La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

El interruptor

Los hechos demuestran la realidad de un proyecto

Ahora sí se confirma por qué había que confiar en este Real Valladolid

La victoria (1-2) ante el Gimnástic de Tarragona devuelve al Real Valladolid a los puestos cómodos de la tabla clasificatoria pero, sobre todo, avala la confianza y la actitud del club y del entorno ante los malos resultados cosechados hace sólo unas pocas semanas y es que el juego, más allá de lo que reflejan los marcadores, confirma que el equipo tiene potencial para seguir mejorando.

Los jugadores pucelanos celebran, en piña, la victoria importante ante el Gimnástic de Tarragona <em><strong>(RealValladolid.es)</strong></em>
Los jugadores pucelanos celebran, en piña, la victoria importante ante el Gimnástic de Tarragona (RealValladolid.es)

Discurso bien estudiado 
En las últimas fechas sobresale en las oficinas del estadio pucelano un discurso por encima de cualquier otro. Carlos Suárez y Braulio Vázquez buscan concienciar al entorno de que el equipo está configurado para lograr resultados a largo plazo y que no debe exigirse el «ascenso», palabra tabú en este curso 2016-2017. Bien por convencimiento o bien para conseguir la estabilidad necesaria a todos los niveles, lo cierto es que este mensaje parece calar en la plantilla y en la afición blanquivioleta.

A nivel nacional, nos acostumbramos a leer y escuchar millones de análisis sobre los grandes equipos. Real Madrid o Fútbol Club Barcelona son clubes con todo el potencial que podamos imaginar y con plantillas que llevan años en el mismo vestuario  pero que necesitan un tiempo de acoplamiento cada temporada. Además, las estrellas que adquieren cada verano suelen empezar a dar su mejor versión transcurrida su primera campaña. Sin embargo, a orillas del Pisuerga dos partidos pueden ser suficientes para evaluar y sentenciar a un jugador o al equipo en general, transformándose la totalidad del supuesto proyecto a primeras de cambio.

Llegados al punto en el que se encuentra el Real Valladolid, un histórico por nombre, pero un igual por capacidad, la paciencia y la continuidad en la idea trabajada deben ser los puntos claves para la construcción de un «nuevo club» a la altura de su historia. El Pucela ha cambiado su forma de actuar en estos primeros meses de temporada. Quemar las etapas necesarias, sin el nerviosismo que bloquea el crecimiento y esperando que el producto en el que se ha invertido en pretemporada madure, deben seguir siendo los pasos a seguir.

Confianza vs ultimátum
A veces desde la distancia se aprecia con mayor facilidad la idoneidad de las decisiones tomadas por las distintas entidades. Y en este caso, el de la llamada ‘Liga 1|2|3’, permite establecer un patrón de buen o mal hacer. La continuidad y la línea seguida por equipos de los llamados humildes como Club Deportivo Leganés o Sociedad Deportiva Eibar, en temporadas anteriores, o del Club Deportivo Lugo y el Club Deportivo Mirandés, en la actual, es el objetivo. Sin haber cumplido todavía el sueño de alcanzar la élite pero con un crecimiento visible cada año demuestran que construir un buen proyecto da sus frutos.

En el lado opuesto nos encontramos a los clubes que buscan resultados de inmediato y que en consecuencia, reaccionan a cada golpe de forma acelerada. La Unión Deportiva Almería y el propio Real Valladolid son algunos de los ejemplos de la pasada campaña aunque si hay un club que refleja a la perfección este modelo es el próximo rival del Pucela. El Real Zaragoza muestra cada temporada como no debe gestionarse la situación de un equipo. Club histórico donde los haya, el conjunto maño, estrangulado económicamente, se marca objetivos por encima de su capacidad actual, con plantillas aparentemente potentes de cara al exterior pero no lo suficientemente superiores para aguantar la presión que rodea a la entidad. Bombas que no tardan en estallar cada curso.

Ante esta dinámica negativa y similar a la vivida en Valladolid, en los despachos de La Romareda se ha tomado la decisión de dar continuidad al técnico pero de forma bien distinta. Luis Milla parece sentenciado, tanto dentro del club como fuera de él y su continuidad se expresa como un ultimátum en contraposición con la verdadera confianza que se depositó en Paco Herrera.

Tu punto de partida
Se suele decir aquello de que para solucionar un problema, el primer paso es reconocer que lo tienes. Todas las esferas del Real Valladolid parecen haber asumido que la entidad está, como mínimo, en igualdad de condiciones con el resto de rivales y que parte de cero a pesar del nombre que porta en su camiseta. La madurez mostrada por la afición, por el presidente y por el director deportivo en el primer momento crítico de la temporada refleja con hechos la idea de proyecto a largo plazo que lanzan en cada una de sus intervenciones. Esta paciencia dentro de un clima sosegado aunque exigente, puede que sea la primera piedra para ser un equipo con futuro.

Periodista frustrado, que es apasionado del fútbol y del juego y que está en lucha contra los tópicos.