La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

El interruptor

Optimismo blanquivioleta para la segunda vuelta

Comienza la segunda fase de la temporada y el entorno cree en el Real Valladolid

Tras una primera vuelta muy irregular el Real Valladolid ha cogido carrerilla en los dos últimos partidos para meterse de lleno en la zona de promoción y tomar impulso para la segunda parte de la temporada. Con un equipo más hecho, más serio y sobre todo, competitivo, Paco Herrera espera no bajar de la zona alta y luchar hasta el final por estar, como mínimo, en el play-off.

Once titular del Real Valladolid en el Estadio Ramón de Carranza, última jornada de la primera vuelta <em><strong>(LaLiga)</strong></em>
Once titular del Real Valladolid en el Estadio Ramón de Carranza, última jornada de la primera vuelta (LaLiga)

Razones para ser positivos
No hay duda de que el Real Valladolid ha mejorado a lo largo de la temporada. Ha crecido. En competir y sobre todo en solidez. Paco Herrera ha querido, desde su llegada, construir un equipo fiable y es posible que para ello, haya sacrificado alguna oportunidad de sacar más puntos en esta primera vuelta. Todo sea por encontrar definitivamente la fórmula para este Pucela.

El punto más fuerte del proyecto se focaliza en su seriedad defensiva, que se sustenta a través de su pareja de centrales. Ambos, que empezaban la temporada como suplentes, se han ganado a pulso su titularidad. Álex Pérez por su contundencia y Alberto Guitián por su liderazgo. El cántabro es el ejemplo de evolución del equipo. Tras un inicio dubitativo se ha convertido en el eje central de este Real Valladolid. Gracias a su elegante salida de balón y a la buena colocación, las dudas ya son elogios.

En la media Michel Herrero y Joan Jordán se han puesto los galones. El primero mueve el equipo y es el canalizador de todas las jugadas de peligro y el segundo, fundamentalmente sostiene al equipo. Es cierto, que se espera la aparición de otros jugadores pero éste es un aspecto para ser positivos. Por su parte, la línea con más margen de crecimiento es la delantera. Aunque en las últimas jornadas ha dejado detalles para la esperanza, Paco Herrera tiene muchas variantes en ataque que debe concretar lo antes posible.

El apoyo de las estadísticas
Este innegable optimismo se basa y debe seguir siendo así en el fortín que los pucelanos han hecho, por fin, del Estadio José Zorrilla. Como, además, el calendario de esta segunda vuelta depara más partidos como loca obliga a que el Real Valladolid debe aprovecharse de la circunstancia. La mejoría fuera de casa debe ser la guinda para conseguir la continuidad que ha faltado en la primera mitad de competición.

De hecho la puntuación que ha obtenido el Real Valladolid ha sido bastante baja. Por debajo de su historia y sólo tres puntos por encima de la del año pasado, los de Paco Herrera se aprovechan del barato acceso a los play-off de ascenso. Al fin y al cabo, lo que importa es la comparación con los equipos de la categoría y la ilusión se dispara al mirar la clasificación, encontrar al equipo quinto y comprobar que es francamente difícil que el Pucela realice una segunda vuelta con menos puntos. Con cinco derrotas consecutivas y varios fallos fuera de casa y aún así, el Real Valladolid está en la zona noble de la tabla.

No exentos de problemas
El punto negativo de todo lo comentado anteriormente es lo lejano que queda el ascenso directo. Solamente una segunda vuelta histórica permitiría luchar por ello. Rivales asentados aumentan la dificultad de la tarea. Otro de los problemas pucelanos está la nula amenaza exterior en ataque y la poca efectividad de los delanteros. Centralizado en la figura de Jaime Mata, los de Paco Herrera no encuentran el camino del gol con facilidad. Los atacantes crean y producen pero no matan. La explosión de uno de ellos sería el mejor fichaje de invierno para contrarrestar los buenos movimientos de los rivales.

Con todo ello, el Real Valladolid sigue teniendo un déficit en su fragilidad mental. Cada gol o cada derrota es recibida por la plantilla como un mazazo. En esta segunda un gol puede ser suficiente para conseguir una victoria o para cambiar la imagen de un equipo pero los blanquivioleta se caen cuando reciben un golpe. El ejemplo claro estuvo en la derrota (3-1) en Getafe. La transformación de un equipo serio en un juguete por un simple gol llama la atención. Aún así, la segunda vuelta promete y este año si, el Real Valladolid parece estar preparado para luchar por los puestos altos. ¡Que así sea!

Periodista frustrado, que es apasionado del fútbol y del juego y que está en lucha contra los tópicos.