivismo que pide Sergio González pueda ser visto como una petición de poca exigencia.
En un mundo como el fútbol en el que el todo se marca por la subjetividad y la interpretación, los términos son armas de doble filo que pueden hacer que una realidad sea vista de dos formas muy diferentes. Todo tiene matices y el ejemplo es que, pese a que lo que se ha querido confirmar en Valladolid, ser ‘pobre’ no es sinónimo de ser ‘malo’ o, por ejemplo, un empate no siempre es positivo. Exige una lectura más allá del rival y centrada en uno mismo y en el cómo y cuándo.