El delantero madrileño no vive un buen momento en el Real Valladolid. La salida de su zona de influencia le está haciendo perder atributos sobre su juego y posibilidades

• Jaime Mata, sustituido en el descanso del Anxo Carro, es el extremo izquierdo del Real Valladolid. Afianzado en el costado, el ex del Girona pierde muchas de las opciones futbolísticas por las que llegó al estadio José Zorrilla •

Durante la pretemporada afirmaba en ElDesmarque Valladolid que Jaime Mata era el mejor fichaje del Real Valladolid. El avance de la temporada me ha hecho meter en las mismas opciones al madrileño y a Joan Jordán, como también afirmé esta semana en mi videoblog. Por suerte, el ex del Espanyol es valorado en sus funciones y en su rendimiento. Por el contrario, el ‘9’ blanquivioleta sólo está siendo valorado por su rendimiento y trabajo. No es elogiado por cómo es como futbolista porque nunca ha sido vislumbrado como tal. El planteamiento de Paco Herrera con el ex del Girona está perjudicando a las cualidades del futbolista y, por consiguiente, a los jugadores más ofensivos del Real Valladolid.

Jugador de equipo
Uno de los motivos que en verano me llevó a calificar al ex del Girona como el “mejor fichaje” es su capacidad de hacer bueno al resto de jugadores. Su pundonor, su trabajo y su sacrificio son cualidades vitales para el resto de compañeros. Jaime Mata es un futbolista con mucha capacidad para asimilar responsabilidades. Tácticamente aporta mucho al juego ofensivo de un equipo. Aclara zonas de trabajo y libera de marcas a otros compañeros. Genera superioridades determinantes para jugadores de mayor velocidad y descaro que él.

Jaime Mata es un jugador de zona central porque por envergadura, corpulencia y fuerza necesita el contactó con defensas rivales. Por el contrario no tiene velocidad ni conducciones válidas para el juego exterior. Puede contactar con él pero nunca será parte de él. Por ello su rendimiento está disminuyendo en la actualidad.

En un inicio los partidos del Pucela se ganaban por coraje, intención y fuerza. En esas cualidades, Jaime Mata no tiene rival. Siempre es de ‘10’. El problema radica cuando el Pucela debe proponer y el madrileño no entra en juego. En Lugo ocurrió. El Real Valladolid debía darle la vuelta al partido y no lo consiguió. Mata no entró en juego y fue sustituido por Ángel García. El ‘3’ dio un mejor rendimiento pero no por mayor actitud o intención que Mata sino por unas cualidades que se adaptaban mucho mejor a las exigencias del momento.

Interesante debate
En este punto llegó un debate interesante con Víctor Jimeno. Pequeña pelea dialéctica, durante el partido, en la que hablábamos sobre el rendimiento de uno y de otro. Él elogiaba a Ángel, mientras a mí me surgían muchas dudas con la aportación del ex del Promesas. Entró en juego, es cierto. Más que Mata, es verdad, pero no arriesgó en ninguna de sus acciones. Por ello el equipo no encontró el éxito buscado con el jugador en el campo. Ángel aportó cualidades de juego pero éstas fueron por sus condiciones futbolísticas y no actitudinales.

El debate con Víctor se prolongó de Twitter a una forma interna. Llegamos a cierto entendimiento en las críticas a uno y a otro y a un contundente acuerdo sobre el ‘9’ blanquivioleta. No descubrimos nada y apoyamos el pensamiento de todo el entorno blanquivioleta. Nos chirría, y mucho, la estancia constante del madrileño en la banda izquierda. Su juego carece de condiciones para trabajar el juego exterior y conseguir éxitos de él. No tiene rasgos para ese juego y así, el Pucela está perdiendo muchas de las facultades del jugador.

Desaprovechado
Perdiendo esa referencia que es Mata cerca del área, ese poder aéreo que posee y esa cualidad innata en su juego para liberar a los compañeros de ataque de marcas son detalles que se están perdiendo con el avance de la temporada. Perder a Jaime Mata de las inmediaciones del área es tan doloroso como hacerlo con Alex López. Sin ser ninguno de los dos un gran goleador, el Real Valladolid ganaría muchos enteros con ambos jugadores cerca de la meta rival. La calidad técnica de uno se sumaría a la calidad de trabajo del otro.

El trabajo y el derroche del delantero serían determinantes para ver, por fin, la calidad en el último pase y lo decisivo que puede ser el ‘4’ en el esquema de Herrera. Centrando y acercando al área a ambos jugadores, el Pucela ganaría en variantes, decisión y capacidad de reacción. De estos tres rasgos se ha carecido en las últimas fechas y, por ello, los pucelanos han perdido tres encuentros consecutivos.

Pese a la mucha calidad que hay en este equipo y proyecto, el Real Valladolid no puede desaprovechar las cualidades de un Jaime Mata que se deja todo su esfuerzo en el terreno de juego pero sobre el que se comienza a dudar en Valladolid por verlo fuera de una posición como la suya en la que no necesita encarar sino desplegar las cualidades de contacto, decisión y descongestión por las que le llamó Braulio Vázquez.