Con Paco Herrera a un mínimo paso de salir del Real Valladolid, Carlos Suárez parece encaminado a perder a Braulio Vázquez, su pieza más importante para la estabilidad
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• Un puesto muy exigente y complicado de analizar: «La difícil tarea de evaluar a un director deportivo»
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En las últimas semanas se da por hecho que Paco Herrera no seguirá en el Real Valladolid. El pacense no quiere vivir lo que ya tuvo que soportar Joan Francesc Ferrer, ‘Rubi’, y el entrenador blanquivioleta parece sentenciado. Saldrá del Estadio José Zorrilla y lo hará tras firmar sólo un año de contrato. La primera incongruencia del proyecto se ve multiplicada con la más que posible salida de Braulio Vázquez del Real Valladolid. El director deportivo pucelano parece tener clara su idea de abandonar Pucela después de firmar su renovación hace sólo unos meses. La situación es clara. El proyecto se rompe con facilidad porque nunca llegó a existir cómo se comentó, se ofreció y se vendió. Quizás nunca existió para sus creadores.
Sin paciencia. De nadie
Tras los últimos resultados y el aumento de las críticas al Real Valladolid, a Paco Herrera y a muchos de los jugadores, se ha ampliado la versión de que en el seno blanquivioleta no existe paciencia para confeccionar un proyecto “a largo plazo”. “En Valladolid no hay paciencia para dejar trabajar y ver que no siempre el mejor camino es el rápido”, se afirma. Puede ser cierto. Son muchas las ocasiones en las que Carlos Suárez ha afirmado que subir a Primera no es lo único que importa. No es el único objetivo. Hacerlo con una base y un fundamento es lo realmente trascendental para el Club. Lo que necesita el Real Valladolid no es sólo subir. Exige hacerlo y mantenerse en la élite unas temporadas. Llegar para quedarse aunque, actualmente, no todo parece poder cumplirse.
Para conseguir tal ambición se debe forjar una identidad, aquélla que no se ha conseguido en las últimas temporadas. Se trata de una batalla perdida en el terreno de juego y en los despachos. El Real Valladolid no ha mantenido una línea en muchas de las elecciones y, lo que es peor, sus protagonistas no han querido sostenerla. La más que posible salida de Braulio Vázquez muestra cobardía en lo creado y escasa confianza en lo trabajado. Es cierto que el éxito de resultados del gallego no es alto pero sí lo es en lo que a ideas y trabajo se refiere.
Sobre el papel, que es cuando considero que se debe evaluar el trabajo de director deportivo, Braulio Vázquez ha hecho grandes apuestas de jugadores. Este verano, sin ir más lejos, ha dotado al Real Valladolid del perfil de jugadores que necesita el Club y al que la economía pucelana deja acceder. Muchos de los futbolistas elegidos son apuestas que los diferentes resultados del equipo han matado. A la luz pública y, por consiguiente, a ojos de Braulio Vázquez. Como el entorno, el gallego perdía la paciencia. Después la esperanza y, más tarde la ilusión. Así, necesita salir de Valladolid como supuestamente ha pedido.
Cada derrota era un paso atrás
Seguramente, uno de los motivos que han llevado a Braulio Vázquez a pedir su salida es lo que afirmaba Arturo Alvarado en la tertulia de Radio Marca Valladolid este martes. Para él, el gallego es una persona a la que le “afectan mucho las críticas”. De esta forma, y provocado por los resultados del equipo, Braulio Vázquez rompe con todo aquello que había creado con mimo en verano pero que tras cada derrota dejaba síntomas de no existir.
Siempre pensé que si se vende un proyecto a tres años, el primero en tener ese seguro y unión es el entrenador. Sería el primer sustento y Paco Herrera no lo tenía. Contractualmente, se pueden imponer muchos detalles que liberen a Club y entrenador de múltiples ataduras. El Real Valladolid no los creó y pese a la renovación de Braulio Vázquez en el mes de noviembre, cada derrota blanquivioleta, y han sido 14 hasta la fecha, alejaba al equipo de su ansiado proyecto. Las ideas estuvieron en el aire, los jugadores seguirán pero los creadores, no.
Paco Herrera lleva semanas afirmando y dejando claro con detalles y actuaciones que no seguirá en Valladolid. Su ruptura con el proyecto y la dura derrota (6-2) ante el Sevilla Atlético pudieron desencadenar su salida del Estadio José Zorrilla. Finalmente se apostó pero su continuidad, por la tranquilidad en el equipo y por la fuerza para hacer un buen final de temporada y así, tomar impulso e inercia de cara a la próxima temporada.
Mínimamente se creía en el proyecto y en el segundo año de éste. Había un resquicio y éste lo ha tapado Braulio Vázquez. El gallego ha roto todas las opciones de un proyecto que, con perspectiva, parece que nunca ha existido porque si lo ha hecho, que alguien me diga en qué y cuándo. ¡Qué yo lo vea, por favor!