Pese a la presencia de Javi Moyano y Antoñito Regal en el equipo, Miguel Ángel Gómez nunca se olvidó de reforzar el carril del ‘2’. El Club quería dar un plus en el flanco derecho del equipo de Sergio González y lo ha conseguido con una cesión de renombre. Dejando a un lado la opción de compra sobre el jugador, el futuro más inmediato del carrilero de Don Benito es blanquivioleta y eso ya es suficiente. Tras firmar por el Manchester City, su segunda temporada en el fútbol profesional será en Pucela. En ella explotará sus cualidades e intentará limar los fallos y errores presos de la edad y del retraso de posición que ha vivido en los últimos meses. Con todo, el fichaje estrella del Pucela es un jugador de banda de 19 años. Con todo lo que ello engloba.
Enorme potencial
El Real Valladolid necesitaba firmar un lateral derecho. Las variantes de Antoñito Regal, que puede jugar como extremo, dejaba en el equipo la necesidad de firmar un ‘2’. De forma consecuente, Miguel Ángel Gómez quería algo diferencial. Si se ampliaba la parcela del lateral era por la puerta grande y no había mejor nombre que Pedro Porro. El futbolista recién firmado por el Manchester City cumplía los patrones que querían el Club y el cuerpo técnico. Es un nombre relevante, con presente y mucho futuro.
Pedro Porro es un fichaje de renombre, en definitiva. Es un jugador que amplía mucho la credibilidad sobre la evolución que buscaba el Club para esta campaña y, a la vez, las posibilidades del equipo. Sergio aseguró que Porro aumenta el potencial exterior del equipo. Lo hace, indudablemente, pero con importantes matices. Con unas características muy determinadas como carrilero, Porro tiene un importante margen de crecimiento y mejora. Él mismo lo confirmó en su presentación oficial en el Estadio José Zorrilla. Vive preso de un constante cambio de posición. Extremo de ‘nacimiento’, la temporada pasada actuó más como carrilero en la defensa de cinco defensas de Eusebio Sacristán que como lateral en el sistema con línea de cuatro que marca Sergio.
El catalán tiene un estilo muy definido. Los laterales intentan serlo en todo su esplendor y buscan ser jugadores de ida y vuelta. La exigencia es alta, los metros, sobre todo en situación defensiva y de repliegue, son mayores que los que ha venido haciendo en la última temporada y, así, la dificultad a la que se atañe el jugador es elevada. Sergio González siempre quiere un equipo ordenado, uno de esos que comete pocos errores. Nunca aceptará una ruleta rusa como estilo de juego y es ahí donde Pedro Porro tiene la mayor exigencia. El de Don Benito está cómodo cuando se mueve bien con libertad. Suele aparecer por fuera pero, también, por dentro. En el Girona FC tenía mucha libertad para llegar al área. Estaba bien respaldado y cubierto. Ahora no lo estará tanto.
La espalda y la visión
Las acometidas que suele realizar, marcadas por la potencia, la claridad en la conducción y una evolutiva velocidad pueden costarle caras en los primeros meses en Valladolid. En un sistema diferente y con un modelo totalmente contrario, Pedro Porro aparecerá en campo contrario pero con mucha menos frecuencia y frescura que en su primera temporada en Primera división. Pese a que su vocación siempre será la de campo contraria y área rival, el cómo y el cuánto cambiarán esta campaña.
Ésta es la temporada para confirmar que Pedro Porro no es flor de un día o bendición de un sistema. El nuevo jugador del Real Valladolid se juega mucho en su temporada de cesión en el Estadio José Zorrilla: su consagración. Tiene muchas cualidades, sí, pero con muchos matices para la petición y exigencia de un equipo con un estilo definido y en él, salvo cambio radical, el contragolpe tiene protagonismo. En esas variantes puede ser importante pero sabiendo que su posición es el lateral y no el carrilero y que su espalda es más importante que su visión.