Alberto López no ha cambiado al Pucela como se esperaba. Ya no era por un cambio de dinámica en los resultados sino por la filosofía que parece necesitar el equipo
• Visualmente, principalmente, el segundo cambio de entrenador en el Real Valladolid no ha cambiado nada al equipo. El Pucela sigue teniendo los mismos problemas y sigue afrontando las dificultades de una forma similar •
Cualquier entrenador necesita de un tiempo de aclimatación y, sobre todo, de unas jornadas y unas sesiones de entrenamiento para que se pueda ver su trabajo. Alberto López sabe que no tiene esa oportunidad y que sus semanas son meses en otras planificaciones. Si a un entrenador se le exigen resultados, a uno que llega para siete jornadas, más aún. El entrenador de Irún necesita puntos y el equipo se los tiene que dar con una filosofía diferente. Mucho se ha hablado del cambio de objetivo del equipo pero poco de una nueva mentalidad. Los pucelanos siguen afrontando los encuentros con la misma idea y filosofía que en el tramo final de Miguel Ángel Portugal y, obviamente, los resultados son los mismos: derrotas y empates intrascendentes.
Sus palabras
Desde hace un tiempo tengo un problema. Una afición que se está convirtiendo en una obligación. Tras los partidos me gusta ver las ruedas de prensa de los diferentes entrenadores. Al ser subjetivas el trabajo consiste en interpretar. Como tal, descifrar el contenido de una comparecencia pública es propio. No tengo la razón absoluta en ningún momento pero me gusta buscar la “mentira” que asegura Joaquín Caparrós que hay en cualquier rueda de prensa de un entrenador. El ex del Deportivo de la Coruña o Athletic Club aseguraba hace unos años que un entrenador debe “mentir” cuando se enfrenta a los micrófonos.
No debe decir siempre la verdad porque debe proteger al vestuario. En muchas ocasiones tiene que decir lo que el vestuario quiere oír o lo que necesita escuchar. Un vestuario escucha y asimila lo que el entrenador dice públicamente y lo encaja o lo rechaza. En una versión u otra, lo que es obvio es que reacciona ante esas palabras.
• «El discurso que este Real Valladolid necesitaba», la llegada de Alberto López al Pucela •
Dejando a un lado la interpretación pero sí reaccionando ante ellas, las palabras de Alberto López tras el duelo ante el Deportivo Alavés me decepcionaron y me ratificaron la sensación que tengo de que este club saca lo peor de cada uno de suss entrenadores. El Pucela devora la autoestima de cada uno. Lo hizo con Juan Ignacio Martínez, con Rubi, con Gaizka Garitano y, ahora, con Alberto López. Ese discurso convincente de los primeros días se ha disipado. Esa intención de afrontar la situación del equipo con fuerza ya no existe. El ex jugador blanquivioleta ha pasado de la convicción al conformismo, de la fortaleza a la resignación y de las ganas por conseguir puntos a conformarse con que el equipo “compite” en intensidad con el rival. Surrealista e innecesario para este equipo. El Pucela necesita puntos y victorias, no empates en intensidad y coraje. Éstos ya no dan de comer.
Sin juego
Dicen que las palabras se las lleva el viento pero en muchas ocasiones son el reflejo del sentimiento y de la realidad. Ese conformismo sobre el que ha tornado el discurso de Alberto se ha visto en el campo. Tras dos encuentros y después de 180 minutos del nuevo Real Valladolid, la triste sensación es que nada ha cambiado. Esa metamorfosis que iba a tener el equipo no ha existido. Ni se ha mejorado defensivamente ni se han reducido los “años luz” que había con su visión.
Alberto no quiso señalar a los jugadores en su primera comparecencia pero no lo ha hecho tampoco tras sus dos primeras alineaciones y planteamientos. Solamente ha variado los nombres de la defensa en su esquema. Marcelo Silva no ha entrado en sus planes quedándose como el único señalado tras el cambio de entrenador. El jugador uruguayo, prototipo de la profesionalidad y ejemplo de todo aquello que pide Alberto para un equipo de la categoría, no ha participado desde su llegada.
Lejos de ser el ejemplo del cambio del entrenador, la salida del ex de Las Palmas demuestra los pasos en falso que ha dado el vasco a su llegada. Esa idea férrea que vendió y que convenció no ha tenido correspondencia ni en el juego ni en las alineaciones. El Real Valladolid no ha cambiado y pese a que el ex del Deportivo Alavés quisiera creer en su trabajo y en sus capacidades de revertir la situación y esos casos individuales que mencionaba, el Real Valladolid no puede perder el tiempo. No lo ha podido hacer durante toda la temporada y mucho menos lo puede hacer cuando cada encuentro que pasa el equipo queda más cerca de la zona que obliga a jugar en Segunda división B. Este Pucela no se puede permitir ni un paso más en falso. Son ya muchos.