Con 53 partidos en Segunda división B y 71 en Segunda, el bagaje del nuevo entrenador del Real Valladolid tiene mucho fundamento en el Estadio Carlos Belmonte de Albacete. El míster, que ascendió al equipo manchego a la categoría de plata en 2013, es definido como «demasiado gallego» desde ‘Queso mecánico’. Recordado por Juan Luis García como un entrenador que impuso «un tipo de juego como hacía tiempo que no se veía en el Carlos Belmonte», la definición más elocuente sobre Sampedro llega al afirmar que en «lo personal» y en «las distancias cortas» es «alguien que merece mucho la pena». Con el inolvidable ascenso y el juego de su equipo. Luis César Sampedro mantiene un gran nombre en tierras manchegas pese a no terminar la última temporada.
Un gran recuerdo
El Albacete Balompié es, recientemente, club de Segunda división. El equipo manchego, tras perder la primera eliminatoria, ha conseguido llegar hasta el último partido y firmar el ascenso de categoría. Este pasado domingo, en la pertinente celebración en el Estadio Carlos Belmonte, muchos se acordarían del nuevo entrenador del Real Valladolid ya que Luis César Sampedro fue el último en conseguir el ascenso. Éste es un éxito que no se olvida en tierras manchegas, como bien recuerda Juan Luis García desde ‘Queso mecánico.com’.
“Luis César siempre será bienvenido en Albacete”, asegura porque “no hay que olvidar él el que sacó al Albacete del pozo de la Segunda División B” pese a su “cabezonería”. Con diferencia a lo ocurrido en su reciente etapa en el Club Deportivo Lugo, Sampedro sí que es recordado por un estilo de juego trabajado, definido y casi obsesivo. Esa “cabezonería” llegaba por su interés en jugar “con la pelota jugada desde atrás en una categoría como la Segunda División en la que hay que ser más práctico”. Pese a ello, Luis César consiguió exhibir “un tipo de juego como hacía tiempo que no se veía en el Carlos Belmonte”.
Ideas muy definidas
Con un estilo definido y un “inmovilismo”, como definen desde Albacete en sus ideas, “la afición guarda buen recuerdo de él”. Luis César Sampedro nunca será pitado en una tierra en la que se le recuerda como un hombre tremendamente “fiel” a un estilo. “Independientemente de la situación clasificatoria”, el futbol era el mismo Él quería que así fuera. Siempre desde el dominio del partido. Así, “ofreció un muy buen fútbol de toque de balón que desde luego no es lo habitual en ninguna de las dos categorías”. En las que entrenó.
En su etapa el Albacete se olvidó “por completo” del “juego directo o de patadón”. En los aquellos 124 partidos se definió como “un entrenador al que le gusta jugar y cuidar la pelota”. Dándole una relevancia destacada a los jugadores, desde el entorno del Estadio Carlos Belmonte se ve que este estilo “depende muy mucho de los mimbres que le den y de la paciencia y exigencias de la afición blanquivioleta”. Esperando un buen vestuario, los aspectos del entorno parecen más complicado de encontrar en la cuarta temporada de plata del Real Valladolid.
Un tipo que “merece la pena”
Ese carácter “fiel” de Sampedro con su estilo de juego define cómo es él. Para conseguir este estilo se debe ser concienzudo y él lo es. Sin duda. Juan Luis García le define como “una persona muy trabajadora y rigurosa en su trabajo y, quizás abusando del tópico, demasiado gallego”.
Ese gen de su tierra es definido desde ‘Queso Mecánico.com’ “ya que en ocasiones transmite, de manera probablemente intencionada, cierta lejanía con respecto al entorno y la plantilla”. Independientemente “en lo personal y en las distancias cortas”, Luis César Sampedro “es alguien que merece mucho la pena” y que en Valladolid será recordado por lo que consiga. En Albacete firmaría dos éxitos y, por ello, nunca se le pitará cuando viajé hasta la que fue su casa. Pese al descenso de 2016.