Varios jugadores pucelanos ya han hecho las maletas. Otros, sin noticias, asumen un final que, pese a la insistencia del club, seguirá siendo historia blanquivioleta
• Se dice que «el que calla, otorga» y el Real Valladolid aún no ha dicho nada sobre la posible renovación de los jugadores que terminaban contrato este verano. Todo indica al final de la temporada 2015/2016 •
Braulio Vázquez quiere eliminar la temporada pasada. Carlos Suárez le apoya en tal decisión y la reforma en la plantilla es total. Pese a que éste sea un movimiento que, en su inicio, está convenciendo por el perfil de los jugadores que se están adquiriendo, se debe reconocer que terminar con la totalidad de la plantilla de la pasada temporada es un error. La campaña fue mala pero el fracaso global no puede terminar con el rendimiento o las opciones individuales de diferentes jugadores con un perfil y un potencial válidos para el proyecto que está diseñando Paco Herrera. Sin tratar los casos de todos los jugadores de una forma individual y pormenorizada, el Pucela destruye economía pero no su historia. Por muchas marchas que se produzcan, la temporada 2015/2016 seguirá viva.
¡Que no quede nada!
Un club de fútbol funciona de dos maneras. Interna y externa. No todos los movimientos se cumplen ni se publican de la misma forma. Pese a que ha pasado ya el 30 de junio, el Real Valladolid aún no ha informado públicamente de sus movimientos dentro de la última plantilla. Obviamente, resultaría sangrante que éstos no se hubieran notificado a los propios jugadores. Pese a que, honrosamente, ellos hayan conocido su futuro, la actitud destructora desde el estadio José Zorrilla provoca que perfiles válidos para Paco Herrera como Marcelo Silva, Nikos Karampelas o Manu del Moral hayan puesto fin a su periplo vallisoletano.
Siempre pensé y lo seguirá haciendo que por muy mal que haya terminado la temporada, este último plantel tenía calidad e, individualmente, tenía activos que podían renovar. La perspectiva es necesaria tras una temporada así. En el verano pasado todos confiábamos en el ascenso. La plantilla tenía potencial. El proyecto estaba bien hecho. Los resultados dijeron que no. Las decisiones no fueron las correctas pero nadie perdió su esencia.
El fútbol de Manu del Moral es igual ahora que hace un año. El Numancia lo entiende así. De igual forma se puede decir de Marcelo Silva o Nikos. Es cierto que ninguno de los dos estuvo a la altura esperada. No llegaron a obtener su mejor tono físico y nunca mostraron por qué llegaban de Primera división. Pese a ello, es innecesario ‘exterminarlos”. La sensación de que el Real Valladolid no debe dejar a nadie con el recuerdo de la temporada pasada es lastimosa. No tener perspectiva para saber dónde estaban los problemas y saber terminar con ellos demuestra por qué el Pucela decidió tan mal el camino que tomó la pasada temporada.
Sensatas y necesarias
Tras muchos debates y muchos pensamientos creo que el problema de Braulio Vázquez como director deportivo está en las decisiones. No en la confección de las plantillas. El gallego analiza el mercado. Se rodea de gente competente y es reconocido en todas las negociaciones. El Pucela tiene en él a un buen escudero y una gran imagen. Sabe fichar y sabe vender el producto blanquivioleta. No es poco pero no lo es todo.
La cuestión es que ahí no acaba su trabajo. Si hace unas semanas me preguntaba cómo se examina el trabajo de una dirección deportiva, ahora sé que muchos de los análisis deben llegar por la gestión de los problemas. Quedar por encima de ellos es una obligación. El fútbol no puede terminar con un proyecto o un buen trabajo y Braulio fue devorado la temporada pasada. No supo hacerle frente en el día a día.
Fue golpeado por los problemas y él solo se hundió. No tuvo fuerza para salir del bache y se fue muriendo. Ahora, ante un nuevo proyecto, revive pero con un lastre de la temporada pasada. Salvar sólo a dos o tres jugadores de la temporada pasada demuestra un problema de dirección en el gallego. Intentar arrancar la triste historia de la campaña 2015/2016 en el libro del Real Valladolid no es posible. Podrá cambiar todos los actores y podrá añadir un nuevo director pero sin demostrar que varios esos activos que eligió un año antes son válidos futbolísticamente, se señala a él mismo y no a su proyecto. El Real Valladolid no puede borrar una temporada de su historia. Ni puede ni lo conseguirá. No tengo duda que en detectar los problemas y en señalar renovaciones sensatas y necesarias estaba un buen porcentaje del éxito de este nuevo Pucela pero Braulio lo ha descartado.