Jaime Mata llega a Valladolid como el delantero que quería Braulio Vázquez
Llega al estadio José Zorrilla uno de los delanteros más deseados por Braulio Vázquez en las últimas fechas. Jaime Mata es uno de esos futbolistas que se han hecho a si mismos y que a base de trabajo y pasito a pasito se han ido ganando el estatus y la admiración rival desde las categorías inferiores. Lucha, oportunismo y, sobre todo, carisma son los adjetivos que definen al ex delnatero del Girona o Lleida, entre otros.
Constancia y oportunismo
Las buenas campañas y el juego alegre del Girona han calado en el resto de equipos de Segunda división, que se han ido a la caza de sus jugadores. Desmantelando, en cierta medida, su bloque. Así Jaime Mata llega a orillas del Pisuerga tras cuajar unas muy buenas temporadas en el equipo catalán, donde ha sido uno de los jugadores importantes de la plantilla que se quedó, por dos ocasiones a las puertas de hacer historia y ascender por primera vez en su historia a Primera.
Debemos tener en cuenta que Mata no ha sido un delantero muy goleador en Girona. Su media goleadora está en torno a un gol cada cuatro partidos. Estamos ante el típico delantero difícil de definir, que no presenta un perfil concreto porque no es lento pero no destaca por su velocidad, porque puede proteger el balón y ser un incordio para la defensa rival, pero tampoco tiene el perfil de «tanque». En definitiva Jaime Mata es un ariete de momentos. Un complemento para abrir huecos a jugadores de más calidad o aprovecharse de las marcas a otros jugadores, en principio, más resolutivos. El primer ‘9’ del nuevo proyecto es, sobre todo, un futbolista muy oportunista que siempre está en el lugar correcto y con la actitud idónea para arrastrar al grupo.
Expectativas desbordadas
Jaime Mata ha sido también, un delantero muy constante en las últimas campañas. Se ha ganado un nombre en Segunda y, en especial, entre la afición pucelana porque ha sido capaz de marcar goles importantes con su equipo en medio de una lucha por el ascenso. Pese a ello no es el delantero estrella que marca diferencias.
· #BienvenidoMata todo el especial sobre la llegada del madrileño al Real Valladolid ·
Es habitual que la masa social de un club, en momentos complicados achaque las derrotas a la falta de lucha y de compromiso. De igual forma cuando se cuenta con un jugador de esas características, la misma afición quiere más. En conclusión, sólo vale ganar y la victoria marca todo tipo de análisis. Me refiero al tipo de jugador que se va a encontrar la hinchada.
Puede que el madrileño empiece la temporada enchufado y se convierta en el nuevo Javi Guerra y que, como el malagueño, explote en el estadio José Zorrilla. La ilusión es una, la realidad, otra. Lo normal es que Mata ayude al equipo a ser mejor con sus movimientos y trabajo y que, a la vez, su función no sea tan vistosa. Rodri Ríos ha sido el ejemplo durante esta temporada recién terminada. El ex del Girona debe ser un atacante importante del Real Valladolid 2015-16 pero no el delantero con mayúsculas. Se necesitan más arietes de importancia.
Deberes adelantados
El fracaso de la pasada temporada se empezó a gestar con el no ascenso del año anterior. Todo el trabajo de Braulio se había basado en la máxima de conseguir el éxito. Todos sus movimientos estaban dirigidos a jugadores dispuestos a venir a Valladolid, exclusivamente, para jugar en Primera. El varapalo de Las Palmas truncó los planes del director deportivo, que tuvo que tirar a la basura sus esfuerzos para iniciar una plantilla de cero y con el tiempo justo. Las consecuencias son conocidas.
Por el contrario, este año, Braulio, al que no se le puede negar absoluta dedicación, dio el ascenso por perdido en marzo y desde aquel momento se puso manos a la obra para confeccionar la plantilla. Así están recalando en los Anexos jugadores que de haber esperado al final de temporada, no hubieran llegado. Precontratos, llamadas e interés que permiten al Real Valladolid contar con los jugadores deseados. Aunque queda todavía la mitad del trabajo por hacer, los resultados, en el mes de junio son impecables. ¡Que el ritmo no pare!