El Real Valladolid detalla a su frente ofensivo con Sergio Guardiola, un dominador de las transiciones y con el determinación de ‘llegar’ al área pero sin ‘estar’ en ella
La presentación de Stiven Plaza dejó un gran detalle. El ecuatoriano definió al Real Valladolid como un equipo «contragolpeador». El primer fichaje de este mercado invernal acudió a la sala de prensa con la lección muy aprendida. Conociendo el modelo de juego del equipo de Sergio González, el joven futbolista entendió que éste se adaptaba a él por la forma de atacar los espacios y potenciar las transiciones. Con Stiven Plaza y Pablo Hervías se potencian esos detalles de contragolpeador pero, ahora, con Sergi Guardiola se ha definido y consagrado el cambio. Este Pucela es otro del que comenzó la temporada y el invierno lo ha confirmado.
El recuerdo más reciente
Una de las frases que marcó la etapa de Miroslav Djukic fue aquélla que aseguraba que “uno es tan bueno o malo como marca su último partido”. En el sentido de la afirmación del serbio se cataloga a los delanteros. A un punta no se le define por cómo es sino por cómo ha actuado en la última temporada y más en lo que a goles se refiere. A Jaime Mata no se le ve como el jugador que es sino como el delantero que demostró la temporada pasada. Ya se le define como un goleador cuando la pasada temporada triplicó su mejor registro goleador.
En este mismo sentido a Sergi Guardiola, nuevo delantero del Real Valladolid, se le ve como el delantero y el goleador que le falta al equipo. Siendo ambos términos muy diferentes, el entorno blanquivioleta mira al murciano como el gran realizador que fue la temporada pasada. En lo más sencillo de analizar, los números, el jugador explotó. 24 goles oficiales son un registro muy apetecible aunque, por encima de ellos, hay que mirar cómo fueron y, futbolísticamente, cómo le definen al nuevo delantero pucelano.
Los 21 goles que Guardiola no marcó de penalti con el Córdoba CF hablan de un jugador que llega muy bien al área pero que no vive en ella. Aparece pero no está. Con velocidad, buena conducción, un buen manejo de las dos piernas y fuerzas para las transiciones, el delantero que quería el Real Valladolid para el mercado de invierno define el cambio de juego que tiene este equipo y que tan bien expuso Stiven Plaza en su presentación.
El ecuatoriano, al que le explicarían muy bien cómo juega el Pucela y cuál es su modelo de juego, expresó en sus primeras palabras como jugador pucelano que el equipo es ‘contragolpeador’. Para terminar de confirmar la sensación, Miguel Ángel Gómez está dotando al Pucela de jugadores para esa vertiente. El propio Plaza es un jugador de espacios, Hervías es un jugador que, con su descaro y verticalidad, necesita metros para encarar y regatear y, por su parte, Guardiola potencia todo esto. Él se mueve muy bien en esa variante de delantero móvil y que aprovecha las transiciones, espacios e intercambios.
Una necesidad mutua
Variando el estilo durante la temporada pero, sobre todo, después de lo visto la campaña pasada, definiéndolo de forma progresiva y perfeccionándolo, ahora, con fichajes puntuales y directos, Sergio González se encuentra ya con un equipo de grandes variantes y decenas de alternativas. Con el murciano en el equipo, el Real Valladolid será más fiable y, así, se sentirá más cómodo y seguro.
Pese a que el problema de juego no son los puntas y sí, en parte, su estilo y el juego del equipo, el ex del Córdoba CF llega al Estadio José Zorrilla para ser titular. Lo será más pronto que tarde, tendrá oportunidades y se confirmará como el ‘9’ titular porque el juego de este Pucela está hecho para él y es por ello que Miguel Ángel Gómez centró todos sus esfuerzos en él. El Club sabía que él era lo que necesitaba Sergio y le convenció. Así, se guardó una buena opción de un delantero que define el cambio de juego en el Pucela por lo visto la temporada pasada, su única campaña completa en Segunda división y su explosión, ojalá, definitiva.