Uno de los nombres propios de la presente temporada es Ibán Salvador. El ’24’ blanquivioleta se ha definido como el mejor resumen de lo que ha supuesto la llegada de Luis César Sampedro al Real Valladolid, pero no es el único. Luismi Sánchez, el mejor jugador en la goleada (4-1) ante el Córdoba CF, con gol y asistencia incluido, lleva a un debate de saber qué ocurrió con este jugador la temporada pasada. Sin minutos con Paco Herrera en el Estadio José Zorrilla, el gaditano tuvo que salir cedido para, ahora, vivir su mejor momento como futbolista profesional siendo el reflejo del fútbol de un Real Valladolid ambicioso y goleador que es segundo clasificado en la competición con un juego muy propio del ‘6’ blanquivioleta.
El reflejo del juego
Esta semana, en el videoblog de ElDesmarque Valladolid, hablo, y refiriéndome a Ibán Salvador, de que un entrenador se debe aclimatar mínimamente al estilo concreto e individual que tienen todos sus jugadores. Ibán obliga a cambiarlo. Luismi Sánchez, por su parte, ayuda a definir ese estilo. Ahora, y ya sea por estado de forma, situación en el terreno de juego o aclimatación al esquema de Luis César Sampedro, el ‘6’ blanquivioleta es la mejor definición de qué busca este equipo con el balón en los pies.
El estilo del ex del Sevilla Atlético es el de un jugador que roba, buscar correr, ser ofensivo y llegar a la meta rival. Si puede ser en tres toques, mejor que en seis. Es un futbolista rápido, vertical e inteligente. Es un centrocampista que quiere ser protagonista y que, actualmente, lo está siendo. Está adquiriendo un papel fundamental porque Luis César Sampedro busca un fútbol vertical. EL Real Valladolid quiere ser dominador, entre otros aspectos, desde las transiciones y el ataque profundo, un estilo muy diferente del que quiso imponer y diseñar Paco Herrera durante la temporada pasada.
Si bien es cierto que nunca se vio una identidad tan férrea en el Pucela del pacense como se ve ahora en el Real Valladolid de Sampedro, el protagonismo de Luismi esta temporada no me parece que deba señalar tanto al actual entrenador del Sporting de Gijón como, por ejemplo, si debe serlo en el no aprovechamiento de las cualidades y el fútbol de Ibán Salvador. Si con el ‘24’, desde el exterior, se aprecia un mal trabajo sobre las cualidades del jugador, en el caso del ‘6 su situación se puede definir a una cuestión de gustos futbolísticos.
Una decisión incongruente
Por mucha unión, complicidad y entendimiento que existiera entre Paco Herrera y Braulio Vázquez, Luismi Sánchez pudo ser la excepción de ese sentimiento similar que tenían ambos. Ahora, viéndole jugar, ser determinante e, incluso, presenciar un fútbol en el que asiste y marca, sorprende ver como hace un año escaso, cuando André Leão cayó lesionado, el sustituto del portugués no fuera el gaditano y sí un defensa central.
Es cierto que Alberto Guitián ha competido como centrocampista pero su fichaje por el Real Valladolid se produce para el centro de la zaga. Pese a ello, Herrera sacó de zona al cántabro para cubrir la baja del jugador. Algo similar, por ejemplo, sería actualmente utilizar a Borja Fernández ante la baja de Deivid Rodríguez o Kiko Olivas en la zona central. Parecía incongruente en su momento, pese al buen trabajo del ‘20’, y ahora, un año después, se confirma como despropocionado e injustificado.
A nivel de rendimiento, ese gran señalado y protagonista en el mundo del fútbol, es incomprensible que Luismi saliera como salió de Valladolid. Quizás la respuesta podría estar en unas palabras de Paco Herrera. El propio entrenador podría confirmar que la no utilización del que es, actualmente, uno de los mejores jugadores del Real Valladolid se debió a una cuestión de gustos y estilos.
Luismi Sánchez podría no tener lugar en lo que el pacense quería. El equipo tenía sobrepoblada esa zona o el entrenador le veraí sin hacer en aquel momento. Todo ello no quita para que el tiempo haya visto incomprensible que el jugador se marchara cedido sin una oportunidad como titular. Una opción que el equipo necesitó cuando vio caer a André Leão. Desaprovechar a Luismi es una locura. Antes, ahora y siempre.