El frente ofensivo del Real Valladolid estaba, a falta de dos delanteros y un extremo zurdo cerrado. Sin concretar los ‘9’, el Pucela finiquita los acompañantes de estos
Ivi López, Keko Gontán y Rubén Alcaraz habían potenciado el frente ofensivo del Real Valladolid durante este verano. El equipo de Sergio González veía mejoradas sus prestaciones de ataque pero no completadas. El catalán aún necesita la referencia de dos delanteros. Es lo único que falta porque con la llegada de Daniele Verde al Estadio José Zorrilla, el equipo concreta el perfil que faltaba para la segunda línea del ataque. Un jugador zurdo y válido para todas las posiciones de acompañamiento en el ataque ofrece un plus muy completo al Real Valladolid. Su calidad, determinación y personalidad amplían las variantes de un equipo que crece en su potencial con un futbolista de muchas condiciones pero que, en otros muchos aspectos, llega a ser una incógnita.
· La presentación, en ElDesmarque Valladolid | “¿Quién es, realmente, Daniele Verde?” ·
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Siempre se ha afirmado que en el fútbol se pagan, y muy caros, los goles. El Real Valladolid actual bien lo sabe. Miguel Ángel Gómez está esperando a poder cerrar dos delanteros que completen el equipo y que den el plus definitivo al conjunto blanquivioleta. No es sencillo pero en esa dura pelea y espera, la dirección deportiva vallisoletana ya ha conseguido cerrar la segunda línea del ataque pucelano. Las cuatro incorporaciones llegadas al Estadio José Zorrilla llegan para dicha demarcación y lo hacen con perfiles muy diferentes.
El último en llegar ha sido Daniele Verde, un jugador totalmente opuesto a lo que había en el equipo y muy diferente a lo que ha llegado en estas últimas semanas de pretemporada. El perfil del jugador italiano nada tiene que ver con lo que trabajaba Sergio González. En el puesto del que parta, nadie se le parece. Toni Villa, en la izquierda, tiene un juego totalmente opuesto. En la derecha, por pierna natural, Keko Gontán es muy diferente. En otros sectores como la media punta o la segunda punta, Alcaraz, Óscar Plano o Ivi son radicalmente opuestos.
Siendo un perfil novedoso, Daniele Verde es un jugador de conducción y con un arranque determinante. Sus primeros metros son únicos. Sabe marcar las diferencias en esos segundos de juego. Tiene determinación y personalidad pero, como aseguró en su presentación, prefiere jugar en el costado derecho. Sabe de sus condiciones y entiende que potenciando el juego interior puede marcar más las diferencias.
Él quiere jugar por el carril diestro pero sus condiciones, unidas a las necesidades del equipo, le llevarán a variar su posición. Por juego, Verde puede ser extremo izquierdo aunque es cierto que lo haría para ser menos determinante. Podría potenciar menos su golpeo a puerta y se vería menos influyente en el último pase. En la necesidad de hacer el campo ancho y buscar variantes exteriores, Verde será extremo izquierda. Será una alternativa secundaria. Su papel protagonista será en la derecha o por dentro. Ese rol de segundo punta con libertad puede ser cumplido, y con gusto, por el cuarto fichaje del verano.
Personalidad, irregularidad…
Aceptar ese rol con gusto viene marcado por un jugador que llega al Real Valladolid dentro de un sueño pero, también, en una ambición y necesidad de ser protagonista. Siendo un jugador poco regular y constante en su rendimiento, el italiano es un futbolista con mucha personalidad y con hambre de ser el líder del equipo. Le gusta marcar la diferencia y ser el responsable. No tiene miedo en asumir peso en las exigencias de juego del equipo pero sí ofrece dudas al no ser constante en ello.
Por ello, el salto que Daniele Verde realiza a llegar al Real Valladolid es importante. Una cesión con opción de compra supone una inversión fiable en un jugador de sus condiciones. Miguel Ángel Gómez y equipo de trabajo quieren ver al jugador para, después, tomar una decisión de cara al futuro. Las expectativas son elevadas pero la realidad, una incógnita. Verde llega para sumar al Real Valladolid pero, también, para ser determinante. Él no quiere ser uno más. Él busca ser diferente y, a su vez, diferencial. Paso a paso, partido a partido y éxito a éxito. No pensemos que será diferencial desde el primer partido. De momento, sólo es diferente en el juego.