Rafa López regresa a Valladolid para comandar el proyecto de Paco Herrera
Rafa López, defensa natural de Peñafiel y formado en los Anexos, vuelve, procedente del Paderborn 07 alemán, a la que fue su casa como una pieza clave del nuevo proyecto que está configurando desde el lunes Paco Herrera. Su calidad y liderazgo han convencido al Real Valladolid para ofrecerle un contrato de tres temporadas y otorgarle la condición de líder del equipo a sus 31 años y pese a vivir una última temporada sin minutos.
Figura determinante
A priori, Rafa vuelve al estadio José Zorrilla para ser un jugador clave del proyecto dirigido por Paco Herrera. El club blanquivioleta ya se había interesado en el zaguero en los últimos mercados de fichajes y su regreso a la capital castellana era cuestión de tiempo. El propio jugador ha reconocido en la rueda de prensa de presentación que ya quiso regresar hace un año pero que su club no se lo permitió. Tal impedimento acabó influyendo en su relación y rendimiento con el S.C. Paderborn 07.
El hecho de que el vallisoletano se pasara la temporada pasada prácticamente en blanco en Alemania, crea dudas sobre el estado del central. Sobre tal tema Rafa ha salido al paso sobre su condición afirmando que dicha situación fue consecuencia de problemas personales y no futbolísticos, conflictos que parecen no suponer ningún problema dado que regresa al equipo que le vio crecer y le formó como futbolista. Parte con ventaja porque en condiciones normales, Rafael López Gómez es un autentica garantía. Colocación, calidad, salida de balón y precisión en el corte son sus atributos más destacados.
Afición ilusionada
La exigente hinchada vallisoletana está necesitada de ilusión y de alegrías. Suele darse el fenómeno de que tras malas campañas, el entorno tiende a ilusionarse con mayor facilidad. Con un mínimo de trabajo bien hecho, todo es más fácil. El Real Valladolid ha conseguido contentar a los suyos con los primeros movimientos pero, especialmente, con este último.
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El entorno ha protestado en las últimas fechas por la falta de vínculos entre la plantilla y la historia del club. Se achacaba que ante falta de presupuesto y de jugadores de calidad, el sentido de pertenencia podía marcar ciertas diferencias o, por lo menos, reflejar otras sensaciones de orgullo en el ambiente. Dicho y hecho, la secretaría técnica sigue dando pasos para buscar el espíritu de equipo y su necesaria conjunción con la afición.
La afición está deseosa de ver en el club a jugadores de la cantera, en cierta medida por la escasa salida de jugadores del filial en la última época y por la aparente falta de compromiso en la plantilla. Con todo ello, la llegada de Rafa, a pesar de salir en su día hacia Getafe con cierta polémica, cumple sus expectativas.
Brazalete o capitán en espíritu
En general, todos los equipos de este perfil, y en especial el Real Valladolid sueñan con la vuelta de los jugadores que han rendido bien en etapas anteriores. Si bien se muestra de la decadencia que vive el club ya que antes volvían jugadores como José Luis Pérez Caminero o Eusebio Sacristán, la llegada de ex supone inyectar personalidad al equipo y recordar a la plantilla la dimensión del club.
El retorno de jugadores pocas veces resulta negativo, aún cuando su rendimiento en el campo no sea el mejor. Tiran del carro, hacen vestuario y representan los valores de la entidad, más visibles en etapas de bonanza. Rafa viene con la vitola de ser el jugador que debe comandar al equipo hacia el ascenso desde el centro de la defensa. Ya lo dijo «este club no puede luchar por otro objetivo que no sea subir a Primera». Pronto o no, para afirmarlo el primer mensaje a la plantilla le llega muy claro.