Rafa López regresa al Real Valladolid tras ocho temporadas. Lo hace convencido de su potencial, sus opciones y del mantenimiento de su sentimiento blanquivioleta

El Real Valladolid está diseñando un proyecto ilusionante. Todo los veranos la ilusión colapsa los canales pucelanos pero esta temporada con mayor motivo. La finalización del horror pasado y la llegada de fichajes de perfiles convincentes y de largo plazo están gustando al mundo vallisoletano. Con todo ello, el Pucela necesitaba un empuje más. El fichaje de un jugador que sepa cómo es la casa y que ocupe ese espacio que se ha deteriorado en los últimos años con la salida de determinados jugadores ha llegado con Rafa López. Por el sentimiento firme de amor por el blanco y el violeta y esas cualidades que le han llevado a vivir siete años de élite tras salir de Valladolid, Rafa volverá a imponer su jerarquía, su dominio del balón y su polivalencia, en posiciones y objetivos, en el estadio José Zorrilla. 

La experiencia es un grado
Formar a un jugador como hizo el Real Valladolid con Rafa López es una ventaja. La es en el sentido de que, ahora, con su regreso, el Pucela sabe como pocos conjuntos qué es lo que ficha, y no sólo futbolísticamente. Carlos Suárez y diferentes trabajadores veteranos del club habrán podido explicar muy bien a Braulio Vázquez qué tipo de futbolista firmaba con el de Peñafiel. Además de un jugador de calidad, liderazgo y polivalencia, el club firma el regreso de un hombre de equipo. Uno de esos jugadores que trabaja muy fuerte por el club con el que firma y que lo ejecuta con la sensación de hacerlo para muchos años.

Rafa es un hombre vallisoletano que regresa tras ocho años y que lo hace con un grado destacado para el proyecto, para la llamada LaLiga2 y para el objetivo ambicioso que, tarde o temprano, se marcará el conjunto de Paco Herrera. La experiencia con la que regresa el de Peñafiel es muy importante para el Pucela. Éste es un rasgo más para un jugador que no ha perdido ninguna de sus cualidades futbolísticas.

Un futbolista de buen dominio del balón, jerarquía en la línea defensiva y variantes en las funciones y sus posiciones regresa mejorado y con el hambre intacto. El crecimiento vivido en los años de Getafe y valorados con su traspaso a Alemania hace dos temporadas no le han quitado ilusión por acompañar al Pucela a luchar por nuevos éxitos. Incluso el mal trago vivido en la última temporada no deja tocado a un futbolista que ha aceptado el regreso propuesto por el Pucela sabiendo que ningún otro lugar es mejor en su objetivo de volver a relanzarse.

Polivalencia total
Cuando saltó al profesionalismo, Rafa López mostró buenas dotes técnicas pero, sobre todo, un gran dominio del terreno de juego. Capacidad para alternar diferentes posiciones gustó al Getafe cuando le llamó en 2008. Un central joven, con buen salida de balón, y que acumulaba partidos en el lateral derecho y en el centro del campo, convenció a la dirección deportiva madrileña. No se dudó en su fichaje y en las diferentes opciones de un futbolista que no sólo ofrece alternativas en el terreno de juego sino, también, en los objetivos de un partido.

· #BienvenidoRafaLópez todo el especial sobre el regreso del vallisoletano al Pucela ·

Por sus cualidades, inteligencia y predisposición, Rafa puede jugar en las tres posiciones defensivas o como engranaje con el centro del campo. Posiciones y opciones que cubre con diferentes modalidades de ejercerlas. Rafa está capacitado para liderar la salida de balón elaborada del equipo como de olvidarse de movimientos con balón y centrarse en el marcaje a un adversario. Así, éste es un fichaje de galones que llega para ocupar el eje de la zaga y hacerlo con la suficiencia y el éxito de sus más de 180 partidos en Primera división.

Sentimiento y liderazgo
Braulio dota a Paco Herrera de un buen activo futbolístico pero, sobre todo, de un importante valor de vestuario. Equipos de nombre como el Pucela están firmando regresos importantes. Jugadores que sirvan de ejemplo para la grada y para un vestuario que le respete ya sólo por su presencia. Éste es el ejemplo de Rafa. Pese a su perfil exterior tímido, el vallisoletano posee jerarquía y sabe que se le va a exigir por ella. En su rueda de prensa de presentación ya fue mencionada y él lo asumió más allá de su objetivo de “aportar fútbol”.

Con Rafa el Pucela firma un futbolista para tres temporadas pero para un trabajo interno que puede durar décadas. Con él, el Real Valladolid adquiere un líder que debe adoptar un puesto importante. Sin Borja Fernández ni Óscar González y, muy posiblemente, sin Álvaro Rubio, el de Peñafiel llega para ser un central diferencial en el equipo y un activo único en el equipo. Un Pucela es construcción ha adquirido una pieza codiciada para estabilidad del proyecto y engrasar una máquina que no puede fallar como lo hizo la pasada campaña.