La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

El interruptor

El proyecto nunca debe ser la excusa de la derrota

El proyecto ambicioso y futuro del Real Valladolid genera dudas en el presente

La ampliación de contrato de Braulio Vázquez, director deportivo de la entidad, la cercana renovación de Juan Villar y las declaraciones del presidente Carlos Suárez refuerzan la idea del proyecto blanquivioleta «a largo plazo» pero, al mismo tiempo, los bandazos y la mala dinámica en la parcela puramente deportiva y, sobre todo, la poca participación, en general, de los jugadores con varios años de contrato crean dudas al desarrollo del plan.

Carlos Suárez y Braulio Vázquez en la rueda de prensa en la que se oficializó la renovación del gallego (RealValladolid.es)
Carlos Suárez y Braulio Vázquez en la rueda de prensa en la que se oficializó la renovación del gallego (RealValladolid.es)

Braulio no da con la tecla
Es difícil evaluar figuras como la del director deportivo de forma limpia y sin factores que distorsionen su valoración. Se podría decir que si Braulio Vázquez es el encargado de fichar para el club, si el equipo no funciona él se convierte en culpable y que ésta es una valoración completamente válida. También es cierto que las posibilidades del club, las variables que entran en juego en el vestuario a lo largo de la temporada y la interpretación y presión del entorno transforman buenas notas a principio de curso en suspensos. En conclusión, prefiero evaluar al principio y posteriormente ser consecuente con mi primera impresión. En pretemporada la afición parecía encantada con la formación de la plantilla pero con el Real Valladolid situado en decimocuarta posición, Braulio Vázquez se convierte en el centro de las críticas.

Su continuidad debe ser positiva para el Real Valladolid. Si se quiere un proyecto de verdad es razonable que el que lo ha empezado continúe siendo el responsable. Sobre todo, si el plan de futuro cuenta con apenas cuatro meses de vida. No es posible pedir a gritos un proyecto de verdad y con un mes de malos resultados tirar abajo los cimientos. Esta nueva etapa requiere paciencia y, sorprendentemente, por lo visto en temporadas anteriores, Carlos Suárez parece haberse armado de ella.

Suárez como chivo expiatorio
Puede que la del presidente sea la figura más controvertida. Los malos años que está viviendo la entidad desde su llegada parecen razón de peso para convertirle en máximo culpable de la situación pero me pregunto ¿Ha habido otra opción para la presidencia? ¿Tenemos claras las decisiones que no se deberían haber tomado, de ser posible, para no estar en esta situación?

No hay duda de que todo es mejorable y, deportivamente, se debían haber tomado mejores decisiones. Su mayor debe ha sido no consolidar dos ascensos de forma relativamente rápida y que hubieran estabilizado al club. Ahora, el gran problema son los amplios cambios de plantilla que sufre el vestuario y que llevan a la falta de identidad o a la lenta evolución del Real Valladolid.El fútbol español está plagado de ex jugadores pucelanos que duran apenas un año en el José Zorrilla. Un breve paso merecido, pensamos la mayoría.

Por todo ello es importante analizar como recibió el club Carlos Suárez. Quizás es importante entender si los verdaderos culpables fueron los que dejaron un Real Valladolid casi muerto, arruinado y destrozado en todos sus niveles y evaluar si el presidente actual ha tenido margen de actuación. En un sentido o en otro lo que no tiene sentido es que ante cada noticia negativa sin explicación clara, ya sea deportiva o institucional, convierta a Carlos Suárez en responsable. ¡No es el culpable de todos los males!

Los bandazos de Paco Herrera
Con Braulio renovado recientemente y Carlos Suárez asentado, el nuevo pilar del proyecto empieza a crear dudas. Más preocupante es que el encargado de levantar deportivamente al club sea el primero en perder el convencimiento sobre la construcción del nuevo Real Valladolid. La explicación más optimista de sus decisiones es que desordene elementos que parecían funcionar para dar con la tecla definitiva. Lo cierto es que tras un ciclo positivo donde la estructura de equipo era sólida el entrenador ha decidido, tras 45 minutos negativos de la derrota (2-0) en Elche, buscar nuevos caminos que sólo han traído desconcierto en todos los sectores.

Braulio Vázquez, Paco Herrera y Carlos Suárez, los tres pilares institucionales del Real Valladolid 2016/2017 <em><strong>(Andrés Domingo | RealValladolid.es)</strong></em>
Braulio Vázquez, Paco Herrera y Carlos Suárez, los tres pilares del Real Valladolid  (Andrés Domingo | RealValladolid.es)

La segunda duda que deja Paco Herrera es su utilización de la amplia plantilla. En la confección del equipo uno de los puntos más valorados fue las alternativas que ésta proporcionaba. Distintos jugadores de ataque, medios de distinto corte y todos ellos, con un nivel parejo. A pesar de que la Copa del Rey demuestra que los ‘aparentes suplentes’ tienen potencial para contar con más oportunidades, el míster está creando una gran distancia con los titulares. Jugadores que, además, no están dando el rendimiento deseado. En el contexto de proyecto, los futbolistas menos utilizados son los que deben sustentar el proyecto.

El Real Valladolid debe seguir el plan pero no debe convertirlo en la excusa de los malos resultados. A su vez, si de verdad el club vive una temporada de construcción y transición, no puede permitir que jugadores llamados a ser importantes y que van a continuar en el club durante varios años, tengan tan pocas oportunidades

Periodista frustrado, que es apasionado del fútbol y del juego y que está en lucha contra los tópicos.