La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Opiniones

Sin valorar la historia, no se forja un futuro digno

Óscar González se despide del Real Valladolid sin encontrar el elogio a su brillante carrera como jugador blanquivioleta. Hace las maletas uno de los «nuestros»

Con su fuerte personalidad, su calidad y su juego diferencial, Óscar González no ha encontrado el apoyo del entorno blanquivioleta que se merece su carrera tras conocer que su final en el estadio José Zorrilla había llegado •

Ya no es triste que Óscar González salga del Real Valladolid, que también, sino la funesta despedida que ha tenido un jugador con casi 300 partidos de blanquivioleta es imperdonable. Buscando un proyecto nuevo y teniendo que firmar a más de 15 jugadores, la patada que el entorno y el club han dado a su historia con el trato al jugador marcan el futuro. Por la salida del charro, y su forma, el Pucela no está más lejos de ascender la próxima temporada o la siguiente pero sí que se encuentra mucho más alejado de la opción de valorar su historia, aquella que no ha premiado con elogios a uno de los mejores talentos que ha dado su cantera, la cual «debería» ser básica en el futuro.

Óscar González celebra su último gol en Primera división con el Real Valladolid (RV.es)
Óscar González celebra su último gol en Primera división con la camiseta del Real Valladolid (RV.es)

Triste despedida
Hace un poco más de una semana, cuando despedía a Alberto López en el videoblog que tengo en ElDesmarque Valladolid, hablaba de que no era recomendable cargar contra nadie todo el peso de la triste temporada 2015/2016. De igual forma que opinaba que el Pucela no se puede deshacer de todos los activos que posee por el hecho de haber firmado una de las temporadas más lamentables de su historia, consideraba que las culpas se debían repartir.

Tristemente, no ha ocurrido. El Pucela ha detectado a uno de los grandes culpables de su campaña sino al único en Óscar González. Su marcha libera muchos de los supuestos problemas. El ‘10’ del Real Valladolid, aquel que apostó ciegamente por el club blanquivioleta cuando éste peor estaba y que rindió en el campo para ensalzar el juego de Miroslav Djukic y colocar en un escalón inmerecido al entrenador serbio, ha sido ‘asesinado’ por la grada. Por juego y resultados, el salmantino se merecía otra despedida. Por sentimiento vallisoletano, también. Más aún.

Sentimiento blanquivioleta
Sentir los colores no es señalarte el escudo, besarlo y mostrar gestos de amor de forma continuada. Ser más blanquivioleta que el resto no es acabar un partido lleno de barro y ensangrentado. El amor por el club se demuestra, sobre todo, en acciones internas. Movimientos en los que se apuesta por el club. Rechazar ofertas de mayor montante económico y ayudar al bienestar del equipo rechazado el trato de favor son gestos brillantes de implicación. Óscar ha colaborado mucho durante los últimos cinco años. Bastante pese a que se le acuse de haberse ‘borrado’ en los últimos meses o en las épocas en las que el equipo no ha funcionado como se esperaba.

“No ha hecho todo por estar junto a sus compañeros, aquellos que ha vendido en las ruedas de prensa”, leí el otro día en Twitter, aquella red social efervescente que celebra la salida de Óscar pero pide la continuidad de Álvaro Rubio. “El Valerón del Real Valladolid”, afirma. Increíble.

Curiosamente, el riojano es el ejemplo de lo poco que se valora la historia blanquivioleta o de lo inestable que es esa confianza. El riojano, aquella pieza que pese a tener 37 años parece indispensable para el nuevo proyecto de Paco Herrera, fue vilipendiado en muchas fases de su etapa en Valladolid. No sólo con Mendilibar. También en la etapa de Abel Resino. Acusado de no querer colaborar para salvar al equipo tras el despido del entrenador de Zaldívar, el canterano del Real Zaragoza demostró su compromiso, implicación y profesionalidad. Tardó años y tiempo, aquello que no se le ofrece al máximo goleador en dos de las últimas cuatro temporadas.

Fin de ciclo
Puede ser que el fin de Óscar González hubiera llegado. Quizás, y lo puedo llegar a valorar, éste llegara la temporada pasada o, incluso, tras descender con Juan Ignacio Martínez. Éste es un tema y el cómo se le ha tratado para cerrar su salida, otro. Ni el Real Valladolid ni, sobre todo, su entorno han despedido al ‘10’ con los honores que se merecía. Y no por la pitada del día ante el Mallorca. Injustificada e innecesaria. El breve comunicado del club tras su marcha y las escasas palabras de agradecimiento de Braulio Vázquez remarcan el dolor.

El Pucela no ha valorado su historia, aquella que muchas veces le sustenta. El Pucela no ha tenido elegacia para despedir a un activo forjado por él. La caída de un club no se demuestra sólo por el declive en los resultados sino, también, por el propio menosprecio de su historia. Aquella apaleada al ver como un jugador con 280 partidos en la mochila blanquivioleta es despedido con los mismo honores que Valdet Rama, Óscar Javier Morales o Richetti. Ojalá Álvaro Rubio no tenga este adiós. Él tampoco lo merece. Él tampoco se lo ha ganado en el campo, donde se forja la historia del Real Valladolid.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte