La derrota copera ante la Real Sociedad no debe dejar malas sensaciones en el Real Valladolid. Ofrece grandes alternativas al once cerrado que ha formado Paco Herrera
• Luismi Sánchez, Markel Etxeberria, Ángel García o Sergio Marcos fueron protagonistas en el duelo copero del pasado jueves y ya son variantes tácticas que ofrece el vestuario al cuerpo técnico •
Se perdió y se hizo bien. Pese a ello, el resultado (1-3) del Real Valladolid ante la Real Sociedad no es tan negativo como él mismo ofrece. Con los datos, las sensaciones son malas, tras el juego y viendo el nivel que ofrecieron muchos de los jugadores puestos en liza, el crecimiento táctico que encuentra el equipo de Paco Herrera es elevadísimo. Los pucelanos crecieron en sus variantes, en su estilo y en sus posibilidades en todos los frentes posibles. Desde la profundidad exterior, hasta la calidad en el último pase, sin dejar atrás las opciones de un centro del campo bregador, luchador pero con mucha claridad en el juego.
Grandes sensaciones
Tras el pitido final de Hernández Hernández, la sensación en el Real Valladolid era clara. “Si se pierde que sea así”. Al estadio José Zorrilla llegaba una Real Sociedad muy fuerte. Un equipo que formó con todo y que, al contrario que el equipo de Paco Herrera, no rotaba. Las cifras eran opuestas. Nueve ‘titulares’ en el bando vasco y nueve sustituciones en el Real Valladolid. En la propuesta pucelana sólo repetían Alex Pérez y Jaime Mata. El resto, salvo Juan Villar, eran oportunidades que tras una magnífica primera parte y una actitud, propuesta e intensidad magníficas dejaban a los “suplentes” pucelanos en una gran situación.
Cada minuto que transcurría de la primera parte era un paso en el que los jugadores de ese perfil secundario se acercaban a los titulares. Markel Etxeberria reducía las exageradas diferencias de juego con Javi Moyano, Ángel García hacía algo similar con Luciano Balbi y así, varios jugadores más. Luismi Sánchez con André Leão, Sergio Marcos con Míchel Herrero y Anuar Tuhami con el primer equipo. El partido, una oportunidad para proponer individualidades dentro del colectivo, potenció el estatus de muchos de estos jugadores y aumentó las posibilidades tácticas de un equipo al que le falta riqueza de movimientos.
Larga espera
No hay duda de que el mensaje ha sido mandado. Paco Herrera lo ha recibido como así lo aseguraba en la rueda de prensa posterior al partido pero, ahora, para que todo fluya, los jugadores y el cuerpo técnico necesitan tiempo para que el agua encuentre su camino. No sería bueno comenzar a ver a determinados jugadores en los puestos privilegiados pero sí que es recomendable ver que esos perfiles comienzan a entrar en juego semana tras semana.
La entrada progresiva de Markel Etxeberria aportaría al Real Valladolid frescura ofensiva. Su estilo desordenado más que vertical ofrece opciones de llegada que, actualmente, no existen. Su perfil y el de Javi Moyano son diferentes y las variaciones de éstos serían capitales para que el Pucela no fuera tan plano y previsible como está siendo en las últimas fechas. En ese objetivo de aumentar las posibilidades del juego aparece Luismi Sánchez.
El centrocampista andaluz, oscurecido en competición liguera pero brillante en los tres encuentros coperos, aporta un equilibrio y una lectura defensiva muy poco usual en este Real Valladolid. Además su magnífico golpeo de balón regala al equipo de Paco Herrera una salida de balón en largo que ni André Leão ni Alberto Guitián consiguen. Ambos, de perfil de pase corto y medio, otorgan una mejor salida elaborada pero no mantienen las líneas de juego tan ordenadas como con el ‘16’ sobre el césped. Con Luismi el centro del campo está más sujeto y así, perfiles ofensivos y que necesitan libertad, como Sergio Marcos, potencian sus cualidades.
El alcarreño, como Alex López y Míchel Herrero, por ejemplo, necesitan estar poco exigidos de trabajo defensivo y labores en campo propio. Con tal petición, su calidad sale a la luz. Aparece y muestra la calidad de un jugador capaz de jugar en campo rival en cualquier posición. Tanto de interior como de enganche Sergio Marcos posee esa claridad de ideas, ese último pase y ese talento natural que al Real Valladolid tanto le hace falta ante los tiempos nublados que viven sus dos faros del juego ofensivo.
Cuatro nombres más
Sin olvidar a jugadores ‘coperos’ de tan buen rendimiento como Pau Torres, Ángel García o Anuar Tuhami y Renzo Zambrano, Paco Herrera debe saber manejar los tiempos para ir introduciendo, de una vez por todas, a la segunda línea blanquivioleta en el día a día del equipo. Tras los resultados ligueros y las sensaciones coperas, la distancia entre los ‘titulares’ y los ‘suplentes’ no debe ser tal como marcan los minutos y sí tan breve como exigen las variantes tácticas que ofrecen los más utilizados en Copa.