¿Sería justo que la dinámica del Real Valladolid terminara con la etapa de Sergio González en Pucela? La poca memoria del fútbol profesional puede conseguirlo
La racha de resultados y la dinámica de juego del Real Valladolid señalan a todos. Desde el vestuario hasta las oficinas pasando, obviamente, por Sergio González. El entrenador blanquivioleta está en el peor momento desde que llegó al Estadio José Zorrilla. Pese al bagaje de la temporada pasada y el nombre que se ganó con el ascenso, el catalán está en la cuerda floja. No está en un buen momento y los dos próximos partidos o, incluso, un desastroso encuentro en Éibar, podrían terminar con su etapa en Valladolid en una demostración de la rápido que avanza y olvida el fútbol profesional y la inexistente memoria que existe en él.
La velocidad del fútbol
El fútbol es incontrolable e indefinible. Nada tiene una estructura específica y muy pocos detalles tienen un por qué férreo. Pensar hace sólo unos meses que el Real Valladolid estaría en la situación en la que está pero, sobre todo, con los motivos que le han llevado a ella, era inimaginable. Creer que el Pucela estaría en una dinámica de un punto de 18 por falta de fiabilidad y seguridad defensiva parecía imposible. Lo era tanto como presuponer un Pucela sin identidad y a un Sergio González débil.
El fútbol va a una velocidad endiablada y el Real Valladolid y su entrenador pueden haber sido devorados por ella. Tras el éxito de la temporada pasada y la renovación firmada y pedida de forma unánime, el proyecto y el propio preparador catalán están en duda y lo están por la poca memoria que existe en este deporte, aquélla que es más un arma de doble filo que una justificación segura.
Cuestionándome este martes en la tertulia de Radio Marca qué es la memoria en el fútbol profesional, el paso de las horas y el debate en dicho programa me llevan a entender que la memoria es simplemente el respeto al entrenador, y yo lo tengo. Siempre lo he tenido, Sobre el que gana y sobre el que no. Así, respeto y valoro el trabajo de Sergio González, como hice con Luis César Sampedro, Gaizka Garitano o Juan Ignacio Martínez. Confundir trabajo con resultados es un error que de ser tan usado no se ha convertido en verdad. Ni lo hará.
Dinámica de juego y resultados
El fútbol es un deporte en el que se pierde mucho más de lo que se gana y en el que no se respeta al entrenador por esos resultados. Dudar no es perder el respeto es simplemente exigir los cánones de este deporte que tanto valoramos y sobre el que tanto opinamos y debatimos. Por ello, pretender justificar una situación como la actual y una dinámica como ésta desde lo conseguido en el pasado no tiene sentido.
El “fútbol de alto rendimiento” como dice Miguel Ángel Gómez, tiene muchos frentes. Deportivos, sociales y económicos… y todos están intrínsecos y son determinantes desde el entrenador, el puesto más débil y menos respetado del fútbol. Por ello, la racha de resultados del equipo y a lo que ésta podría ampliarse con los siguientes dos partidos, podría hacer insostenible que el triunfador del pasado más reciente pueda asumir las dificultades y trabas de la realidad más dura. Es, simplemente, una cuestión de fútbol de élite, no de memoria.