Sin grandes datos goleadores, el Real Valladolid se ha hecho con un delantero de trabajo, lideragzo y confianza. Con Jaime Mata se asienta este proyecto de Herrera
Nunca se entiende o, mejor dicho, nunca se quiere entender. Un equipo de Segunda división es de tal categoría y puede aspirar a salir de ella por la puerta grande cuando asume que éste es su lugar. Se muestra un entendimiento de la realidad con fichajes del perfil de la categoría. El Real Valladolid 2016/2017 lo está haciendo. El estilo de las incorporaciones es de jugadores de plata y esos futbolistas, en muchas ocasiones, sólo son valorados cuando se marchan. Éste es el ejemplo de Jaime Mata, el nuevo y, por el momento, único delantero de Paco Herrera. El punta madrileño posee rasgos de la categoría muy válidos y necesarios para un equipo que busca ascender como cuenta Jordi Bofill desde la ciudad que le ha consagrado como jugador.
Dos versiones de delantero
El ‘9’ que ha querido Braulio desde hace meses y por el que ha peleado con muchos equipos es muy conocido en la categoría. Las dos temporadas que ha disputado con el Girona le dejan en buen lugar. Pese a ello es importante preguntar a Jordi Bofill, redactor de Vavel e integrante de la Peña Jandrista. Si detallaba con todo lujo de detalles quién es Isaac Becerra, qué ha conseguido en Montilivi y a qué puede aspirar en esta nueva etapa, describe con detalle cómo es Jaime Mata y qué puede ofrecer al Pucela.
“Mi opinión sobre Mata tiene dos puntos de vista totalmente distintos”, asegura. Por un lado lo ve como “un delantero un tanto atípico” por ser uno de esos jugadores “que rinden mejor haciendo un trabajo de desgaste hacia los centrales para que su acompañante se aproveche de ello”. Jordi afirma que “tácticamente es un gran jugador” porque “arrastra la defensa rival, lucha por cada balón como si fuera el último, entiende el juego y sabe leer las distintas situaciones que se dan en el partido”. Además “cuando entra en una dinámica positiva de definición, puede encadenar varios partidos viendo portería con facilidad”.
Con esta descripción, Mata no es jugador de Segunda. Es un futbolista de élite y de competición europea. Tristemente hay un pero. Para Jordi Bofill “es un jugador psicológicamente muy frágil y al que le cuesta mucho definir cuando tiene mucho tiempo para pensar”. Con este lastre “ha llegado a errar ocasiones aparentemente sencillas cuando menos te lo esperas”. En definitiva, y según la versión de este socio y accionista del Girona, el nuevo delantero del Pucela es “capaz de lo mejor y de lo peor”.
Un buen resumen
Sabiendo cómo es el jugador y conociendo qué puede dar y en qué puede fallar, es momento de saber cómo ha sido su estancia en Montilivi, con los datos de sus goles a un lado. Para Bofill, “globalmente” ha sido una etapa “muy buena”. El resultado ha sido notable por “su integración” al tratarse de su primera experiencia en Segunda División. A nivel de juego se valora como “mucho más productiva” su primera temporada. En ella actuó de segundo punta “y vimos la mejor versión de sus cualidades”.
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Si en su primer año convenció y gustó por su rol, en el último, no. “Ha asumido otro papel dentro del terreno de juego”, asegura Jordi. Este cambio ha sido “especialmente en la primera vuelta ya que en la segunda no ha tenido mucha participación”. «La nueva vertiente le obligaba a liderar el ataque y adaptarse a los distintos sistemas ofensivos utilizados por Machín”. Pese a un protagonismo mucho más debilitado, el recuerdo de Mata es bueno en Montilivi. Deja un poso pero no un legado, como sí hace Isaac Becerra. “Su salida no ha sido tan traumática como la de Isaac pese a que es un jugador muy válido en esta categoría debido a sus condiciones de lucha y movilidad” afirma un redactor de Vavel que asegura que “no lo considero un goleador ni el referente ofensivo de un equipo puntero”.
Opciones y nervios
Como en el caso de Isaac Becerra, Jordi Bofill no esconde el cambio que dan ambos jugadores con su llegada al estadio José Zorrilla. Si bien es cierto que ve al portero muy capacitado para asumir este salto, duda del delantero. Puede verse abrumado por la presión y así lo explica. “Me consta que los silbidos y la desaprobación del público de Montilivi le han pasado factura en más de una ocasión. Con ello, ante una mayor exigencia por parte de la hinchada pucelana puede debilitarle a largo plazo”.
La debilidad psicológica a la que hace mención Bofill puede ser un impedimento de crecimiento para un jugador que “marcará las diferencias en cuanto a trabajo, entrega, presión, lucha”. Después, “dependiendo de su estado mental, definirá mejor o peor, que al final es con lo que todo el mundo se queda de un delantero”. Pese a la exigencia del gol, Jordi asegura que Mata “ofrece mucho más”. Con este fichaje, Paco Herrera obtiene “un trabajo oscuro y necesario que los entrenadores agradecen”.
No sólo ellos, como este gerundense asegura “cualquier jugador que ha compartido vestuario con él te dirá lo mismo: con Mata me iría a la guerra o quiero a Mata siempre en mi equipo”. Éstas cualidades, aquellas que triunfan en el estadio José Zorrilla pero, sobre todo, en el entorno, el Real Valladolid 2016/2017 ha firmado su primer delantero del proyecto. Mucho más que un perfil que marca goles y un jugador que tiene talento goleador. Mata no es un delantero al uso. Por eso, posiblemente, llega a Pucela y, por ello, seguramente, triunfará de blanquivioleta en las dos temporadas que ha firmado.