La convocatoria de Alberto López ante el Albacete señala demasiado al vestuario. La desconvocatoria de dos jugadores utilizados en sus dos primeros partidos chirría
• Cuando un entrenador elimina de golpe y porrazo a dos jugadores que han sido importantes en los últimos partidos demuestra incoherencia en su discurso o grandes errores. De una u otra forma, se debilita y enfrenta al vestuario •
Saltaba la sorpresa. Guzmán Casaseca y Samuel Llorca se han quedado fuera de la convocatoria para el partido ante el Albacete. Extremo y central, conocedores del entrenador de Irún de su época en el Deportivo Alavés, son los grandes señalados por el entrenador para el trascendental partido ante los manchegos. Esta medida, además de sorprender, demuestra nuevamente cómo de débil está el proyecto pucelano. El Real Valladolid carece de un guion, un estilo y un patrón. Dejar fuera a dos de los jugadores que han participado en los dos partidos de la nueva aventura debilitan la figura de Alberto, su brillante discurso inicial y, por si fuera poco, le enfrentan con el vestuario. Sobre el papel y desde fuera del estadio José Zorrilla son demasiados los problemas que genera esta medida.
El vestuario
Decía hace pocos días Arturo Alvarado en una tertulia de ‘Directo Marca Valladolid’ en la que participaba con él que “un vestuario no es tonto y sabe cuándo se está produciendo una injusticia”. Si a esa frase hay que añadirle un detalle más es afirmar que un vestuario profesional no entiende los cambios bruscos de confianza. Pasar del banquillo a la grada o viceversa es incomprensible y un equipo lo ven como una injusticia o una pérdida de papeles del entrenador. Pese a que un futbolista se vea favorecido por ese movimiento, no le gusta nunca.
No lo comparte porque sabe que si ése es el criterio del entrenador, una semana puede salir beneficiado pero en la siguiente puede salir perjudicado. Que un entrenador pierda el criterio no es bueno para nadie y, tristemente, desde fuera, parece que Alberto López lo ha perdido con la convocatoria ante el Albacete Balompié.
Sea justo o injusto por el rendimiento dado, dejar fuera de la citación a Guzmán Casaseca y Samuel Llorca es contraproducente. Lo es porque la filosofía de un entrenador no puede variar tanto en sólo unos días. No es lógico que después de que ambos entraran en las citaciones de los dos últimos partidos e, incluso, jugaran ante Club Deportivo Lugo y Deportivo Alavés, ahora se vean fuera. Son los principales señalados y eso el jugador, cualquier futbolista y cualquier vestuario, no lo soporta.
Planteamiento o club
Puede ser que el planteamiento de Alberto, después de conocer la semana de entrenamientos, sea colocar a Mario Hermoso como central y a Nikos Karampelas o Johan Mojica como lateral. Marcelo Silva seguiría fuera del once titular pero continuaría en la convocatoria. Seguramente tenga una explicación pero cuesta mucho entenderla. Los pasos lógicos no se han cumplido. El entrenador de Irún podrá argumentar por qué deja fuera a dos activos que ha utilizado en sus dos primeros partidos pero no convencerá en ninguna variante.
Ésta puede ser una explicación buena y convincente pero nadie la va a entender con facilidad. Si hay complejidad en la lectura, mal pinta el futuro. Esa necesidad de puntos imperiosa que tiene el equipo se limita. No quiere decir que se vaya a paralizar pero sí se ve claramente debilitada. El futuro se ve tocado como la imagen del entrenador. Alberto López queda señalado al ver que los jugadores que han servido para dos partidos no lo valen para un tercero. La confianza inicial ya no existe. Ésa seguridad regresa sobre los señalados la semana pasada.
Manu del Moral y Vincenzo Rennella les pasan la patata caliente a Guzmán y Samuel. Curiosamente, entre estos cuatro nombres se encuentra tres de los seis jugadores con contrato más allá del próximo 30 de junio. Alberto, que llegó al estadio José Zorrilla por el club y para el club, vive el presente. Como todos, la realidad y el día a día pueden con cualquier ilusión o proyecto. El vasco vive el suyo pero muy pronto, quizás demasiado, ha quemado su última baza, aquella de la motivación. Ha señalado al vestuario, como lo hizo Miguel Ángel portugal tras perder ante la Sociedad Deportiva Huesca, y así el tiempo cómodo para el trabajo desaparece. La tensión ya está instalada de nuevo tras el nuevo cambio de entrenador. Lo que le faltaba a este Real Valladolid.