Sin grandes alardes ni excesivas revoluciones, Sergio va dejando detalles de cambio en el Real Valladolid sin explicar si son rasgos propios o necesidades del equipo
La aportación ‘social’ de Sergio | «¿Qué es en lo que ha cambiado el Real Valladolid?»
Lo pensé y lo sigo manteniendo. Éste no es ‘su’ Real Valladolid y muy poco tendría que ver con el Pucela que Sergio diseñaría si hubiera comenzado la temporada o si, por lo menos, hubiera tenido trascendencia en el mercado invernal. Con todo, y en el claro cambio de contexto, emociones y esperanzas que está realizado el ex del RCD Espanyol en el Estadio José Zorrilla, hay detalles de cambio en el actual Pucela. Se ven rasgos futbolísticos que hablan de una pequeña variación en el juego. Pese a que siempre pensaré que lo que Sergio ha hecho es adaptarse a la situación blanquivioleta, su Real Valladolid muestra un cambio evolutivo.
Pura adaptación
Cuando un entrenador llega a un nuevo equipo y consigue buenos resultados o un cambio de dinámica y sensaciones, el análisis es sencillo. “Qué bien nos hubiera ido si el cambio se llega a hacer antes”. Ahora, Sergio González parece el salvador del equipo y Luis César Sampedro el único culpable cuando, en realidad, lo único, que no es poco, que ha hecho el barcelonés es adaptarse a lo que demandaba el equipo y la situación global del juego. Por ejemplo, el Real Valladolid necesitaba ser un equipo más pequeño, tener sus líneas más juntas y ser menos vulnerable tras una pérdida de balón.
En definitiva, Sergio vio que el Real Valladolid era un equipo que exigía empaque y, poco a poco, se lo está dando. Desde ahí, quiere crecer. En la derrota (0-1) ante el Sporting de Gijón le dio pequeños detalles en la salida. Por ejemplo, Borja Fernández no entraba entre centrales para la salida. Sergio, de una forma lógica, no quiso romper con todo lo establecido y trabajado y está queriendo inyectar pequeñas ideas y detalles sobre la base global del equipo. Esa salida de balón con tres centrales se sigue viendo pero no como norma habitual. De la base en la salida, ahora es más un recurso de seguridad.
Posiblemente, Sergio quisiera tener un equipo de propuesta abierta, avanzada y de balón, pero estas son exigencias a medio/largo plazo, opciones que él no tiene. Debe ir al día y contando con las muchas dificultades que se encuentra semana a semana. Bajas, sanciones… La preparación de los partidos no está siendo nada sencilla y demuestra una gran adaptación del técnico y de Diego Ribera a todo lo que se han encontrado.
Primero se tuvieron que adaptar al equipo y al vestuario; después, a la categoría; y, semanalmente, a los muchos condicionantes. Con todo, crecen y comienzan a ver a este Real Valladolid como a ese equipo con rasgos que les definen en su estilo de fútbol y, sobre todo, en su guión establecido para esta breve etapa.
El ejemplo de Mata
El crecimiento está siendo constante y Jaime Mata es el mejor ejemplo. Desde el duelo ante el Sporting de Gijón, el Pucela ha trabajado tres semanas en la mejora de errores y en la adaptación a las circunstancias del juego y de la competición. En ese primer partido hubo una gran descompensación entre las líneas ofensivas. En el objetivo de no conceder tanto atrás, Mata quedó muy lejos de la zona de creación.
El ‘9’, acostumbrado a estar muy arropado en campo rival, vio como dejaba de ser protagonista. De líder del juego pasó a ser una isla desde la que debía compactar al equipo. A él también le tocaba aclimatarse a la necesidad del equipo. El Real Valladolid debe ser un equipo pequeño entre todas sus líneas. Debe no conceder y hacer “maduros” todos sus partidos. Sergio, desde la victoria (1-2) en el Estadio Carlos Tartiere, habla de ese partido como el ejemplo de lo que debe ser su Real Valladolid ahora.
Lo es por las pocas ocasiones concedidas, lo compacto del equipo y el aprovechamiento de las ocasiones ofensivas. En un partido ‘feo’, el Pucela sacó petróleo. Como en Soria (0-1) este pasado fin de semana.
Inyectándole, semana a semana, detalles del juego, propios de la exigencia de la competición y del sistema del rival, Sergio González va sumando puntos a la base de juego del equipo. Ciertas ideas han variado, un puñado de jugadores han entrado y otros han perdido protagonismo pero todo dentro de conceptos básicos en el esquema de Luis César Sampedro, aquél que pedía cambios, solicitados por los jugadores, pero que tenía una buena base sobre la que construir una ambición y, por qué no, un ascenso.