El Real Valladolid fue superado por primera vez en el Estadio José Zorrilla esta temporada por un equipo que sin hacer un fútbol vertiginoso consiguió ser muy superior al equipo vallisoletano. Desde el control del juego, la situación y saber cuándo y dónde debía estar, el Sevilla FC dominó el encuentro y los tiempos de éste lo que supuso el nerviosismo, la precipitación y la ansiedad de un Pucela que no supo cómo actuar en el partido. Llegando tarde o antes a las acciones del juego, los blanquivioleta se vieron superador por los de Julen Lopetegui que dieron una clase magistral sobre cómo gestionar un partido y, sobre todo, al rival.
Ansiedad blanquivioleta
La visita del Sevilla FC al Estadio José Zorrilla tiene muchas lecturas. Las objetivas, las subjetivas, las tangibles… y las futbolísticas. Es obvio que el equipo hispalense tiene superioridad técnica sobre el Real Valladolid. Las diferencias de plantilla son muy altas pero, independientes a ellas, hay un análisis del juego en el que el equipo hispalense fue muy superior al Real Valladolid. Los de Julen Lopetegui leyeron muy bien el duelo, las exigencias de éste y las demandas que le hacía el rival. Con varios planes en la mente y en la pizarra, el Sevilla fue justo ganador del partido por superar al Pucela en todos los registros posibles de juego.
La peor sensación que dejó el duelo fue la de notar que si el rival hubiera necesitado un gol o dos más, los hubiera conseguido. Manejaron el duelo a su antojo y se fueron con la sensación de que cuando quisieron apretar lo hicieron. Sin hacer sangre, no tuvieron problemas ni aprietos. No vieron peligrar la victoria porque supieron tener al Real Valladolid lejos de la zona de peligro.
Expulsado todos los posibles acercamientos, el Sevilla llevó al límite a los blanquivioleta. Los de Sergio perdieron los nervios sobre el terreno de juego y se precipitaron en todas sus decisiones. Nunca estuvieron en el lugar que debían estar cuando les tocaba hacerlo. El Pucela llegaba a las jugadas antes o después de que estas se produjesen, aumentando su desesperación y ampliando la zona de confort del rival.
Un paso por detrás
Con todo, desde el banquillo no se cerró al equipo con balón sino a ampliar su espacio entre líneas y ser un equipo mucho más previsible de lo que ya era. Las permutas de Sergio no dieron estabilidad al Real Valladolid. Así, la realidad superó al equipo y Lopetegui ganó, también, la batalla a Sergio en la lectura de los cambios. Todo en un duelo en el que los hispalenses fueron un paso por delante del Real Valladolid y no sólo en la calidad sino, también, en lectura, ejecución, variantes…