El Real Valladolid ha diseñado un equipo ilusionante con jugadores que viven esta temporada como una gran oportunidad para sus carreras. La economía obligaba
• Varios de los fichajes pucelanos de esta pretemporada generan ilusión en el ambiente pero, también, un margen de error muy elevado. El Pucela compite desde el domingo y lo hace con un proyecto con varias incógnitas •
Nada te asegura el éxito y menos en un deporte con tantos condicionantes externos e incontrolables como el fútbol. El centro del campo pucelano está lleno de calidad, de hambre y de ilusión pero, también, de dudas y de necesidades por relanzar una carrera. No es la única posición. El Real Valladolid ha hecho una fuerte apuesta este verano por ser el trampolín de muchos jugadores. El equipo, en una economía muy baja, no ha apostado sobre el rendimiento. No puede. Lo ha hecho sobre posibilidades de rendimiento y márgenes de mejora. El talento existe, el futuro parece asegurado pero el alimento blanquivioleta es el presente y en él, hay muchos interrogantes.

Versión realista
En estas líneas lo he defendió en múltiples ocasiones durante este verano aunque con muchos matices. Este Real Valladolid ilusiona. Es cierto pero, de momento, sólo lo hace en pretemporada y como todos los equipos. No hay que olvidarlo. La nueva versión que se ha hecho del Pucela gusta y lo hace con un perfil de jugadores jóvenes y de futuro que aseguran, sobre el papel, el presente y el futuro de la entidad blanquivioleta. Es verdad que este Pucela engancha pero, también, que ofrece dudas. Crea interrogantes ante el inminente inicio de la competición.
El mayor problema de las pretemporadas es el paso a la pelea por los puntos. En la preparación todo parece bien y muy pocos se quejan. Ningún jugador se enfada por ser sustituido. Ningún futbolista genera ningún problema. Todo parece que va sobre ruedas hasta llegar al momento decisivo. Cuando un jugador es sustituido en liga, ya se lo toma mal y puede hasta no saludar al entrenador. La intensidad máxima se puede convertir en amarillas, expulsiones e inferioridades para el equipo. Por estas posibilidades y todas aquellas que se pueden producir durante un campeonato, la visión del Pucela no es que tenga que ser miedosa ante el inicio. Debe ser de recelo.
No todo es Paco Herrera
El Pucela no ha fichado rendimiento. Ha firmado proyectos de jugadores y posibilidades sobre el campo que se pueden cumplir o no porque no todo depende de la mano de Paco Herrera. Es bueno y gratificante para él que se confíe tanto en el entrenador y en su experiencia pero no se debe olvidar la realidad que hace triunfar o fracasar un proyecto: los jugadores y su rendimiento.
Ibán Salvador es una gran incógnita. Tiene calidad, desparpajo y gol pero, también, genera dudas en su salto al profesionalismo. Sergio Marcos, por su parte, crea dudas ante su pobre bagaje final en Lugo. Su triste segunda vuelta asusta. De igual forma, los interrogantes de Míchel Herrero y Alex López llevan a pensar en qué hacen jugadores de su nivel y categoría en el Pucela. Las dudas de saber por qué jugadores «de Primera división» llegan a un Pucela que no es más fuerte que nadie en la categoría de plata obligan a ser receloso.
Oportunidades
Si un jugador de su talla está en la continuidad de un Pucela que rozó el descenso a Segunda división B, cuestionar cómo estarán sus carreras es lógico. Tras pasar por Inglaterra o China, es obvio que gallego y valenciano necesitan una oportunidad de relanzarse y recuperar esas buenas sensaciones y confianza que, por ejemplo, Alex Pérez, uno de los 15 fichajes, recuperó tras marcharse a Estados Unidos.
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Es imposible dudar de la calidad que puedan tener los nuevos fichajes pucelanos. Es más, es señalada y destacada constantemente pero sí que ofrece dudas la unión entre tantos jugadores con oportunidades que aprovechar y cualidades que demostrar. Éste es un proyecto ilusionante, es verdad, pero que estará marcado en sus objetivos por el rendimiento de las oportunidades de muchos de los jugadores.
La definición de ‘oportunidad’ fue el más utilizado periodísticamente para analizar las diferentes llegadas del verano. Con él se ha conseguido diseñar un buen equipo. Un gran proyecto. Pese a querer quemar con excesiva prontitud este término, el nivel de los fichajes pucelanos no exige un resultado inmediato. Como buen proyecto de oportunidades e incógnitas necesita de un tiempo, de una aclimatación y de una buena respuesta de aquellos jugadores que se juega mucho en esta temporada. No por el Pucela sólo sino, también, por sus carreras.