La temporada del Real Valladolid, afortunadamente, ya ha terminado. El análisis en frío de la campaña lleva a señalar a Gaizka Garitano como el gran ‘culpable’
• En frío y con la ventaja de no tomar decisiones, la temporada ha demostrado que la salida de Gaizka Garitano fue un error mayúsculo para el Real Valladolid. La clasificación tras la jornada nueve es demasiado elocuente •
Con el final de la temporada llegan los análisis del año y en el caso del Real Valladolid, todos son negativos. La dureza de la campaña ha dejado muy tocado a todos los que han formado parte de él. Cualquier profesional vinculado con este Pucela queda debilitado. Unos más que otros, es obvio. Entre todos, el que menos culpa tiene del resultado final del Pucela es Gaizka Garitano, el entrenador que comenzó la temporada. El preparador vasco fue destituido cuando sólo se llevaban nueve jornadas. En el momento de la destitución del de Derio, Girona y Leganés sumaban sólo uno y dos puntos, respectivamente, que el Pucela. Ellos tuvieron paciencia en sus proyectos. Braulio Vázquez no y ahí comenzó a verse superado por la temporada blanquivioleta.
La clasificación el 18 de octubre
Cualquier análisis en verano tiene una gran parte de ventajismo. Con el resultado final en la mano es más fácil hacer un examen sobre la situación y llevar la razón. Se pueden coger los argumentos que uno quiere y evitar aquellos que no respalden la opinión. En mi caso y tras ver cómo ha avanzado la temporada que ya ha terminado, el problema de la temporada estuvo en la salida de Gaizka Garitano.
La pieza angular del proyecto 2015/2016 duró sólo nueve jornadas. Fue destituido cuando el equipo caía en puestos de descenso a Segunda división B. En aquel momento parecía una tragedia. La temporada ha demostrado que alrededor de esos puestos estaba el lugar del Real Valladolid. Quienes no han estado deambulando por la categoría han sido dos equipos que partían en desventaja con el Pucela pero que han terminado en otra zona, aquella que quería Braulio Vázquez y el Real Valladolid.
• «Una ocupación sin preocupación muy insuficiente», la despedida de Gaizka Garitano •
Girona y Leganés, equipo de play-off y conjunto recién ascendido, respectivamente, vivían muy cerca del Real Valladolid tras esa novena jornada. El pasado 18 de octubre el Pucela llevaba nueve puntos. Dos victorias y tres empates. El conjunto de Pablo Machín sólo sumaba un empate más que los pucelanos. Mientras tanto, el exitoso proyecto de Asier Garitano firmaba en aquel momento dos empates más que el Pucela. En nueve partidos, el Pucela, los catalanes y los pepineros sumaban las mismas victorias. Tras la salida de Garitano, los pucelanos sumaron 10 victorias, por las 15 catalanas y las 20 madrileñas. En el mismo camino, sin el vasco, los pucelanos perdieron 11 partidos más cuando Girona y Leganés sólo cayeron en siete y seis partidos, respectivamente.
Las diferencias han sido abismales y los éxitos y los fracasos ejemplificantes. La paciencia ha dado resultados en aquellos que han confiado en sus entrenadores. La igualdad ha sido total en esta categoría y aquel que no ha debilitado su propio proyecto ha conseguido el éxito o, al menos, ha estado cerca de conseguirlo. El Real Valladolid murió por sus nervios y por el pensamiento de ser más que el resto de los equipos. Pese a estar convirtiéndose en un fijo en la categoría de plata y haciendo de Segunda su lugar, el Real Valladolid ha demostrado esta temporada no saber cómo funciona la llamada ‘Liga adelante’.
El Pucela es uno más
No lo ha sabido o no lo ha querido conocer. En el mundo del fútbol nos cansamos de repetir que hay que tener humildad para crecer pero el Pucela no ha sido capaz. “Un equipo como el Pucela no puede estar en descenso a Segunda división B”, se decía tras la derrota (3-1) en Llagostera. Es cierto que las sensaciones aquel día fueron horribles pero no peores de las que pudieron tener Leganés o Girona días antes.
Ellos conocían la categoría. Sabían de la dificultad de encajar todas las piezas que habían cambiado en verano. El Real Valladolid, no. Braulio Vázquez, criticado por muchos aspectos lejos de su jurisprudencia, no ha sido enjuiciado por la poca calma y templanza de nervios que mostró. A la primera oportunidad cargó contra el entrenador. Lo señaló y exterminó para buscar un balón de oxígeno.
Tristemente, el remedio fue pero que la enfermedad. El Pucela perdió una «ocupación insuficiente” en lo que a resultados se refiere para dar entrada a un ego que ha crecido en las últimas semanas tras su salida del Real Valladolid. Sin mencionar en exceso el trabajo de Miguel Ángel Portugal, el tiempo y un análisis en frío y con grandes notas de ventajismo deja a Gaizka Garitano como el gran ‘culpable’ de la temporada. Su salida no mejor nada y sí demostró que el Real Valladolid no es consciente de su realidad ni de cómo funciona una categoría en la que ha convivido en cuatro de sus últimas seis ediciones. Afirmo sin opción de pillarme los dedos que con la salida de Gaizka Garitano el Pucela firmó su sentencia. Braulio usó al vasco para intentar convencerse de que había confeccionado una mejor plantilla, hecho que nunca pudo corroborar.