Paco Herrera, con una idea de juego muy definida, ofrece dudas al enfrentarse al devenir del partido y al hacer de éste un grupo muy corto dentro de su amplitud
• Tarde, con grandes variaciones tácticas, sin mucho fundamento… Los cambios de Herrera son la vertiente más criticada del entrenador blanquivioleta al dejar la sensación de no aprovechar todo el talento del vestuario •
Con la exigencia que existía este pasado domingo en la victoria (1-0) ante el Reus Deportiu, Paco Herrera realizó su primer cambio del partido en el minuto 73. El míster entró en el duelo cuando éste ya estaba en su tramo final. Cuestionado por ello, el entrenador pacense siempre ha ofrecido dudas a la hora de hacer frente al partido y a los condicionantes que éste exige. Con una gran lectura previa de los partidos, los cambios que éste realiza no terminan de dar el efecto que busca y que siempre expone en sus comparecencias. Así no se pueden esconder las dudas que ofrece el movimiento del banquillo que ejecuta Paco Herrera, un entrenador que está reduciendo en exceso la plantilla confeccionada y elogiada en verano.
El último ejemplo
Este pasado viernes el Real Valladolid quería ganar. Buscaba empezar el 2017 con la fuerza de una victoria y ésta llegó gracias a un gol de Raúl de Tomás, el primer cambio que introdujo Paco Herrera. Premio para el entrenador. Consiguió lo que buscaba con la entrada del ’47’. Una entrada positiva pero, también, una sustitución, quizás algo tardía. El madrileño fue el primer cambio del duelo y lo hizo en el minuto 73. A falta de un poco más de un cuarto de hora, el cuerpo técnico blanquivioleta comenzaba a jugar ese segundo partido que se produce entre banquillos y que Natxo González jugó con brillantez, pero sin éxito, tras el descanso.
El entrenador del Reus Deportiu realizó un cambio en el intermedio y, a su vez, movió diferentes piezas de su esquema y disposición. Quería cambiar la dinámica del encuentro tras los primeros 45 minutos y, visto el juego de la segunda parte, lo consiguió con creces. Inclinó el campo a su favor y obligó a que el Pucela también tomara cartas en el asunto aunque, como en muchas ocasiones, de una forma dubitativa.
Desde su llegada a Valladolid, Paco Herrera está dejando el poso de un gran entrenador. Un perfil consecuente, sensato y trabajador que no deja nada al azar en la preparación de los partidos. Conoce todos los detalles y prepara a su equipo como muy pocos para todos los duelos. Gane o pierda, el equipo siempre deja la sensación de que sabe a qué se va a enfrentar y cómo debe hacerle frente. Toda la preparación inicial pierde fuelle con la entrada de la segunda parte. En el duelo de banquillos, Herrera no es tan convincente. Los 60 cambios ligueros realizados hasta la fecha así lo demuestran, al menos, en las sensaciones individuales que yo tengo.
Variaciones muy variables
Tras analizar todas las permutas del Real Valladolid hasta la fecha en competición liguera, éstas dejan los datos irrefutables de que el equipo ha realizado seis cambios dobles y que dos de estas situaciones se han producido en un descanso. Además, seis de las permutas han llegado por lesión y de esos 60 cambios sólo cuatro de sus protagonistas han conseguido hacer gol, siendo el último gol de Raúl de Tomás el único decisivo hasta la fecha.
Paco Herrera mueve el banquillo y, después, cuando es preguntado, expone qué buscaba. No se esconde. No hay duda de que es un entrenador que quiere influir en el segundo partido cuando éste arranca pero lo que no está tan claro es que lo consiga. Los datos hablan de movimientos tardíos, ya que sólo en dos ocasiones quemó sus bazas, por iniciativa propia, antes del minuto 75. Por suerte el blanquivioleta no es uno de los cuerpos técnicos que sigue un guión inamovible en sus partidos pero sí al que se le cuestiona cómo influye en el avance del duelo y en ese segundo partido que se genera con los cambios de ambos equipos.
Reducción del equipo
La inestabilidad de los cambios en el Real Valladolid está dejando marca en el vestuario. Éste está viendo reducido su potencial porque Paco Herrera se está centrando en un grupo reducido de jugadores. Perfiles y activos destacados para el equipo hace sólo unas semanas o aquéllos siempre en un segundo plano están alejándose del ritmo de competición que, hasta hace sólo unas semanas, sólo podían adoptar en la Copa del Rey que terminó en Anoeta.
Sin la opción copera, jugadores sin minutos pierden la confianza y el ritmo para poder pelear por un puesto en el once titular. Sin esas variaciones, sin ese dominio en los segundos partidos y sin un equipo equilibrado se entiende que el Real Valladolid aún no tenga la identidad que se le exige. Resultados como la victoria (1-0) ante el Reus Deportiu son positivos para la clasificación pero escasos para todo lo que resta de temporada.