El Real Valladolid ha cambiado el estilo de sus fichajes. Busca estabilidad y futuro pero no solamente en el terreno de juego sino también en el aspecto económico
• Braulio Vázquez y Paco Herrera han cambiado el estilo del proyecto en el Real Valladolid con las últimas incorporaciones. Ahora estos fichajes buscan un proyecto y un trampolín que antes era impensable •
El fútbol es muy caprichoso. Recuerdo mi entrada en el primer curso de entrenador y una frase que nos dijo el profesor que nunca se me olvidará. “Este deporte nos quita tantas horas de sueño porque hacer las cosas bien no nos asegura conseguir resultados pero hacerlas mal, siempre nos valdrá para tener malos resultados. Así lo difícil en el fútbol está en calibrar cuándo las hacemos bien y cuándo mal”. Ésta es una tarea individual y que, obviamente, se debe hacer al final de temporada. Ahora en el Real Valladolid, antes de los resultados, todo parece haber cambiado. La mecánica para la confección de plantilla es muy diferente y parece haber gustado. Normal. Hay una base.
Proyecto
Ante un proyecto, al principio, todos somos positivos. Gusta serlo aunque no siempre sea posible. Uno de las ediciones recientes del Real Valladolid más lamentables, dejando a un lado la última, es la que dejó al equipo en Segunda división en 2010 tras ver pasar a tres entrenadores. Un equipo con muchas estrellas pero poco jugador de fútbol y con una inversión faraónica a sus espaldas fracasó después de que el entorno blanquivioleta diera el visto bueno. ¡Se consiguió el récord en el número de abonados! No existía mejor respuesta al proyecto de Carlos Suárez y Roberto Olabe. Ese Pucela parecía funcionar. La idea gustaba. El resultado fue bien distinto.
Con este preámbulo que sirve más que nada para defender una creencia afirmo que estoy convencido de que el Real Valladolid está firmando un gran proyecto. Es cierto que aún faltan muchas piezas y que esta idea tiene que tener una base final pero las incorporaciones realizadas hasta la fecha cumplen un patrón desconocido en el estadio José Zorrilla en las últimas temporadas.
Trampolín blanquivioleta
No quiero ir a las dudas que pueden ofrecer los jugadores cedidos o la supuesta seguridad que ofrecen aquellos con un contrato de, por ejemplo, cinco temporadas. El debate podría ser largo y espeso y nadie llegaría a un acuerdo. En este sentido las ideas son personales e intransferibles. Dejando a un lado ese debate, la oportunidad que está regalando el Real Valladolid a sus nuevos jugadores es importante. El Pucela se define en las carreras de Isaac Becerra, Alberto Guitián, Luismi Sánchez y Jaime Mata, principalmente, como un escaparate y un trampolín.
No se puede esconder que al Pucela le interesa vender jugadores al final de cada temporada. Colocar a sus jugadores en el mercado por un buen montante económico es sinónimo de éxito. Si un jugador es traspasado es porque éste lo ha hecho bien y porque, por lo tanto, ha dado puntos y rendimiento al Pucela. Con todos estos ingredientes, el Pucela gana. Obtiene un resultado y un éxito deportivo y con ellos, un pellizco económico.
En los últimos años, por ejemplo, uno de los jugadores de mayor éxito en Valladolid ha sido Pedro León. El extremo murciano estuvo sólo un año. Llegó, jugó, destaco, triunfó y se marchó dejando más de cuatro millones de euros en el estadio. El Pucela necesita jugadores así y éstos pueden ser algunos de los recién llegados por el momento de sus carreras y lo que se espera de ellos.
En crecimiento
Salvo Markel Etxeberría, que llega cedido y con el aval de una temporada en el Bilbao Athletic en Segunda división, y Luismi Sánchez, que firma por el Real Valladolid tras una renovación que no le fue muy fructífera en la primera plantilla del Sevilla y una grave lesión que frenó su carrera, los otros tres fichajes son jugadores de un perfil ilusionante. Para el proyecto y para ellos. Lo mejor que te regala el fútbol en este sentido es el rendimiento mutuo y aquí, todos pueden ganar. Club y jugadores.
La evolución que muestran las carreras de estos jugadores parece vivir un momento decisivo. La elite está a un paso. Ya no por un posible ascenso en el campo sino por el interés de otros equipos. Tanto Isaac Becerra, como Jaime Mata y Alberto Guitián fueron vinculados con equipos de Primera antes de llegar al Pucela. Nadie se atrevió a dar el paso. Ahora, con una vinculación en Valladolid y con el foco de un club, entorno y estadio de renombre en la categoría, el Pucela apuesta por su futuro. Por el de ambos.
Con contratos de dos o tres temporadas Braulio Vázquez inyecta patrimonio al club. Son activos de experiencia, con margen de mejora, opciones de crecer, ideas que asentar y mucho fútbol que dar. Las carreras de estas primeras incorporaciones del Real Valladolid 2015/2016 ya no son la base del proyecto de Paco Herrera. Tienen la opción de ser la base y el fundamento de un cambio en el Real Valladolid que gusta. Antes de conocer los resultados, aquellos que marcan todo en el fútbol y en la vida, el nuevo Pucela convence, ilusiona y se ha vinculado con un término tan complicado como es el de proyecto. Veremos cómo quedan todas estas ideas en 2017.