El actual miedo a cómo calificar al actual esquema del Real Valladolid
En la victoria (1-2) ante la Agrupación Deportivo Alcorcón el Real Valladolid sorprendía en su formación y en su esquema. El regreso de Rafa López al once titular parecía llevar a Alberto Guitián al doble pivote, pero no. Paco Herrera comparecía en Santo Domingo con una defensa de cinco. Una formación antigua, como todas, pero que parecía olvidada, ninguneada y etiquetada como defensiva hasta que en el pasado Mundial de Brasil, la Holanda de Louis Van Gaal quedaría en tercer lugar con dicho esquema. La idea es similar. La venta de la propuesta, no. Ni mucho menos. Hablar de defensa de cinco es hacerlo de una formación muy defensiva, propia de equipo débil y pobre y sin variantes. En cambio, hacerlo de una defensa de tres al contar los carrileros como extremos convierte el esquema en el más ofensivo posible. En el matiz está su éxito y, muy posiblemente, su venta. El miedo a la defensa de cinco ha muerto al ‘ofrecerlo’ con un nombre diferente pese a ser la misma idea.
“Cuestión de números… de teléfono”
Por admiración o creencia en todo lo que afirma, suelo estar muy de acuerdo con todo lo que dice José Luis Mendilibar. El míster de la Sociedad Deportiva Éibar siempre ha renegado de catalogar todo por sistemas. Recuerdo, en una ocasión, que llegó a hablar de los sistemas de juego como números de teléfono. Más recientemente, y en concreto en la entrevista que esta semana concedía a beIN SPORTS, el entrenador vasco aseguraba que al fútbol se puede jugar de muchas formas y que todas son viables pero no respetadas.
Para él, y ésta es una de las mejores afirmaciones futbolísticas que he oído, lo importante no es cómo jugar sino que los jugadores la entiendan, la comprendan y la quieran ejercer. Consiguiendo estos tres puntos, el resto es secundario. Así, se puede defender con balón, se puede defender sin él, se puede jugar bien sin un dominio total de la posesión y, por ejemplo, el contragolpe es una situación viable, no repudiada. Toda filosofía vale mientras el equipo la comprenda y, sobre todo, crea en ello.
Así no es ni bueno ni malo que el Real Valladolid juegue con “cinco atrás”. Tampoco sería malo que el equipo de Paco Herrera compitiera con “tres defensas”. La denominación es lo de menos. Lo importante es la ejecución y este formato dio un buen resultado en el Estadio de Santo Domingo. La victoria (1-2) pucelana hizo olvidar las dos últimas derrotas y, como afirmó en mi videoblog de ElDesmarque Valladolid, ofrece una nueva oportunidad al Pucela de crear una tendencia positiva. La enésima opción. Quién sabe si la última.
Un sistema ‘estético’
Más allá de la sorpresa que lleva que últimamente no exista una defensa de cinco pero sí infinitas de tres, como así la denominaba el propio Paco Herrera en la previa al duelo ante el Gimnàstic de Tarragona, éste es un sistema que, siendo honesto, siempre me ha convencido. Me parece un estilo ‘estético’, por denominarlo de una forma coloquial. Considerando el fútbol como un juego para superar líneas, cuantas más consiga conformar un equipo, más difícil a la hora de defender y menos previsible a la hora de atacar. Así, un sistema con tres defensas centrales y dos carrileros, puede ser perfecto en la idea. Todo depende de la ejecución.
Además, y siguiendo por la idea del duelo en Alcorcón, la implantación de este sistema genera grandes noticias al Real Valladolid. Cambios positivos que generan elevadas esperanzas. El regreso de Rafa López, el abandono del rombo del centro del campo y la salida de André Leão de zonas muy cercanas a su propia portería generan un equipo más compacto. Con este nuevo esquema el Pucela es un conjunto más equilibrado. Desde la creación de más líneas tiene menos desajustes y, obviamente, menos metros en su esquema.
Esta versión del Real Valladolid tiene detalles que pueden gustar y que podrían llegar a convencer de cara al futuro. Con evolución y el crecimiento que pueden ofrecer los resultados, la idea de Paco Herrera no será pasajera. Se verá ampliada en el tiempo y, tarde o temprano, será aprobada. La idea defensiva que genera ver tres defensas centrales y dos apoyos por los extremos se apagará con uno o dos resultados positivos más. Ampliando la versión resultadista que necesita este Real Valladolid, dos buenos resultados romperán todas las posibles críticas. Ya sea ante una defensa de tres o de cinco.