La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Linternazos

El Real Valladolid se salvó con Neira en la plantilla

A pocas horas para el estreno, el entorno del Real Valladolid se muestra preocupado por la calidad de la plantilla. No sólo del once titular sino del fondo de armario

El viernes está a la vuelta de la esquina. El Real Valladolid ya mira al duelo ante el Girona FC y el entorno blanquivioleta lo hace con preocupación. «¿Con esta plantilla queremos salvarnos?». Ésta es una de las mayores preguntas que se hace el mundo vallisoletano a la vez que se hacen quinielas de lo que necesita fichar el equipo. Esos perfiles que se buscan van más allá del once titular. El entorno pucelano quiere una plantilla perfecta. Sin fisuras. Sin desniveles. Obviamente es algo imposible. En un proyecto como éste, con los condicionantes de tiempo y económicos que tuvo y tiene el Club, el Real Valladolid, siendo honestos y realistas, se debe basar en un once titular y en una segunda línea trabajadora, ambiciosa y competente. Por ese orden. Por suerte, muchos de esos perfiles ya están en la plantilla. ¿De verdad se va a menospreciar a jugadores como Antoñito Regal, Luismi Sánchez o Anuar Tuhami para formar una plantilla? ¿De verdad? ¡Estaríamos locos!

Un jugador con un estatus alto, tanto económico como futbolístico, no asume una suplencia y no responde cuando juega. Un futbolista ante la oportunidad de su carrera, sí, y éste es el perfil que debe sostener al Pucela •

El Real Valladolid celebra, sobre el césped de Zorrilla, la salvación de la temporada 2012/2013 | <em><strong>Foto: Vavel.com</strong></em>
El Real Valladolid celebra, sobre el césped de Zorrilla, la salvación de la temporada 2012/2013 | Foto: Vavel.com

Los métodos de Djukic
Lo que pasó en el Real Valladolid en la temporada 2012/2013 fue histórico. Además de por conseguir la última salvación del equipo blanquivioleta en Primera división, lo que se vivió aquella temporada en el Estadio José Zorrilla fue llamativo. Los métodos de Miroslav Djukic aquel año fueron tan sorprendentes como arcaicos. Que los jugadores tuvieran el peto de suplente o titular desde el primer día y que el equipo trabajase desde la primera sesión semanal la formación que iba a ser titular el fin de semana fueron unos métodos cuestionables y criticables, pese al innegable éxito deportivo que tuvieron.

Curiosamente, salvo contadas ocasiones y detalles, aquél fue un equipo que no levantó la voz y que trabajó con fuerza y tesón por la salvación. Al nivel diferencial de Óscar González y Patrick Ebert se sumó la regularidad de jugadores como Antonio Rukavina, Marc Valiente, Víctor Pérez o Mikel Balenziaga. Estos hicieron la fuerza motriz pero los detalles y el trabajo secundario, tan importante tantas y tantas veces, lo hicieron esos compañeros de peto amarillo Kappa de lunes a viernes.

Carlos Peña, Daniel Larsson, Javi Baraja, Lluís Sastre o Rubén Peña sumaron en el día a día y aprovecharon sus oportunidades. Cuando Miroslav Djukic no les daba peto ellos veían una oportunidad, no un desprecio. Así se sustentó aquella salvación y gracias a ellos, incluso a Juan Ángel Neira o Valdet Rama, el Real Valladolid continuó una temporada más en Primera división.

Suplente. No secundario
Aquel Real Valladolid respondió. El grupo se hizo fuerte y fue el que tiró del equipo, incluso en una etapa de cinco semanas consecutivas sin ganar. Ese Pucela supo aprovechar la inercia del ascenso y encaminar su objetivo desde la primera jornada. Aquel Real Valladolid no ganó los dos primeros partidos ligueros por fútbol, juego o planteamiento. Ni mucho menos. Fue el hambre del equipo, individual y colectivo, el que le llevó al éxito.

La fuerza motriz tiró del grupo pero porque muchos jugadores se dejaron llevar por el equipo. Las ganas de debutar en Primera y la ambición de sumar en una temporada histórica para ellos supusieron un punto de fortaleza para el equipo. Ninguno de los que esperaban en el banquillo eran estrellas pero alguno, incluso, con el día a día, pasó de estar desterrado a ser titular por delante de un peso pesado.

Eso sólo se consigue sabiendo tu rol, asumiendo tu realidad y entendiendo que eres suplente, no secundario. Tristemente, no todos los jugadores valen para estar en un banquillo y, ni muchos menos, todos consiguen o quieren abandonar ese rol desde el trabajo diario y semanal.

Juan Ángel Neira, en el Estadio José Zorrilla en su presentación con el Real Valladolid | <em><strong>Foto: ElFútbolesNuestro</strong></em>
Juan Ángel Neira, en el Estadio José Zorrilla en su presentación con el Real Valladolid | Foto: ElFútbolesNuestro

Titulares y suplentes siempre han existido y siempre lo estarán y una ambición desmedida coacciona al grupo. Era sabido que Asier Villalibre, viniendo del Athletic Club, no iba a soportar estar a la sombra de Jaime Mata. De igual forma ocurrió con Vincenzo Rennella o Jonathan Pereira, por ejemplo. ¿Sumar? ¿Ellos? Sí, por qué no, pero desde la titularidad y con un estatus definido e inquebrantable desde el primer día.

Su idea dista mucho del trabajo diario, del compromiso férreo y de la fortaleza para al grupo que dan jugadores como Antoñito Regal, entre otros. El ’18’ es un futbolista que no tendrá reparos en cambiar su posición o su estilo por debutar en Primera y ayudar al Real Valladolid en su objetivo de la salvación.

Jugadores como él y como tantos otros en duda para seguir, deben estar siempre en mi equipo. Como lo era Jaime Mata cuando no marcaba ni jugaba, por ejemplo. Con futbolistas como él se puede formar un buen equipo. Con otros como Rennella, Pereira, Medunjanin o Pelé, no. Y eso que son mucho ‘mejores’. Mucho.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte