El final de 2016 demuestra el peso que tiene Raúl de Tomás en el Real Valladolid y la relevancia que el equipo vallisoletano debe otorgarle tras el periodo vacacional
1 noviembre de 2016 | «La presencia en el área que necesita este Pucela»
Por ideas y por convencimiento. Entre los dos detalles creo que Raúl de Tomás no se puede perder ni un solo partido del Real Valladolid en lo que queda de temporada. Tras el periodo vacacional, el delantero madrileño tiene que ser determinante para los planes de Paco Herrera. El ’47’ ha demostrado calidad, desparpajo y potencial para cubrir diferentes huecos en el esquema del equipo. Puede vivir en un rol o en otro pero el canterano del Real Madrid ha demostrado en varias ocasiones que debe ser capital para este proyecto vallisoletano.
A la hora de opinar soy testarudo y también, por qué no decirlo, orgulloso. Me cuesta cambiar mi versión tras la primera impresión. Es cierto que hay jugadores que me la han cambiado pero, por lo general, mis primeras impresiones y sensaciones son vitales. Lluís Sastre me gustaba antes de llegar a Valladolid y con su llegada, confié en el como nadie en Pucela. De igual forma me ocurrió con Manu del Moral. Su calidad es infinita, aunque de blanquivioleta la demostró en detalles. Por el contrario, Haris Medunjanin nunca me convenció. Así siempre lo expresé. Destellos pero poco juego de evolución. Pese a aquel partido en Villarreal de pretemporada que vi en directo, siempre me costó verle como una opción personal.
Si hablo de debilidad, Oscar González siempre lo fue y, actualmente, a nivel de Real Valladolid, Raúl de Tomás cumple todas mis pretensiones. Por encima de Jose Arnáiz. El ‘29’ es un buen jugador. No lo dudo. Tiene un rendimiento altísimo pero como delantero me quedo con el ‘47’. Sigo opinando que el mejor fichaje para la delantera pucelana es Jaime Mata pero, a mí, el que más me gusta es el madrileño. Quiero que no se pierda ningún porque, además, sinceramente, creo que así se lo ha ganado.
Viabilidad
Gusten más o menos esos pequeños detalles egoístas del jugador, su calidad es innegable. Un delantero con un golpeo de balón único. Un juego de referencia en el área como ningún otro compañero y una responsabilidad única. Se trata de un jugador criado en uno de los mejores lugares para la evolución de un futbolista. Con sus cualidades y su base, el delantero madrileño, por el que el Real Valladolid ya quiere contar más allá del próximo mes de junio, debe ser básico de cara al futuro. No por mi gusto y sí por la necesidad que el Pucela tiene de él y de todo los detalles que deja sobre el campo, aquéllos que hacen viable, que no equilibrado, el juego de Paco Herrera.