Real Valladolid 5 – 0 C.D. Mirandés | Cuarto golpe sobre la mesa del Real Valladolid
Si la victoria (0-3) en Mallorca cerraba la necesidad que tenía el Real Valladolid de Paco Herrera por conseguir una victoria y dar por cerrada la mala racha que había vuelto a elevar las dudas sobre el proyecto, la visita del Club Deportivo Mirandés al estadio José Zorrilla confirma que éste debe ser el momento blanquivioleta. Los pucelanos firman el tercer golpe sobre la mesa de la temporada al ejercer su superioridad ofensiva en el terreno de juego. La goleada, la forma en la que se produce y la confianza que regalará a todos los jugadores ofensivos, invita a ver este derbi regional como la confirmación urgente que se necesitaba.
La confianza del inicio
Pese a que el marcador del Iberostar Estadio señalaba una jornada antes una superioridad pucelana que no fue tal por el juego realizado, éste regaló tranquilidad al equipo de Paco Herrera. Le hizo ver la actualidad de una forma sosegada. Ya no había prisas, nervios ni ansiedades y el equipo lo notó en el duelo ante el Club Deportivo Mirandés. Sin la victoria (0-3) ante el Real Club Deportivo Mallorca, ésta no hubiera existido de igual forma que no se hubiera producido de no ser por el tanto tempranero de Jose Arnáiz.
El canterano, decisivo toda la temporada, ha marcado dos goles en los últimos partidos muy importantes. Si la victoria en tierras baleares le tuvo como protagonista por el gol al poco de la reanudación, en el debut de Claudio Barragán fue determinante para que cosiera la tranquilidad a los pocos minutos de comenzar. El gol, vital para los pucelanos, rompió los esquemas del equipo burgalés como el propio Barragán aseguraba en su resumen.
La confianza local se multiplicó y los nervios visitantes se expusieron más. El Real Valladolid ganaba la batalla inicial y, con ella, partía con ventaja en el marcador. El Pucela no debía proponer tanto y el rival se debía abrir. En definitiva, todo lo que pide el equipo vallisoletano se cumplía. Esos problemas para elaborar, para exponer su juego y para ser líderes del partido y estar en posición de ganar, desaparecían. El partido estaba de cara. La goleada, no, pero ya se vislumbraba la victoria a los pocos minutos de comenzar el duelo.
Premio para todos
Lo positivo del partido ya no es la victoria, los tres puntos, los números que genera junto al anterior duelo o el salto en la clasificación. El punto más ilusionante de la goleada estuvo en ver que todos los jugadores ofensivos marcaron. Al gol inicial de Jose Arnáiz le siguió uno de Juan Villar y a éste, un necesario doblete de Jaime Mata y un tanto final de Raúl de Tomás que le define como un jugador importante para los esquemas iniciales y, también, para las soluciones del equipo durante el juego.
Con el partido todos tuvieron su cuota de protagonismo, su esperanza para el futuro y borraron su pequeña ansiedad con el gol. Pese a que éste sea un deporte colectivo, cada día es más un ego individual el que lo envuelve y en lo que al gol blanquivioleta le respecta, está curado en este momento. No necesita debates ni críticas, al menos, hasta cerrar el año 2016. La goleada ante el Club Deportivo Mirandés cierra muchas de las posibles heridas y premia el trabajo de todas las variantes ofensivas del equipo.
A la cuarta, la vencida
Con esta importante victoria, el equipo da un golpe sobre la mesa. Confirma muchos de los condicionantes que debe cumplir y lo hace desde una muestra de potencial confirmada, ya no exigida. Nuevamente el equipo ha mostrado qué tiene. Igual que en la victoria (2-1) ante el Girona FC, en el regreso a los puntos (2-0) ante la Agrupación Deportiva Alcorcón o en la importante victoria (2-0) ante el Sevilla Atlético. Es el cuarto golpe que ejerce el equipo en la categoría pero en esta ocasión debe ser el definitivo.
Los anteriores golpes fueron sólo partidos, pequeñas respuestas ante las dudas pero que nunca fueron confirmadas a largo plazo. Con seis puntos consecutivos, ocho goles a favor y ningún tanto recibido en las dos últimas fechas, el Real Valladolid ya no tiene excusas. Debe confirmar su potencial y exponer todo lo que posee, que no es poco, pero que sólo aparece en pequeños frascos y fases. Dado el momento de la temporada, es tiempo de que el Real Valladolid muestre su proyecto en grandes cantidades, realidades de playoff.