Albacete 2 – 1 Real Valladolid = Los blanquivioleta, lejos de un nivel competitivo
Perder así, sin fuerza, sin reacción, con pocas ocasiones y con el dominio del rival en el tramo final del partido, demuestra que el Real Valladolid está muy lejos de un nivel competitivo acorde a la categoría. Los de Luis César Sampedro no es que solamente estén rotos sino que, también, están perdidos. No sabe qué hacer y parecen estar muy lejos de cualquier posibilidad de identidad. Los 90 minutos ante el Albacete Balompié son, simplemente, la continuación de la última media hora ante el Club Deportivo Numancia. El mazazo psicológico tras la remontada (2-3) soriana no ha servido de motivación, como esperaba el entrenador, para un equipo debilitado, sin ideas y lejos de cualquier opción de competir, en la categoría y en sus cualidades.
· La crónica, realizada para ElDesmarque Valladolid | “Este Pucela toca fondo” ·

¿Qué es ‘competir’?
“Este equipo compite por encima de sus posibilidades”, “compitiendo mejor, el equipo crecerá” o “éste no es un equipo competitivo” son diferentes sentencias que se pueden escuchar semanalmente en el fútbol. Creo, sinceramente, que están exageradas porque nadie explica qué es realmente ‘competir’. El argumento más utilizado para afirmar qué es el fútbol, no tiene una visión única. Es un término muy subjetivo. Lo que puede ser válido para uno, puede no valer para otro. Y viceversa.
Personalmente, creo que ‘competir’ es minimizar tus debilidades y potenciar tus cualidades. Es decir, hacerte fuerte en un partido desde las cualidades propias y tras esconder las debilidades que en ese momento tenga cada uno. Sobre el papel son unas, durante el partido pueden ser otras. Ahí está lo que yo considero competición y competitividad y, obviamente, el Real Valladolid no tiene actualmente ninguna de las dos condiciones. No consigue mostrar ninguna fortaleza ni identidad y, en cambio, muere por sus debilidades.
De la misma forma, su adaptación al partido es nula. Si bien ante el Club deportivo Numancia en los últimos 30 minutos el equipo estuvo roto y debilitado a merced del juego de los de Jagoba Arrasate, en esta ocasión, ante el Albacete Balompié, pasó algo similar. Cómo transcurren los últimos 10 minutos de partido confirman las debilidades y pocas fortalezas de un conjunto sin identidad pero, ante todo, con poca adaptación al juego.
Sin capacidad de contrarrestar
Para esta definición de ‘competir’, un equipo debe tener carácter y fuerza y, actualmente, el Real Valladolid está muy lejos de ambas exigencias. Los de Luis César Sampedro no entienden por dónde deben llevar el partido y sufren ante cualquier adversidad. Son débiles psicológicamente para superar un golpe pero, sobre todo, a la hora de contrarrestar. No tiene claridad para superar un error pero, peor aún, para proponer tras él. Así, y tras un aseado comienzo de partido, el primer gol de Roman Zozulia rompía los esquemas y anulaba al Pucela.
Sin opciones de ejecutar el plan inicial y seguir con el libro planteado en el inicio, Luis César y los suyos carecen de ideas y alternativas. Más aún cuando la distancia se amplía. Dos goles de diferencia son un bache muy amplio para el Real Valladolid. Con el doblete del punta ucraniano, el partido estaba ya sentenciado.
El Real Valladolid ya no tendría reacción y pese a las pequeñas ilusiones tras recortar distancias y rozar el empate con Asier Villalibre, el encuentro tomó una dinámica en la que mandaba el Albacete Balompié. El equipo manchego, en lugar de cerrar líneas y trabajar por no encajar, siguió buscando al rival y más cerca estuvo de superar, por tercera vez a Jordi Masip, que de recibir un segundo gol. Con todo, los de Enrique Martín supieron ‘competir’ su partido. Hicieron de su estilo la base del duelo y escondieron sus debilidades, todo lo contrario de un Real Valladolid que enseño todos sus problemas, aquéllos que crecen tras la tercera derrota consecutiva.