Elche 2 – 0 Real Valladolid | El Pucela rompe su racha pero demuestra su relevancia
El Real Valladolid perdía en Elche y los pucelanos rompían su buena racha en el Martínez Valero pero los de Paco Herrera confirmaban que no son un equipo más en la categoría. Éstos son un conjunto al que se le debe hacer frente con un formato diferente. Los de Alberto Toril, gran protagonista de la derrota pucelana, supieron qué hacer ante los vallisoletanos para superar el entramado blanquivioleta. Pese a perder la buena dinámica marcada, la visita al estadio ilicitano demuestra que el equipo pucelano no es uno más. Es un conjunto temido, con trascendencia y sobre el que los rivales deben trabajar alterando su estilo. Se trata de un hecho que, hoy por hoy, no es poco en una categoría tan igualada como ésta. Todo vale. Todo suma.
La victoria de Toril
Jamás en mi vida he visto un entrenador como Paco Herrera. El actual entrenador del Real Valladolid es un preparador sincero como nadie y que sabe exponer a la perfección aquello que siente, piensa y desea. Así, tras perder justamente en el Martínez Valero, expuso por qué había perdido su equipo tras cinco jornadas consecutivas sin hacerlo. El entrenador catalán explicó su versión del mal partido que firmaron sus jugadores. Un encuentro que el Pucela compitió con un estilo sin potencia, sin ideas y con demasiados miedos. En dicho análisis no quiso dejar pasar ni un detalle propio ni un elogio al rival.
Uno de los movimientos más determinantes del encuentro estuvo en la lectura y planificación que Alberto Toril hizo del duelo. El ex entrenador del Real Madrid Castilla estudió muy bien al equipo blanquivioleta y su propuesta. En la previa del duelo aseguraba que le preocupaba el estilo pucelano pero supo muy bien cómo afrontarlo. Lo atacó y lo neutralizó para confirmar que había entendido qué necesitaba su equipo para superar la compleja propuesta de fútbol y de posesión del rival.
Tal hecho no debe preocupar al entorno pucelano. Debe ser una buena noticia en el Real Valladolid. Perder nunca es bueno, es cierto, pero hacerlo tras ver cómo debe adaptarse la propuesta rival es positivo para la confianza de un grupo que crece. El diseño especial que realizó el Elche en este duelo demuestra el potencial del Real Valladolid y el estatus que ha ido ganado en las últimas semanas. El Pucela nunca ha sido un equipo más en la categoría pero en las últimas semanas confirmó por qué se tenía esa percepción de él desde pretemporada. Tenía potencial pero ahora es un buen equipo y así se le mira en ‘LaLiga 1|2|3’.
Cuestión de sensaciones
Toril neutralizó al Real Valladolid y éste no supo responder. No tuvo un plan B y pagó gravemente el trabajo ilicitano. Las sensaciones pucelanas no fueron buenas. Ni en el inicio, dónde se encajaba el primer gol, ni en el avance del partido. La primera parte fue de dominio blanquivioleta pero sin ocasiones. Un inerte dominio que se topaba con la fortaleza defensiva del Elche. Los ilicitanos no necesitaban el balón y, además, sabían qué hacer para defenderse ante el Pucela. Su plan era perfecto y se cumplía paso a paso.
Las sensaciones pucelanas no eran buenas pero como éstas sólo valen para una o dos semanas, los de Paco Herrera sólo pueden pensar ya en el duelo de Soria y en recibir a la Unión Deportiva Almería. El enfrentamiento ante los de Jagoba Arrasate y el siguiente son una gran oportunidad para trabajar con fuerza en el reencuentro con la victoria. Dicen que la ruptura de una buena racha debe ser, en un equipo ganador, el inicio de otra. Por ello, y sabiendo que los equipos ya no ven al Pucela como un rival más, sino como un conjunto fuerte y referente, la competición exige evolución al equipo de Herrera. Se trata de un avance que debe poder con las sensaciones dejadas en la merecida sexta derrota de la temporada.
Cambios. No mejoras
Un entrenador está sobrevalorado durante un partido. Su influencia en el juego es poca. En una ocasión un entrenador me contó que el peso que se tiene sólo está en los cambios que pueda realizar, en las permutas tácticas que le ofrezca la convocatoria y en el convencimiento que tenga sobre su vestuario. La fuerza que muestre en sus palabras es vital aunque no siempre se consigue lo que se busca. El mensaje no siempre llega al jugador.
No todo sale como espera un entrenador. En Elche se vio. Todo salió al gusto de Toril. No al de Herrera. ¡Ni los cambios pucelanos tuvieron el éxito que el míster pucelano quería! Con dos sustituciones en el periodo de descanso, Paco Herrera buscaba cambiar el partido. Quiso variar detalles de su juego pero no lo consiguió. Su idea no llegó al terreno de juego y lo que él imaginaba nunca se cumplió. Pese a ello, la explicación que el míster realizaba en la sala de prensa mostraba la fuerza que tiene un entrenador que fue superado en la pizarra. Aquel instrumento que tanto y tan bien maneja él fue movido por Alberto Toril con maestría y con la mentalidad fuerte de que debía utilizarla para superar a un equipo que tiene un estilo definido y que sorprende por la diferencia sobre lo establecido.
Por ello y por la visión con la que se ve al Real Valladolid, la derrota en el Martínez Valero no es tan negativa como marca el resultado, las sensaciones y las ocasiones pucelanas. Todos estos ingredientes fueron negativos para el Real Valladolid pero que el equipo de Herrera sea visto como un conjunto potente, diferente y estable muestra un rayo de esperanza, una grata noticia tras la temporada pasada y la mala dinámica con la que comenzó el equipo esta propia campaña con cinco derrotas en ocho partidos.