El nuevo Real Valladolid ilusiona. Como tantos equipos de la categoría
El Real Valladolid se encuentra en las horas finales de la concentración de Melgaço. Con la estancia de Portugal los de Paco Herrera están cerrando la base de una pretemporada que ilusiona en el entorno del Real Valladolid. El Pucela está formando un buen bloque mientras da fuerza a la idea de juego del nuevo cuerpo técnico. Con el entrenador catalán como gran valedor de esta andadura, la mejor noticia para el Real Valladolid es la sensación de proyecto que se mueve por el ambiente blanquivioleta. Los fichajes, el estilo de éstos y los movimientos férreos y seguros que ha dado el equipo desde su comienzo crean una estabilidad en el proyecto que, como siempre, deberá confirmarse con los primeros resultados. Por el momento todo parece positivo pero el Pucela no es diferente a ningún rival. Todos los equipos se encuentran en el mismo punto de ilusión y «sensaciones positivas» de todos los veranos.
Olor a proyecto
La pretemporada del Real Valladolid avanza bien. El equipo se está adaptando a las exigencias del nuevo cuerpo técnico y, más allá de tres victorias en los primeros cuatro partidos de pretemporada y la buena imagen en el primer tiempo del duelo ante el Celta de Vigo, lo más positivo del nuevo Pucela está en la sensación y el olor que deja a proyecto. El equipo de Paco Herrera, por diseño, fichajes y evolución, parecer estar cerca de aquello que sueña cualquier equipo a estas alturas de la formación.
Obviamente con tales circunstancias, el entorno se muestra contento y esperanzado. Ilusionarse en este periodo de la temporada es lógico y, en parte, hasta obligatorio. Las pretemporadas se están convirtiendo en los periodos del año en el que todo lo que ocurre tiene una lectura positiva y en la que cualquier detalle ilusiona y menosprecia lo conseguido anteriormente. Cualquier fichaje mejora lo anterior. Cualquier nuevo jugador es más profesional que el resto y el nuevo entrenador, por ejemplo, es más consecuente y organizado que el anterior. Nada de lo pasado vale. Así, todo lo nuevo parece positivo y gratificante.
Más tarde, el avance de la temporada marca que ilusiones son reales y cuales humo. Siempre van a existir más ficticias que palpables al entender que en el fútbol es más lógico perder que ganar. Sólo vencen unos pocos y fracasan el resto. Los objetivos son muy igualados, y más en Segunda división. Así, pocos pueden vencer y mantener esas esperanzas generadas en pretemporada como el resto de los rivales.
Ilusión blanquivioleta
Sea real o no y sin saber si seráa válida para el objetivo final, el nuevo Real Valladolid crea ilusión, inicialmente, por su entrenador. Paco Herrera, cabeza visible del nuevo diseño, convence en su propuesta, su metodología y su exposición. Su experiencia le hace ser válido para los tres rasgos y, sobre todo, para saber mostrar lo que necesita a un entorno dolido por la temporada anterior. El catalán aún no ha ofrecido nada a la afición blanquivioleta y, por ejemplo, todavía no ha señalado el objetivo del club. Quiere ir poco a poco y sin dar grandes pasos y, sobre todo, sin asegurarse ninguna fase de la creación.
Sin su ‘supervisión’ para tal ilusión, el entorno blanquivioleta se ha saltado diferentes avances de la temporada al ver la llegada de jugadores de un perfil opuesto al de la temporada pasada. Remarcando lo dicho sobre los sentimientos en las pretemporadas, en el estadio José Zorrilla se ha cogido fobia a las cesiones. No se quieren préstamos sino jugadores con un perfil de futuro en el club. Sergio Marcos parece tenerlo, Ibán Salvador lo refuerza, Alberto Guitián lo mantiene, Isaac Becerra lo eleva y así los 12 fichajes realizados hasta la fecha.
• «El gran error de querer borrar la última temporada», análisis sobre la situación de pretemporada •
Las nuevas incorporaciones crean una ambición a largo plazo. Gusta su estilo pero nada debe llevar al engaño. La exigencia no será a medio o largo plazo. Las peticiones sobre estos perfiles tendrán fecha de caducidad en el próximo mes de mayo. Ante el primer resultado global el equipo deberá confirmar su hechura de grupo y de proyecto con un puesto clasificatorio muy digno.
Hasta esta fecha de la pretemporada hay grandes sensaciones. Se palpa la ilusión, pero, tristemente, ésta es la sensación de otros muchos equipos y de otras muchas temporadas en el Pucela a estas alturas. No todos triunfarán y no siempre todas la versiones pucelanas han tocado el objetivo. A veces ni lo han rozado como hace poco.
La historia de siempre
Hace un año, cuando el Pucela se impuso en Pasarón en el Trofeo de Pontevedra el equipo ilusionaba. Igual que ahora. Gaizka Garitano, como Paco Herrera en la actualidad, era valorado como el mejor fichaje de la pretemporada. Anteriormente, nada fue diferente. Rubi mejoraba exponencialmente a Juan Ignacio Martínez y con él, recuerdo la ilusión por pensar cómo jugadores como Omar Ramos o Lluís Sastre mejorarían su rendimiento. Finalmente, la temporada devoró esos proyectos. Unos más que otros, es verdad, y lo hará este año con algunos rivales del Pucela o con el propio equipo blanquivioleta.
El Mallorca ilusiona a su gente. El Real Zaragoza se ha unido a su afición con los fichajes de viejos ídolos. El Getafe firma lo que quiere y cómo quiere. El Levante diseña al gusto de su entrenador. El Girona está firmando la mejor plantilla de su historia cuando se ha quedado recientemente a un paso de Primera división. Y así un largo número de equipos en los que podríamos encontrar también al Reus o al Numancia, por ejemplo.
Son muchos los proyectos ilusionantes en la categoría y más tras los últimos éxitos humildes de equipos como el Éibar o el Leganés en la categoría. La ahora llamada ‘Liga 1|2|3’ parte en igualdad de condiciones pero es la competición con mayor ruptura de proyectos. Con el éxito de sólo unos pocos y cuando la salvación sólo vale a los recién ascendidos, las ilusiones válidas a final de temporada son sólo para tres. El resto dicen adiós a todo no por fallos propios sino por el éxito de tres equipos mejores. Así es el fútbol y así es la validez de “proyectos” que son analizados, como todos, por el resultado desde el primer partido y no por las sensaciones y grandes resultados de la pretemporada. Las preparaciones para una temporada son eso. Diseños y evoluciones. Nada más.