Con cinco derrotas consecutivas y empatado a puntos con la zona de descenso, el Real Valladolid debe analizar su realidad y no los detalles que le han llevado a ella
• En el fútbol es muy importante el qué y el cómo. Saber dónde estás y cómo has llegado hasta ahí es vital para mirar hacia un nuevo objetivo aunque no con la manipulación con la que el Real Valladolid analiza ahora el cómo •
Paco Herrera, tras perder (1-0) en el Anxo Carro, afirmó que no quería excusas para analizar la derrota y la mala racha que comenzaba a vivir el Real Valladolid y que ahora se ha prolongado hasta las cinco derrotas. Sin querer esas excusas, el preparador blanquivioleta ya menciona pequeños detalles de las cualidades de su equipo que, según él, le lastran sobre el campo. La juventud en la categoría, las muchas caras nuevas con las que se ha formado el vestuario o la falta de gol y una pizca de suerte esquiva son detalles que no hacen justicia sobre lo que marca la realidad blanquivioleta, la única intangible y férrea pero la que se ignora en algunos análisis.
Más de 70 sesiones de entrenamiento
Uno de las frases más escuchadas en la actualidad en el entorno del estadio José Zorrilla es que “el equipo necesita tiempo” y que se debe “tener paciencia” con un grupo nuevo, que trabaja bien y que tiene a un buen gestor en el vestuario. No seré yo el que dude de ninguna de las tres afirmaciones y menos de la última. Considero que Paco Herrera es el mejor entrenador posible para este Real Valladolid pero cuando se suman cinco derrotas consecutivas es momento de analizar la situación, buscar explicaciones y dejar el tiempo para otros equipos. El Pucela no necesita tiempo. Necesita mejorar y ganar. Nadie asegura que con el paso de los días se vayan a solucionar los problemas ya que la realidad así lo demuestra. Con el tiempo no se mejora, se pierde la identidad.
Cuando no se suma ni un punto en todo un mes y el equipo, sobre el césped, no muestra ni fútbol, ni estilo ni personalidad, no es necesidad de dar tiempo. Es momento de exigir. Es un momento decisivo para cambiar el formato de trabajo porque así, el éxito es inviable. No dudo que el Real Valladolid trabaje bien pero quizás ese “bien” no es el que lleva al camino del éxito o a la dirección que este equipo necesita.
Actualmente el Pucela ha realizado 72 sesiones de trabajo y recibirá a la Agrupación Deportiva Alcorcón con un total de 75. ¿Dando por hecho que se trabaja bien y que se hace en buena cantidad no es momento de exigir al equipo una versión mejor de la que ha ofrecido en las últimas semanas? Al Real Valladolid más que resultados se le debe exigir una demostración de calidad, estilo, trabajo y compromiso y, tras los últimos partidos, estos cuatro términos están en duda. Lo están porque esos detalles ignorados en la actualidad así lo dicen. ¿Cómo hubiera sido analizado el segundo gol del Levante la temporada pasada? Con mucha más crítica que en la actualidad. Seguro.
Detalles de la categoría
Tras más de 70 sesiones de entrenamiento el Pucela parece estar en formación. Herrera no ha dado con la tecla ni con el estilo. El detalle o la excusa, según la voz, es la necesidad de seguir aclimatando a un equipo nuevo, un conjunto que no tiene uniones con la temporada pasada. Parece una puntualización muy importante pero ésta no es ni más ni menos que la normalidad de la llamada ‘Liga 1|2|3’.
Es cierto que el Real Valladolid tiene 18 caras nuevas pero también es verdad que el domingo sumaba más jugadores con pasado reciente en su equipo que el rival. Mientras el Levante Unión Deportiva formaba con dos jugadores de la temporada pasada, el Pucela lo hacía con tres. Cifra igual que la del UCAM de Murcia, el conjunto con más refuerzos de la temporada, y no muy lejana de las del Córdoba, Club Deportivo Lugo o Club Deportivo Mirandés, los tres siguientes clasificados tras el equipo granota.
El equipo murciano, debutante en la categoría de plata, cambiaba su plantel este verano y lo hacía casi de forma íntegra pero, en la actualidad, suman 11 puntos. Son cuatro más que los pucelanos y con sólo una derrota. Los cinco encuentros perdidos por el Real Valladolid, además de hacerle el equipo con más derrotas de la categoría, muestran que su problema no es de aclimatación ni de necesidad de tiempo. Es mayor.
La deficiencia pucelana es que los detalles que marcan el juego no están de su lado porque así no se buscan. No están con él porque el Pucela así no parece trabajarlos. Detalles defensivos graves, diversidad de esquemas pero ninguna apuesta por ninguno, variación constante en las citaciones y la sensación de no utilizar todo el potencial del equipo. Entre todo, el Real Valladolid no se encuentra y ésta es la única realidad de un conjunto empatado con la zona de descenso a Segunda B y con una racha inexistente en los últimos 12 años.
El propio trabajo
Los detalles que definen el fútbol no están con el Real Valladolid y no lo están de una forma merecida. El equipo no encuentra un patrón ni un estilo y el resultado es el actual. El proyecto se desmorona en su primera oportunidad de confirmarse mientras se pide tiempo, aquél que no necesita el club ni, posiblemente, se puede permitir.
El Pucela necesita una reflexión en todos sus ámbitos. Cinco derrotas, seis goles anotados en 720 minutos y la aparición de la debilidad defensiva obligan a preguntarse si el trabajo que se ejerce es bueno o si éste es el que se necesita para salir de la situación que ese propio trabajo ha generado. Viendo que Paco Herrera, merecidamente, es innegociable, quizás sea él el que debe variar algunos de los puntos en su hoja de ruta. Sus esquemas innegociables quizás ya no lo deben seguir siendo. La realidad así lo obliga.