«El problema del Real Valladolid es que no tiene gol». Esa es la afirmación rotunda para analizar el momento de juego del equipo de Sergio González. Obviamente, el Pucela tiene un problema. Es el equipo que menos goles ha anotado de la categoría y uno de los 11 que menos tantos ha hecho en las últimas diez temporadas en Primera división. Los pucelanos deben analizar qué les ocurre y entender que, quizás, su problema no es de gol sino de creación de ocasiones. ¿Cuántas grandes ocasiones ha marrado el equipo? ¿Cuántos goles ‘cantados’ no ha metido? ¿El problema es crearlas o meterlas?
Un objetivo secundario
Con el gol de Enes Ünal en Vigo y la duda de saber si el empate ante el Levante UD fue obra del turco o de Duje Cop, el bagaje de goles de los dos delanteros del Real Valladolid es inexistente. No hay más registros en sus casilleros y esto lleva a entender que el equipo blanquivioleta no tiene gol, descartando que los pucelanos tengan problemas y limitaciones para saber crear ocasiones de peligro, hecho que Sergio González destapó en la rueda de prensa previa al duelo de este sábado ante el Club Deportivo Leganés.
Antes de las palabras del entrenador catalán es importante analizar las sensaciones que deja el equipo en el juego y, por supuesto, la diferencia entre los dos puntos que ‘enfrentan’ el análisis ofensivo del Pucela. Hace un par de semanas aseguré en la tertulia de Radio Marca Valladolid que la diferencia es importante. Si bien aquel que debe generar las ocasiones es el entrenador, el que debe dar el gol es el vestuario. Iniciando por el primer punto, aquel que exige el modelo de juego, el resto debe acompañar pero sabiendo que sin él, no hay futuro.
Si el entrenador no dota al Pucela de herramientas para marcar vivir en campo rival es imposible que los delanteros tengan gol y esto es lo que está sucediendo en el Real Valladolid. Sergio quiere un equipo equilibrado y, por el momento, los movimientos, automatismos y exigencias para ello pasan por ser un conjunto compacto, seguro y sin fisuras. Es decir, el Pucela se centra en un contexto defensivo y de ajustes. El Pucela deja en un segundo plano el ataque. Intenta mejorar y crecer desde el trabajo pero con un discurso sensato y lógico.
El cuerpo técnico del Real Valladolid sabe que la irregularidad y los desequilibrios le debilitan. Sergio y todos sus ayudantes entienden que, ahora, el equipo debe vivir partidos de pocos goles. Por ello, el Pucela es un equipo replegado, un conjunto de pocos metros y con un estilo ‘feo’. No es un equipo vistoso ni una idea muy atractiva para el espectador ajeno pero si un modelo lógico por la exigencias, limitaciones y realidades del equipo. Este Pucela debe estar unido y compactado. Ahí está su identidad y es desde esa condición desde la que puede optar al crecimiento y a la evolución.
Sergio asume su culpa
Este Real Valladolid va a generar, al menos hasta el mercado invernal, pocas ocasiones. Va a ser un equipo que construya poco de cara a la portería rival y, por lo tanto, tendrá poco gol. El argumento de la debilidad ofensiva será constante hasta dejar a un lado el discurso que defendió Sergio este jueves. En la previa a recibir al Club Deportivo Leganés, Sergio mencionó la “rentabilidad” que está tendiendo su equipo en ataque.
Dando por hecho y asumiendo que su equipo genera poco, el entrenador catalán elogiaba a sus jugadores por el máximo rendimiento que están sacando a sus herramientas. Sergio, asumiendo la culpabilidad del poco gol del equipo, contestaba a la pregunta que debe marcar todo el análisis del equipo. ¿Cuál es el problema del Real Valladolid? ¿Qué no marca o que genera poco? Según Sergio, los datos y las sensaciones, este Pucela crea pocas ocasiones y lo hace porque el entrenador así lo quiere.
Desde el trabajo y el crecimiento, el Pucela mejorará esta prestación. Hasta entonces, deberá sacar el máximo rendimiento a sus ocasiones. Ciertos estudios hablan de que estas oportunidades son pocas y débiles. En mejorar el adjetivo está el trabajo más inmediato de un Sergio que asume su culpa en el objetivo de hacer de su Real Valladolid un equipo consistente y todo lo contrario de lo que lo fue en 135 de los últimos 180 minutos de juego. Ese Pucela, que nadie aprueba, puede generar más e, incluso, marcar más pero todo a costa de conceder y ‘regalar’ más al rival. Marcadores altos inviables para este Pucela. Ahora o en mayo.