La solvente victoria del Real Valladolid ante el Lorca FC confirma que este Pucela sí tiene muchos de esos credenciales que llevan a un equipo a conseguir el objetivo
9 de mayo de 2018 | «¿Qué es en lo que ha cambiado el Real Valladolid?»
El partido de este sábado ante el Lorca FC era determinante para el futuro blanquivioleta. Las cuentas que salían tras ganar (0-1) en Soria se debían confirmar con la victoria sobre el equipo de Fabri González pero, más allá de los tres puntos sobre el equipo lorquino, la visita vallisoletana al Estadio Artés Carrasco será recordada por el gesto de madurez y compresión futbolística del equipo de Sergio González. El entrenador barcelonés ha cambiado al equipo blanquivioleta, en concepción y mentalidad, hasta el punto de confirmar un punto de la evolución que no es que no lo diera Luis César Sampedro, es que nadie antes se lo había dado.
La mentalidad para acudir a un partido ‘ganado’ siempre ha sido contraproducente en el Real Valladolid. Todo porque nadie entendía los objetivos que debía tener el equipo en esos duelos. El caso más reciente y que mejor explica todo esto es la derrota (2-0) de la temporada pasada en Reus. Aquel día el partido tuvo un camino muy parecido al que pudo tener el de este fin de semana. El gol rival llegó tras casi 20 minutos pero con la diferencia de que en esta ocasión, el rival no aumentó la distancia.
¿Por qué no lo hizo? Por muchos detalles pero el primero de ellos y, obviamente, el principal, porque los pucelanos sabían dónde estaban y estaban mentalizados de que el tanto rival era una opción. Sabían que el partido se podía poner cuesta arriba y que deberían pelearla. Para ello es determinante la mentalización, aquélla que sí parece tener ahora el Real Valladolid. Sabiendo dónde estaban y entendiendo que el objetivo del partido no cambiaba por un gol, el objetivo real y maduro de hacer el partido maduro se instauró. El gol lorquino no cambió el plan, no hizo abrir las líneas a los pucelanos y nos les llevó a cambiar su mentalidad. Sergio y los suyos sabían que el partido era de 90 minutos, no de 18.
Saber encajar
“Nadie habló de que había que dejarles a cero”, podría haber argumentado el Real Valladolid tras el tanto de Carlos Pomares. El planteamiento no se caía por el tanto del Lorca FC, como si pareció ocurrir la pasada temporada en Reus. En aquella ocasión, la madurez pasó desapercibida por el bando visitante y la angustia y la ansiedad se hicieron patentes tras el tanto rival. En esta ocasión, no. La dosis de realismo que llevaba instalada el equipo ayudaría a conseguir la remontada y la victoria en un gesto de madurez que demuestra la evolución del equipo.