Deportivo Alavés 2 – 2 Real Valladolid | Insuficiente empate sumado en Vitoria
Insuficiente. Así se define el empate del Real Valladolid en Vitoria. Dada la situación, el equipo estaba exigido en ganar el partido ante el Deportivo Alavés y, con ello, la primera media hora de juego es impropia e imperdonable. Pese a la buena reacción firmada, el empate no es un premio. En realidad se trata un mínimo maquillaje para otra oportunidad perdida por un equipo al que sólo le vale ganar. Ni la imagen ni los empates. Este Real Valladolid necesita ganar y en Vitoria no lo hizo por lo que el punto no es positivo. En absoluto.
Necesidad de victorias
Cuando un equipo está luchando por ascender, lo determinante es no perder. Cuando evita el descenso, la necesidad es ganar. Es preferible conseguir una victoria y perder dos partidos que firmar dos empates. Parece una cuestión lógica pero muchas veces no se considera así. Se cree que una derrota es un golpe duro cuando, en realidad, el problema no está en sumar y la derrota no son partidos sino puntos.
En el Real Valladolid ya ocurrió hace unos años cuando el equipo de Juan Ignacio Martínez perdió la categoría en la temporada 2013/2014. A nivel de derrotas, aquel Pucela no mereció el descenso. Es más, hubo nueve equipos que perdieron más que él aquella temporada. Por el contrario, sólo uno ganó menos. Así, los blanquivioleta fueron el equipo que más empataron o, lo que es lo mismo, el que más veces dejó de ganar dos puntos. Con todo, el proyecto estuvo ‘vivo’ por los empates peo terminó ‘muerto’ por las victorias.
Así, y como ocurriese con el (2-2) el Getafe CF, el Real Valladolid perdió en Vitoria dos puntos. Lo hizo para dar un paso atrás en su ambición, en sus objetivos y en sus necesidades. El punto conseguido ante el Deportivo Alavés no es más que puro maquillaje en una nueva oportunidad perdida por salir de la zona baja. El empate es insuficiente por la exigencia de un equipo que debe dar más y conceder menos. Todo lo contrario de lo que ocurrió en el Estadio de Mendizorroza y, sobre todo, en el inicio del partido.
Imperdonable
Tras el partido, Sergio González confesó que el punto era “triste” por cómo había comenzado el duelo el equipo pero que se mostraba “orgulloso” por la respuesta que había tenido el Pucela tras la primera media hora de juego. Realmente, esa alegría no debería haber existido porque la primera media hora del Real Valladolid es impropia de un equipo que busca la salvación. En ella se perdieron dos puntos pero, sobre todo, la imagen, la confianza y la credibilidad. Nada de lo que sobra que se la jugará ante el Girona FC.