Borja Fernández regresa al Real Valladolid para iniciar su tercera etapa en el club blanquivioleta rodeado de opiniones que debaten sobre si es necesario su perfil
Es sorprendente. Nadie lo puede negar. El regreso de Borja Fernández al Real Valladolid llama la atención. Salido del Estadio José Zorrilla hace poco más de un año, el gallego vuelve a Valladolid para vivir su tercera etapa y lo cierto es que genera demasiada pereza. Es una desidia que no provoca el futbolista sino que hace todo lo que engloba al jugador. Con 36 años, tras una gran participación en la Unión Deportiva Almería, con un director deportivo y un entrenador nuevos y en un proyecto de connotaciones muy diferentes a los anteriores, el gallego llama la atención del Real Valladolid. Guste o no lo hecho por Borja anteriormente. Incluso, guste o no a nivel extradeportivo, el centrocampista ha pasado varios filtros y muy diferentes para regresar a Valladolid y que se vuelta genere la «pereza» que supuestamente está provocando. Futbolísticamente, lo suyo no es pereza.
Cuestiones futbolísticas
“Míster, ¿qué buscaba con este cambio?”. “¿Por qué quiso hacer esa sustitución?” Estas son preguntas que se escuchan en diferentes ruedas de prensa pero que, bajo mi punto de vista, se realizan poco. Se pregunta con escasez por qué se han realizado diferentes cambios. Da la sensación de que no hace falta preguntar. Ya se dan por hechas las respuestas. Como diría Gerard Piqué hace unas semanas, se habla poco de fútbol y, en cierta manera, es verdad. Tras los partidos, en las previas y, desde ahora, en los fichajes.
Ya no se habla de qué puede aportar un jugador en concreto o que lleva, futbolísticamente hablando, a un equipo a fichar a un jugador. Los temas ya no son puramente futbolísticos. Así, da la sensación, por lo escuchado tras la llegada de Borja Fernández, que el Real Valladolid firma el regreso del centrocampista gallego por temas que nada tienen que ver con el rendimiento que el jugador pueda dar sobre el terreno de juego o las cualidades que éste pueda aportar al equipo blanquivioleta.
Fichado por una nueva dirección deportiva diferente a la que le fichó en enero de 2016 y reclutado por un entrenador diferente al de aquella época, pocos argumentos futbolísticos se han leído o escuchado sobre el regreso del ex de Getafe CF o de la Sociedad Deportiva Éibar, entre otros. Con la propuesta de Miguel Ángel Gómez, la aprobación del cuerpo técnico de Luis César Sampedro y el apoyo de Carlos Suárez, personalmente, nada me hace dudar del fichaje de Borja Fernández. Es una incorporación, inicialmente, llamativa pero que con el rendimiento deportivo de sus últimos meses en la Unión Deportiva Almería, se define como un fichaje muy propio de este nuevo Real Valladolid 2017/2018.
Hecho para este Pucela
La opción de que Borja regresar a Valladolid saltaba en la noche del lunes. Horas después, Miguel Ángel Gómez comparecía en sala de prensa y sin confirmar el fichaje, no escondía las opciones de que se viviera esta tercera etapa del canterano del Real Madrid en el Estadio José Zorrilla. El andaluz afirmaba que le gustaba la opción de que alguien pudiera “guiar” a los jóvenes y pudiera aportar otro fútbol en su proyecto. Lo dicho, sin dar nombres, señalaba a Borja y éste ya estaba de camino a Valladolid.
Regresa a su casa deportiva para asumir un rol futbolístico y de vestuario. Desde las primeras señas de identidad de este proyecto llevo defendiendo que, por fin, el Real Valladolid sabe dónde está. Miguel Ángel Gómez y su equipo de trabajo han definido a este Pucela como un equipo de Segunda división. Es de plata. No está en la categoría de plata. Se está haciendo un proyecto serio y consecuente con un vestuario que conoce la Segunda división y que puede dar un rendimiento inmediato.
Se acabó el tiempo de las oportunidades y de fichar grandes talentos por explotar. El Real Valladolid se está diseñando para competir desde el primer partido y en esas circunstancias se mueve hoy en día Borja. Lo hace como pocos. Físicamente está bien, futbolísticamente tiene cualidades y psicológicamente debe adoptar un papel protagonista que muy gustoso aceptará. Independientemente de que pueda guiar a muchos jugadores en una temporada tan larga como ésta, su condición futbolística es óptima y poco se ha reparado en ello.
Titular en ocho de las 14 victorias de la Unión Deportiva Almería la pasada temporada, a nivel de juego está a la perfección y todas las teorías que llevan a criticar su fichaje podrían ser derribadas porque llega para competir y jugar desde el primer día en un proyecto que parte sabiendo dónde está y en eso, Borja tiene pocos rivales. Sabe dónde llega y dónde competirá. Está hecho para este nuevo Real Valladolid y para LaLiga 1|2|3. Así que lo que viene siendo pereza, poca. Muy poca. Ilusión, tampoco, no nos engañemos, pero realismo mucho. Todo.