RC Celta de Vigo 3 – 3 Real Valladolid | Empate merecido en un campo de élite
El Real Valladolid sumó un importante punto en su visita al Estadio de Balaídos. El equipo de Sergio González supo remar, madurar y merecer el punto con un incansable trabajo hasta el último suspiro del partido. Pese a que el duelo comenzó siendo dominado por el equipo de Mohamed, el Pucela supo aplacar la fuerza inicial del equipo celeste, dar un paso al frente, hacerse con el balón y terminar ganando un merecido punto en el último suspiro del partido. El merecimiento del empate es innegable para un equipo que, lejos de un juego tan brillante como elogiable, supo mostrar en Vigo una inmejorable madurez, aquélla que en muchas ocasiones da puntos, como en este caso, y que también vale para conseguir objetivos.
· La CRÓNICA del empate (3-3) ante el RC Celta de Vigo, para ElDesmarque Valladolid ·

De Borja a Sergio
Si tras la derrota (0-1) ante el Deportivo Alavés se vio a un Sergio González enfadado por cómo se había cerrado y por lo que había ‘regalado’ el equipo blanquivioleta, en la rueda de prensa de Vigo se apreció una versión del entrenador pucelano muy orgullosa. El catalán sabía que su equipo había estado bien e intentaba ignorar lo ocurrido en los primeros compases del partidos. Como él actuaba Borja Fernández, uno de los jugadores más determinantes en la lectura y ejecución táctica de los partidos.
«Partidazo del equipo. Algunos se quedarán con 14 minutos malos…», aseguró el ‘8’ en Instagram. El gallego, convencido del gran juego y del excelente rendimiento del equipo, fue contundente en su explicación. El partido del Real Valladolid había sido soberbio y por ‘partido’ también se entiende ese tramo del primer tiempo en el que los blanquivioleta se vieron superados por el rival. Un enorme rival, por cierto.
Hablar de que el Real Club Celta de Vigo «superó» al Real Valladolid en el inicio del partido es una realidad y es importante enfocar el análisis en ese punto. El Pucela fue superado. Nada más. Hablar de que el Pucela salió mal al partido o, incluso, cuestionar la actitud de los jugadores es, como poco, exagerado. El rival no era un cualquiera. Por datos, plantilla, ambición y realidad. El equipo gallego dominó ese inicio de partido y fue mejor que el Real Valladolid en los primeros 15 ó 20 minutos pero sólo ahí. Después, el Pucela fue dueño del partido.
«Balones a Nacho»
El éxito del Real Valladolid fue en todas las facetas. Sobrepasado el minuto 20 de partido y aplacado el fuerte inicio vigués, el Pucela, sorprendentemente, comenzó a jugar tranquilo. Combinó, trianguló, evolucionó y creó peligro. Parecía un equipo maduro tras los dos primeros goles y, posteriormente, demostró estar vivo y ser peligroso. El gol de Óscar Plano confirmó esas sensaciones que ya nunca se fueron del partido. Ni el tercer tanto del Celta de Vigo, cuando mejor estaba el Pucela, calmó la ambición de un equipo con las ideas muy claras y muy bien ejecutadas en 70 minutos.
Los fallos defensivos del inicio de partido quedaban atrás. El Real Valladolid era consistente y llegaba a la meta rival. A todo ello, y como ya fue patente en la derrota (0-1) ante el Fútbol Club Barcelona, Sergio González y Diego Ribera supieron darle un plus al equipo desde el banquillo con los cambios. La entrada de Toni Villa y la de Enes Ünal dieron una marcha ofensiva más a un equipo que quiso terminar el partido en el área rival.
El Pucela quería empujar, apretar y buscar el empate. Dicha igualada, merecida en el rendimiento, llegaría en el último instante del partido. La enésima aparición de Nacho Martínez en el perfil izquierdo sirvió para que Leo Suárez se estrenase como blanquivioleta y para que el Pucela confirmara lo que ya era una realidad en el juego: el Real Valladolid tiene esa madurez tan necesaria para conseguir una salvación.