Real Zaragoza 3 – 2 Real Valladolid | El Pucela se la juega en la última jornada
No hay duda de que Sergio González ha cambiado al Real Valladolid. El entrenador barcelonés ha conseguido que el equipo pucelano dependa de su partido para disputar el próximo play-off de ascenso pese a una derrota en Zaragoza que demuestra muchas de las circunstancias en las que se mueve el equipo blanquivioleta. Tanto positivas como negativas. Transmitiendo mucho más sentimiento, ambición y coraje que fútbol, el Pucela sale reforzado de un partido en el Estadio de La Romareda en que la actuación del colegiado Arcediano Monescillo fue determinante para el resultado final y en la reducción de las opciones pucelanas.
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Empecemos por lo llamativo
Podemos darle toda la trascendencia al partido que queremos. Empezando por el juego y terminando por los cambios de esquema de unos y de otros pero la gran realidad del partido está en la actuación de Arcediano Monescillo. Nunca un nombre tan complejo fue repetido con tanta facilidad. Cuestión de repetirlo. Empezando por valorar que su actuación global fue mala, el Real Valladolid fue tremendamente perjudicado. Dos penaltis, uno dudoso y otro inexistente, marcan cualquier partido y si éste se resuelve por detalles, más todavía.
En un enfrentamiento igualado, como el que se vivió en Zaragoza, dos penaltis son trascendentales. Lo es, igualmente, una expulsión pero dos penas máximas, como su propio nombre define, son un castigo muy elevado y más si éstas son como las que vivió el Real Valladolid. La primera ofrece dudas y posibilita un debate. La segunda, es innegable. Con todo, no se puede escapar en el análisis que el Pucela fue gravemente perjudicado en la segunda parte de un duelo que deja grandes esperanzas en el ambiente blanquivioleta.
Nada que ver con Reus
Ya lo decía Míchel tras el partido, el equipo sale «reforzado» del duelo de Zaragoza porque hizo todo lo que estuvo en su mano para ganar el partido. Se sobrepuso a todo lo vivido y consiguió llevar el duelo vivo hasta el último minuto. Éste si es un equipo en el que se puede creer y no el de hace un año, por ejemplo. La situación del actual Pucela y el de la temporada pasada es similar. Llegan a la última jornada sin certificar el play-off y deberán hacerlo ante un equipo de la zona alta de la clasificación.
Es verdad que el Real Valladolid depende, ahora, sólo de su resultado, no como la temporada pasada. ¿Por qué? Porque se lo han ganado. Este equipo no transmite demasiado fútbol pero sí todo el sentimiento del mundo posible. Con él es difícil poder crear un objetivo y una senda para una temporada pero sí puede valer para solucionar una papeleta como la que tuvo que hacer frente Sergio González hace poco más de un mes.
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Ese sentimiento, esa ambición y el coraje se vieron potenciados en Zaragoza, un duelo que el Real Valladolid perdió pero en el que el máximo protagonista del duelo, más allá de Arcediano Monescillo, fue Cristian Álvarez, portero del Real Zaragoza. El cancerbero argentino destacó durante todo el partido por la cantidad de ocasiones que desbarató del Real Valladolid. Siempre dicen que si el portero es el mejor jugador de un equipo, es que ese equipo no estuvo muy bien o que, por el contrario, el rival sí lo estuvo y es en este punto en el que se centra el Pucela. Cristian fue el mejor de un duelo que fortalece al Real Valladolid, un Pucela de sentimiento.