Este Real Valladolid necesita grandes cambios en el estilo, en la formación y en sus protagonistas para salir de la triste realidad de sólo cinco puntos de 18 posibles
Lo bueno o lo malo, según se quiera ver, del fútbol es que para un mismo problema hay diferentes soluciones. O, al menos, diferentes y varias posibles soluciones. Hay propuestas e ideas que pueden valer sobre el papel para solucionar un problema. En lo que al Real Valladolid de Paco Herrera respecta, es obvio que el equipo necesita variaciones. Este Pucela exige cambios de diferentes tipos. Ya sean de índole táctica, de estilo o de protagonistas. Siguiendo por el mismo camino definido hasta la fecha, la única solución es que el resultado final sea el mismo marcado hasta el momento. La herida de una victoria en seis partidos y de cinco de esos 18 puntos no se cerrará. Seguirá abriéndose hasta terminar con todas las esperanzas.
Entre otras muchas soluciones
Es muy posible, y lógico, que lo que yo vea como una solución sea un error para un lector. De igual forma, lo que lo que pueda ser un acierto para un lector sea un error para mí. Independientemente de todo ello, lo que está claro es que el Real Valladolid necesita cambios. La situación es peligrosa pero aún parece tener arreglo. A cuatro puntos de la zona de promoción y con 13 jornadas aún en juego, todo puede solucionarse pero, obviamente, con otra dinámica. La actual situación blanquivioleta no invita al optimismo. Obliga a hacer una lectura crítica, triste y preocupada. Por resultados y sensaciones de juego.
Por todo ello, desde mi prisma veo la necesidad de cambiar jugadores, variar el sistema y devolver la confianza a patrones importantes del equipo. Paco Herrera debe adaptarse a la situación del equipo. Este Real Valladolid tiene diferentes jugadores en un estado de forma bajo pero a otros en uno óptimo. Por ello debe adecuar el estilo y el esquema a todos esos futbolistas. Los «protagonistas» vuelven a mandar.
1 | El rombo debe desaparecer
La formación de cuatro centrocampistas ha sido la seña de identidad que Paco Herrera ha querido dar al Real Valladolid. Muy posiblemente quiera seguir dándosela pero el equipo ya ha demostrado que no está cualificado para ella. Esa ansiada superioridad en el centro del campo no ofrece el dominio del juego que el Pucela busca. Es más, genera problemas. Como bien señalaba Víctor Jimeno en su artículo de esta semana, el Pucela es un equipo largo, sin presión y que concede demasiados metros a la construcción del equipo rival.
Variando la formación y haciendo un equipo con más líneas de presión, este Real Valladolid será un equipo más incómodo. Uno de los problemas pucelanos es que actualmente es un conjunto muy vulnerable. Son muchos los jugadores que compiten en paralelo con los compañeros de zona. Así, el centro del campo se convierte en un desierto de creación pero, también, de contención y la «base» del Pucela es el principal de sus problemas.
2 | Deben jugar tres jugadores ofensivos
Quitando uno de esos jugadores en el centro del campo, la entrada del nuevo futbolista debe ser en el último cuarto de campo. El Real Valladolid es un equipo tembloroso a la hora de atacar. Elabora bien o, al menos, tiene una buena y atractiva propuesta para atacar con el balón pero no la termina de ejecutar bien. No es un equipo profundo porque no tiene jugadores específicos ofensivos en las bandas y así, el equipo es fácil de defender.
El Real Valladolid tiene en Juan Villar, Raúl de Tomás y Jose Arnáiz a sus tres jugadores más determinantes. Por mucho que el ‘7’ no esté en su mejor momento o que los picos de rendimiento se noten en el ‘28’, nadie puede dudar que son los jugadores más desequilibrantes del Pucela. Además, el refuerzo del esquema en la zona ofensiva con estos tres jugadores provocaría una presión más elevada.
Por último, con la incursión de un futbolista más en la zona ofensiva, nombres como Dejan Drazic, Jaime Mata, Guzmán Casaseca o, incluso, Ángel García podrían entrar en el equipo y ofrecer grandes variantes al cuerpo técnico. En el último cuarto este equipo tiene grandes opciones pero son desaprovechadas por el empecinamiento por un sistema para el que este equipo no está diseñado.
3 | Isaac Becerra debe volver a la portería
Cuando el ‘13’ salió del once lo hizo por lesión pero nadie se llevó las manos a la cabeza. El portero catalán no estaba firmando buenas actuaciones o, al menos, éstas no eran acordes a las expectativas que había creado su fichaje. Por ello se pedía su salida del once. La opción llegó a Pau Torres y éste supo estar a la altura. Las primeras jornadas fueron propicias para el ‘1’ pero las últimas, no.
Isaac Becerra está hecho y fichado para soportar peso y exigencia. Aunque considero que ni uno ni otro son culpables de la pérdida de puntos, ya que se mantienen en equilibrio entre lo ‘aportado’ y lo ‘restado’, la vitola del ex del Girona debe prevalecer en este momento de la temporada. Es más portero. Así se le fichó y así debe demostrarlo en un momento crucial como éste.
4 | Rafa López y diez jugadores más
Mucho se viene hablando en las últimas semanas en el Real Valladolid sobre la necesidad que tiene el equipo de un líder. Una voz autorizada sobre el terreno de juego que dirija y trabaje para que sus compañeros no pierdan el timón del partido. Este Pucela se derrumba en muchas circunstancias y es, en muchos de esos momentos, cuando se necesita un futbolista que asuma el poder. Un jugador que no existe en las últimas jornadas.
Pese a que Rafa López pueda no estar en el mejor momento de su carrera ni en el de la temporada, ese puesto es para él. El de Peñafiel debe ejercer de capitán. Ese líder total del Pucela. Con brazalete y sin él. Además, la pareja entre Alberto Guitián y Alex Pérez ya no ofrece esos brillantes registros de las últimas semanas. Siguen siendo buenos números pero no tanto como en sus primeras semanas.
5 | Un problema llamado André Leão
El centrocampista portugués es uno de los jugadores más importantes para Paco Herrera. Es un fijo que desde el entorno es visto como un problema. El ‘8’ no se encuentra en un buen momento y pide salir del once titular. No ofrece grandes alternativas al equipo en la creación ni, tampoco, en la contención. Variando el sistema como se pide, otros jugadores podrían cubrir la posición de uno de los jugadores de mayor peso y rango del equipo.
Pese a que el futbolista no esté en uno de sus mejores momentos, nada se debe a una hipotética falta de profesionalidad o compromiso del jugador. André Leão, uno de esos jugadores que cumple el patrón de “prolongación del entrenador”, no está bien y que siga sobre el césped no es productivo ni para él ni para su imagen ni, sobre todo, para el avance del equipo.
Dando descanso al futbolista, recuperando a Rafa López y dándole ese peso y liderazgo para el que se le fichó, apoyándose en los jugadores más en forma y más determinantes y dejando el peso del equipo en aquellos jugadores que se ficharon para ello, este Real Valladolid mejoraría. Lo haría bajo mi prisma. Una idea que considero que haría crecer al equipo. Las variantes son múltiples y todas parecen válidas. Es lo bonito del fútbol.