La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Voces del Pucela

La importancia de la últimas palabras de Sergio

El entrenador del Real Valladolid no se considera el gran protagonista del éxito pucelano de los últimos meses. Pese al gran cambio que dio al Club su llegada, el barcelonés no quiere tener muchos focos. No los quiere en las victorias pero tampoco los busca en las penumbras. Prefiere vivir en un segundo plano. Sus discursos siempre son moderados. Pocas palabras se salen del guión ‘pactado’ aunque últimamente alguna más se va escapando. Desde el empate (0-0) ante la Sociedad Deportiva Éibar, el entrenador lleva llamando la atención de sus jugadores. Quiere que estos vuelvan al camino pactado. No lo está consiguiendo y el sábado ‘explotó’ a su manera. Dejó grandes titulares que deben obligar a la reflexión interna. Otro duelo como el del Club Deportivo Leganés y el discurso de Sergio podría cambiar, haciendo saltar las alarmas.

Sergio quiere “contar algo”
“Ya lo dije la semana pasada. Tenemos que resetear. Volver a la humildad futbolística y a la tensión futbolística”. Así de rotundo se mostró Sergio en la comparecencia posterior a la dura derrota (2-4) ante el Club Deportivo Leganés. La determinación y el ‘enfado discreto’ del entrenador barcelonés se va ampliando y ello me llevó a la reflexión del sábado por la noche en Twitter. Después del partido expresé la ‘preocupación’ por el discurso del entrenador en las últimas cuatro comparecencias. Tengo la sensación de que Sergio quiere “contar algo” y que cada vez le cuesta más morderse la lengua y no expresarlo. Tras el último partido dejó detalles gestuales que nunca antes había mostrado. Su enfado parece crecer.

En la previa y tras el partido ante el Sevilla FC y en las dos comparecencias vinculadas al duelo ante el Club Deportivo Leganés se ha visto a un Sergio diferente. Un estilo ‘defensivo’ que le hace estar incómodo en la sala de prensa. 43 minutos que se pueden resumir en dos o tres ideas de sus palabras del pasado sábado. Recordando que todo comenzó tras el empate (0-0) ante la Sociedad Deportiva Éibar, Sergio ha ido ‘levantando’ el tono. Él esperaba que con su discurso tras aquel injusto empate fuera suficiente. Yo llegué a calificar aquello de ‘victoria’ pero el barcelonés se muestra preocupado porque la dinámica no se frena. “Ya lo dije la semana pasada”, aseguró el sábado en su discurso más directo. Queriendo defender al grupo y dándole peso en el buen inicio liguero, la sensación es que Sergio ve detalles que no le gustan.

Así, lo vivido ante la Sociedad Deportiva Éibar fue solamente un aviso. El discurso de aquel día dejaba en el aire la posibilidad de que el equipo hubiera perdido la perspectiva y la humildad, detalles que Sergio señaló el sábado. “Quizás nos hemos dejado ir un poquito”, aseguró. Aseverando que “no hemos dejado de competir; sí que nos hemos relajado”, la culpa, posiblemente, esté en las cuatro victorias consecutivas y en los elogios tras la derrota (2-0) ante el Real Madrid.

Un exigente camino
En muchas ocasiones las victorias dan un plus de confianza al equipo. Con 12 puntos consecutivos, el equipo se crece y se atreve a realizar aspectos o detalles futbolísticos que, en otras circunstancias, no buscaría. La confianza de las victorias suma pero, en este caso, puede estar restando. De la confianza en el juego a la relajación hay un mínimo paso y el Real Valladolid puede que haya dado una importante zancada.  El éxito debilita a los inexpertos como este Pucela y ese “endulzamiento” tras el Estadio Santiago Bernabéu que señaló Sergio González puede haber debilitado a un Real Valladolid que tiene en su entrenador a un guía que no quiere perder la “naturalidad” que le ha hecho grande en el Estadio José Zorrilla.

Sergio no quiere sacar los pies del camino marcado desde su llegada pero, quizás, este abocado y obligado a ello. Tras varios avisos y discursos directos pero discretos, la dinámica del Real Valladolid le puede obligar a pegar un golpe sobre la mesa. La “tensión competitiva”, aquélla que tanto añora el cuerpo técnico en las últimas semanas, es muy poco entrenable y, en muchas ocasiones, es intrínseca al estado y motivación del jugador, aquél que debe resetearse para no perderse por en el camino tan exigente de Primera división. Ese en el que las rosas de los elogios llevan duras espinas de realidad y exigente humildad.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte