El Real Valladolid vivirá este próximo mercado invernal como la gran prueba para detallar el equipo o para romper el equilibrio tan determinante para Sergio González
Migue Ángel Gómez ha superado con nota los tres mercados que ha vivido al frente del Real Valladolid. En ellos, la realidad, es que tenía poco que perder y sí mucho que hacer, sobre todo en los dos vividos en Segunda división. Ahora, de cara al inminente mes de enero, el Real Valladolid va a vivir un mercado muy exigente y duro. En él el Pucela deberá detallar el equipo, a nivel defensivo y ofensivo, pero buscando no romper el equilibrio, futbolístico y social, que han llevado al equipo de Sergio González a estar antes de cerrar la primera vuelta con el 50% del objetivo en el bolsillo. Con todo ello, la exigencia que tendrá Gómez en este mercado no va tanto por lo que hacer sino por aquello que no debe romper.
Algo que ganar; mucho que perder
Uno de los mayores placeres que tengo actualmente en el fútbol es escuchar ruedas de prensa. Es una forma rápida y directa de aprender sobre conceptos futbolísticos. La experiencia, los acontecimientos… Todo lo que un entrenador expone en su comparecencia es interesante, siempre que tenga intención de transmitir, claro. Uno de esos preparadores que más quiere trasladar es José Rojo, más conocido como ‘Pacheta’. El actual entrenador del Elche CF muestra todo su conocimiento en las largas e interesantes ruedas de prensa que firma.
En una de estas últimas, el burgalés fue preguntado sobre el mercado de fichajes. Sobre esta cuestión mostró su opinión como actual entrenador pero, también, su experiencia como director deportivo del Club Deportivo Numancia. En dicha comparecencia, Pacheta ‘dividía’ entre dos tipos de mercado, el del equipo que está dentro del objetivo y el que no lo está. Puede parecer algo banal, porque a estas alturas nada es oficial ni matemático, pero entender cómo se ha llegado hasta este punto es determinante.
Escuchando aquellas palabras en el Estadio Martínez Valero caí en el ejemplo que tiene con el Real Valladolid. El equipo de Sergio acude al mercado con varios frentes abiertos. Aunque, posiblemente, esté más centrado en el contexto de salidas que de entradas, las incorporaciones pueden ser determinantes para el futuro del equipo de Sergio. En esas llegadas puede estar la diferencia de los detalles pero no el cambio. De igual forma que argumentaba Pacheta que él no quiere cambiar los movimientos de su equipo ni su vestuario, creo que el Real Valladolid no puede romper los roles, estatus y diferencias de su equipo. Podría ser su final.
Siempre es muy difícil acertar en el mercado invernal y en un equipo con línea positiva, más. Ante la escasez de resultados, el éxito es más fácil. Con 21 puntos y un 50% del objetivo, no. El Real Valladolid tiene algo que perder en el próximo mercado invernal. La Sociedad Deportiva Huesca, por ejemplo, no. Los oscenses deben buscar algo diferente para ‘probar’. El Real Valladolid sólo debe equilibrar sus irregularidades y potenciar las variantes. Todo lo que sea excederse será un problema.
Exigencia para Gómez
Es muy difícil que un jugador llegue en el mes de enero para ser diferencial. En cualquier equipo. El Real Valladolid lo ha demostrado en los últimos años y en la zona ofensiva, donde se llega a pedir un cambio radical, más. Jonathan Pereira no fue indiscutible. Vincenzo Rennella no llegó a ser ni titular. Daniel Larsson no llegó a convencer. Toni Martínez no llegó ni a intimidar a Jaime Mata. Y así un largo listado de delanteros llegados con una vitola en invierno que no pudieron ni rozarla.
En alguno de estos casos, los más llamativos, expectantes e ilusionantes, el Real Valladolid perdió más de lo que ganó. Llegados con una vitola, la realidad se apoderó de ellos y nunca consiguieron digerir que lo que les hizo llegar a Valladolid sería su triste realidad. En muchos mercados invernales el Pucela perdió más de lo que ganó y, ahora, en la idílica situación pucelana, la realidad dice que Miguel Ángel Gómez tiene el mercado de fichajes más difícil desde su llegada al Estadio José Zorrilla. Entre detallar y remover hay una fina línea que puede terminar por derrumbar, primero, el vestuario de Sergio y, después, su proyecto.