Levante UD 2 – 0 Real Valladolid | Cuando el arbitraje se lleva todo el resumen
Un partido de fútbol obliga a hablar de fútbol. Parece obvio peor no es sencillo. El ejemplo lo tiene el Real Valladolid tras la derrota vivida ante el Levante UD en el inicio de la segunda vuelta del actual campeonato liguero. Dicho encuentro obliga a analizar la falta de juego del equipo de Sergio González, la poca creación de ocasiones y la débil confianza de ciertos jugadores del equipo. Todo ello es importante pero cualquier análisis futbolístico queda cortado en el minuto 50. La anulación del empate de Óscar Plano marcó otro partido y la impotencia de un Real Valladolid que deja de creer en la competición que juega y aquella que tanto quería vivir.
· La CRÓNICA de la derrota (2-0) ante el Levante UD, para ElDesmarque Valladolid ·

Una dolorosa sensación
Muchas veces es mejor vivir ajeno a la realidad que conocer los entresijos. Dicen, incluso, que conocer a los que son tus ídolos es contraproducente. Conocer la realidad de aquel al que idolatras puede ser negativo. Ves una versión que te defrauda. El desconocimiento, en muchas ocasiones, es bueno para evitar sofocones, enfados y decepciones como los que está viviendo el Real Valladolid en la actualidad. La polémica, pero, deportivamente, productiva, eliminación copera ante el Getafe CF queda ya en un segundo plano. Cuando el videoarbitraje parecía no poder negar más al Pucela, lo hizo en Valencia.
Después de decisiones dudosas e interpretativas, lo vivido con el Real Valladolid en los últimos dos partidos deja sonrojado al estamento arbitral y humillado al equipo pucelano. Así es imposible hablar de fútbol. Resulta muy complicado poder analizar el partido ya que éste quedó en un segundo o tercer plano después de la decisión de Jaime Latre. La segunda parte estuvo ensombrecida y el contexto futbolístico queda valorado por la profesionalidad de los jugadores pucelanos que cerraron con dignidad un partido del que otros muchos se hubiera despedido antes de su final.
La impotencia blanquivioleta llevó a un tiempo sin juego, fútbol ni ocasiones. Lo vivido era surrealista. Tanto para los perjudicados y para los favorecidos. Nadie, en el fondo, salía de su asombro y el encuentro tomó un tinte poco deportivo. La profesionalidad de los jugadores pucelanos evitó que éste fuera un partido histórico. Nadie se salió del guión que marca una competición a la que al Real Valladolid le cuesta creer. Después de soñar varios años con volver a la élite del fútbol español, lo encontrado es bochornoso y vergonzoso porque, además, de dejar la sensación de que el Pucela sobra, el sueño no es cómo se pensaba. La realidad no es lo esperado.